POV AYSUN (ZEL)
Estábamos todos desayunando en familia, pero no era como meses anteriores, ahora había mucha tensión y era sofocante el estar mas tiempo de lo necesario juntos. Había estado evitando a Onur, tenía muchísima vergüenza el que me escuchara decir aquello días antes, aunque lo habíamos hablado después y él haya afirmado que no se sentía incomodo y entendía la razón por la cual lo dije, no era suficiente para dejar de seguir sintiendo vergüenza.
—Mustafa y Ahmed vendrán hoy, así que los quiero a todos temprano...¿entendieron? —inquirió el abuelo.
Miré a mi hermano, quien negó levemente. No sabía de esto, últimamente no sabía nada de lo que el abuelo haría, ya no le decía las cosas como antes y me daba cierta ansiedad.
—¿De nuevo? —me atreví a preguntar.
—De nuevo, mi querida nieta y esta vez toda la familia estará presente... sin excepciones —recalcó lo último.
Sabía que me lo decía a mí, aunque mi primo y hermano tampoco estuvieron en su visita días pasados.
—Tenemos obligaciones abuelo —comentó Onur—. Sería muy bueno que nos avisaras días antes para así poder sacar el tiempo, me es imposible sacar tiempo si tengo guardia.
—Onur tiene razón —habló mi hermano—. Nuestro tiempo libre es muy poco, ni siquiera recuerdo la ultima vez que salí a divertirme, ahora tener que recibir a tus amigos...tengo mucho trabajo, no puedo retrasarlo, imposible.
—Los entiendo, la próxima vez avisaré con tiempo —sentía la mirada penetrante de mi abuelo en mí, más sin embargo no alcé la vista. No quería discutir tan temprano—. ¿Ya firmaste los documentos del divorcio?, necesito llevarlos hoy donde Mehmet.
Metí rápidamente un trozo de pan a mi boca, tenía que tener tiempo para pensar si era bueno decirlo o no.
—Le entregué los documentos a Aslan, se supone que debía de hacérmelos llegar con su firma hace días, pero aún no lo hace —subí mi mirada lentamente, topándome con sus penetrantes ojos color miel. De verdad eran muy intimidatorios.
—Le entregaste... ¿te volviste a ver con Aslan, cuando te lo prohibí? —golpeó la mesa, haciéndome dar un brinco en mi lugar.
—Abuelo —sentenciaron al unísono mi hermano y Onur.
—¡Responde! —gritó, haciendo caso omiso al llamado de atención de ellos dos. Me protegían siempre e incluso de él.
—Evet, lo vi y le entregué los documentos —respondí serena.
—¿Al menos los firmaste? —retiré la mirada de inmediato—. ¿Los firmaste, Aysun? —negué levemente—. ¿Por qué?, ¿que tan complicado puede ser firmar unos documentos? ¡solo es tu firma! ¡una firma y se acaba todo!
Ese era el problema, con esa firma acabaría todo y ya no habría nada que me atara a él y sentía temor, mucho temor porque sucediera. No podía simplemente firmarlos, se sentía como si fuera el fin del mundo.
No pude, me exigí ser fuerte antes de volver a Estambul, pensé tantas cosas que haría, como me comportaría, pero nada había resultado, todo se había ido por la borda en cuanto mis ojos lo vieron nuevamente.
¿Cómo podía hacer lo que mi abuelo quería, cuando había olvidado lo más importante que era el dejar de amarlo?
Si cerraba los ojos, recordaba aquella mañana a la perfección, su olor, sus besos, sus caricias, la emoción que sentía por decirle que seria padre...aun seguía en esa mañana y nunca pude salir de ella.
—¡Es difícil! —grité, levantándome de la mesa. No podía seguir aguantando los sentimientos que tenía—. ¡Lo amo! —todos abrieron sus ojos sorprendidos, el abuelo Asaf se levantó de inmediato, vino hasta mí y me abofeteó.
Quedé en shock, mi mejilla ardía y me imaginaba que ya estaba roja. Mi piel era demasiado sensible y el rojo en ella tardaría días en quitar.
—¡Abuelo! —gritó mi hermano, interponiéndose entre los dos—. ¡No vuelvas a tocar Aysun o estaré enfrente de ti en cada paso que des!
—¡¿Cómo es posible que lo siga amando después de tantas cosas?! ¿crees que tu hermana esta haciendo lo correcto?, es una vergüenza lo que acaba de confesar —se justificó.
—Son sus sentimientos y no podemos mandar sobre ellos.
—¡Te casaras con Ahmed! —dijo de repente—. Así esos estúpidos sentimientos quedaran en el olvido.
—No, no puedes obligarme a casarme con alguien a quien no amo —respondí, parándome al frente suyo—. No decidirás sobre mí. Hazlo, inténtalo y te juro por Alá que a pesar de todo lo que ha sucedido, me iré a vivir con mi esposo...¡lo haré!
—Te recuerdo que tu esposo ya tiene una esposa quien duerme bajo su techo. Las personas empiezan hablar, los socios a opinar...durante muchos años hemos tenido una reputación impecable. Te tienes que casar.
—Puede hacerlo conmigo —sugirió Onur, sorprendiéndome al igual que a mi tía.
—Onur —dijo ella atónita, era la primera vez que hablaba en lo que llevábamos desayunando o tratando de hacerlo—. Hayır (no)
Lo miré fijamente mientras negaba lentamente, no podía haberlo dicho.
¿Qué le sucedía?, ¿Cómo podría hacerme algo como eso?
—¿Serías capaz de casarte con alguien impura? —preguntó el abuelo, a lo que asintió rápidamente.
—Por el bien de la familia.
—No —dijo de inmediato mi hermano—. No Onur, no.
No sabía que decir, no podía creer que Onur se ofreciera aun cuando sabía sobre mis sentimientos por otro hombre. No podía casarme con él, ni siquiera lo veía con otros ojos que no sean los de una prima.
—No lo había pensado, tal vez casarlos sea lago bueno...
—¿Por qué siguen tomando decisiones como si no estuviera?, ¿acaso lo que yo piense no tiene valor?, ¡respondan!
—Eres una mujer, así que mantente en tu lugar que te corresponde —alegó.
—No abuelo, no estamos en el pueblo y mucho menos en tu época —nuevamente me defendió Miran.
—¿Ahmed o tu primo? Tu eliges, pero te casaras.
Fue lo ultimo que dijo antes de irse. Empecé a respirar rápidamente y sintiendo como empezaba a marearme.
—¿Estas bien? —preguntó Onur, tocando mi brazo.
Me alejé de inmediato, no quería que me tocara y mucho menos que estuviera cerca de mí.
—¿Por qué lo hiciste? —cuestioné, mis ojos empezaban arder por causa de las lágrimas—. ¿Por qué lo hiciste?, ¡no me quiero casar ni con Ahmed, ni mucho menos contigo que eres mi primo! ¡no quiero! ¡no lo haré...no lo...
Todo se volvió borroso y lo ultimo que pude escuchar fue el grito de mi tía.
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CORAZÓN DE HIELO
Teen FictionLa mayoría de niñas sueñan con tener en un futuro la familia perfecta, muchas no lo logran y otras tienen el privilegio y suerte de conseguirlo. Ese era el caso de Zel Yildiz. Jamás imaginó que conocería al hombre de sus sueños, pero ahí estaba. El...