Sin voz

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A Roberto se le había ido la voz y se cruzó con Luis en el pasillo.

—Que pena que te quedaste mudo. —se ríe y Roberto le pega una trompada—.  Pero puños todavia tenes.

—Si provocas es obvio que te van a pegar. —dijo María. 

—María sabía que estabas de su lado traicionera.

—Andate de acá o llamo a seguridad. —Luis se acerca a ella.

—Desgraciada. —le está por pegar a María, pero Roberto lo detuvo agarrándolo del brazo—Suéltame. —Roberto lo suelta con violencia—.  Me voy, pero nos volveremos a ver.

—Gracias Rober. —el vocalista la abraza y le da un beso en la frente—.  No dejes que Luis me haga nada por favor, le tengo miedo. —Roberto la mira y le asiente con la cabeza.

En el hotel.

—Santi, ¿te molesta si estoy con Rober? —preguntó Gustavo. 

—No boludo, espera, ¿tengo que ir con Tave?

—Si no queres no, podes ir con Alvin. —dijo el bajista. 

—A mí no me metan. —dijo Alvin intentando abrir la puerta de una habitación—. Llave de mierda.

—Alvin esa no es tu habitación, ya te dije que es la 207.

—Ya lo sé, solo lo hice para hacerte reir.

—Mentiroso.

—Cuando lo vea a Luis le arrancó la cabeza lo juro. —dijo Tavella.

—¿Vamos Rober? —entran a la habitación—. ¿Querés café? —Roberto niega con la cabeza—. Bueno. —Gustavo se sienta al lado de él—. ¿Estás bien?  —Roberto niega con la cabeza—. Ya vas a estar bien, ahora a vos te toca descansar. —el de rulos se apoya en el pecho de Topo— ¿Vas a descansar en mi pecho? —el vocalista asiente con la cabeza—. Mejor acostate, es más cómodo y te tapas. —Gustavo siente como Roberto lo acuesta.

Al día siguiente.

Gustavo se despierta con la cabeza de Roberto en su pecho.

—¿Por qué todos se duermen arriba mio? —tocan la puerta— ¿¡Quién es!?

—Soy yo Santi.

—Entra boludo, es tu habitación también.

—Bueno es que esta Rober y no quería entrar.

—¿Y que pensas que estábamos haciendo?

—Bueno lo veo a Rober dormido arriba de tu pecho.

—Yo también dormi arriba de tu pecho y no fue porque pasara algo, ¿no?

—Oye, ¿vamos a pasear por ahí?, ya que casi nunca tenemos tiempo de conocer lugares.

—No sé, no quiero dejar solo a Rober.

—No está solo, aparte se quedó mudo, tampoco es para tanto.

—¿Cómo que no es para tanto?, Rober trabaja con la voz, aparte él siempre está cuando lo necesito.

—Ya lo sé Topo, pero va hacer un ratito dale o despiertalo y que venga. —tocan la puerta— ¡Pase!

—Buenos días, ¿querés mate Topo? —preguntó el bajista.

—Sí, gracias.

—Oye Tave le dije a Topo de salir a recorrer un poco el lugar.

—Buena idea. —apareció Alvin de la nada haciendo que Tavella se asustara.

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