Cuarteto de Nos

Secuestro

Tavella le había preguntado a María si estaba enamorada de Marrero.

—¿Y? ¿estás enamorada de Santiago? —se acerca Marrero.

—Mejor que me responda a mí. —Santi apoya un brazo en la pared mirando a María de frente— ¿estas enamorada de mí?

—Santiago tomatela de acá, la estas poniendo nerviosa.

—Es mejor que me responda a mí, ¿no?

—Miren me tienen harto, hagan lo que quieran, eso si, no lo lastimen más a Topo. —se va dejando a los dos a solas.

—Santiago... sos hermoso y todo pero...

—Amas a Topo, ¿no?

—Sí, aunque siento cosas por vos.

—Tal vez sea que me queres nada más o mis besos te confundieron, perdón si fue eso. —María solo lo mira—. Oye ¿por qué Tave te pregunto si vos estas enamorada de mí?

—Es que estaba con Gustavo y te nombre a vos.

—¿En serio? ¿me nombraste así de la nada?

—No, cuando Gustavo me estaba besando el cuello.

—A la mierda, ¿y si yo te beso el cuello vas a nombrar a Topo?

—Ni se te ocurra. —Marrero le besa el cuello a María que hace que se excite—. Salí basta, basta.

—Está bien, está bien perdón. —Marrero le agarra la cara y le da un beso en la mejilla hasta llegar a la boca, los dos se besan.

—Perdón que los interrumpa. —dijo Gustavo.

—Martín secuestro a Rober. —dijo el bajista. 

—¿Qué?, ¿cómo que Martín secuestro a Rober?

— ¡Alvin!, si le mando un audio al WhatsApp de Topo con el celular de Rober, ¡Alvin!

—Reproduce el audio. —dijo el tecladista.

—Espera que no viene el chichón de piso.

 —Te escuche cabeza de resorte mal armado.

—Basta, reproduce el audio dale. —dijo con la voz apagada.

—¿Que pasa, Topito? —preguntó Alvin.

—Nada, no te preocupes.

—Te veo triste, cualquier cosa puedes hablar conmigo, ¿si? —Gustavo asiente con la cabeza sonriéndole a Alvin— ¿Qué paso, jirafa rulienta? —le dijo a Tavella.

—Martín secuestro a Rober. 

—¿Y quien chota es Martín?

—Después te contamos, voy a reproducir el audio.

¨Hola, cornudo, como te das cuenta no soy Roberto, soy Martín con su celular, y está acá conmigo, si lo secuestre y se los devuelvo si me dan a María, ¿qué te parece?, es una buena oferta ¿no?, les paso la ubicación de donde estoy, eso si, si llegó a escuchar sirenas de policías lo mató, ¿esta claro?, seguro que me están escuchando todos, así que los espero, si es que hay trato¨

—No por favor no. —se le acerca Gustavo.

—Lo lamento.

—Ni se te ocurra Gustavo. —le dijo el tecladista.

—¿Preferís a esta mujer antes que a Roberto?

—Tiene que haber otra solución.

—No la hay. —agarra del brazo a María.