El diario íntimo

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Gustavo había salido del baño público y escuchó a sus amigos hablar mal de ¿él?

—¿De qué hablas Topo? —preguntó Marrero.

—¿Hablando mal de vos a tus espaldas?

—Podría ser traumado, pero no pelotudo ni sordo, los escuche.

—¿Qué escuchaste?

—Que no me soportan, que soy una pesadilla....

—No boludo espera —interrumpe Alvin—, estábamos hablando de una película de Netflix que vimos, que el protagonista justamente le pasó lo que te paso a vos.

—Exacto, salvo que el protagonista es un imbécil.

—Entonces ¿yo también soy un imbécil?

—Sí, por pensar que nosotros estaríamos hablando mal de vos y encima a tus espaldas, si yo te tengo que decir algo te lo digo en la cara, ¡imbécil!, ¿lo ves? —dijo el batero

—Topo, yo jamás hablaría mal de vos. —se acerca Tavella.

—¿Qué pasó?

—Nada un mal entendido, ¿te compraste un paquete de papas fritas? —preguntó Alvin.

—Sí sabes que cada vez que vengo a Buenos Aires me compró un paquete, uh mira el paquete de aire tiene de regalo papitas fritas, que hijos de puta, puro aire tiene.

—Igual que tu cabeza. —bromeó el batero.

—Topo, ¿nos crees?

—Sí le creí a mi ex, imaginate a ustedes, por lo menos el protagonista ¿sale adelante?

—No, se tira de un puente.

—Alvin.

—Gracias Alvin me das mucha tranquilidad, ¿vamos al hotel?

En el hotel.

—Ya se llevaron al desagradable ese. —Roberto le muestra lo que escribió.

Tenés que demandarlo.

—¿Para qué?, no creo que hagan nada, Gustavo, ¿está en su habitación?

No, se fue con los demás.

—Quería estar con él.

¿Han pensado tener hijos con Topo?

—¿Hijos?, yo quería todo con él, pero él no quería hijos en ese momento.

¿Por qué le pagabas si lo querías tanto?

—Tenía el poder en mis manos de dominar a un hombre y no viceversa ya que Gustavo se dejaba pisar.

No es que se deje pisar, es que no le gusta la violencia y menos pegarle a las mujeres.

—Lo sé, a pesar de todo nunca me levantó la voz y ningún dedo. —Roberto le da el diario íntimo—. No, quédatelo ya no lo quiero.

¿Estás segura?

—Sí, ¿te podés quedar conmigo hasta que venga Gustavo?

¿Querés que lo llame?

—No, déjalo, lo esperaré.

Topo nos dijo que lo besaste.

—¿Así? ¿les contó? —el vocalista asiente con la cabeza— ¿Y qué más les dijo?

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