El Prometido del Rey (Minsung Omegaverse)

Capitulo 2.- El Príncipe

Los dos días pasaron ridículamente rápido para el hijo mayor del Duque, Jisung se lamentaba ser el mayor y tener que cargar con esa responsabilidad, incluso sus hermanos estaban de acuerdo con lo injusto que era que su padre quisiera comprometerlo a toda costa con el Rey, los dos menores estaban dispuestos a hacerlo en su lugar.

—Ay Sunggie — Se lamentó Félix al ver a su hermano mayor enredado en sus sábanas con la cabeza cubierta — El ser tan romántico te tiene así de mal, si tan solo vieras los beneficios que el compromiso te traerá — Un largo suspiro salió de su boca — Lo que daría por estar en tu lugar.

—Hazlo — Dijo entre sollozos — Toma mi lugar, yo voy a huir, háganme pasar por muerto.

—No seas tan dramático Sung — Jeongin se sentó en la cama al lado de él — El Rey Hyunjin es un buen hombre, él respeta a los omegas, estarás seguro con él, si este llegara a escogerte.

—Mi padre se encargará de que así sea Jeongin — Se lamentó — A mi no me interesa que tan buen alfa sea el Rey, yo no lo amo.

—Sunggie deja de soñar con los destinados, la mayoría de las personas viven sin conocer al suyo y aún así son felices, deja de quejarte de tu suerte porque en todo el reino eres el Omega con mejor suerte — Gruñó el segundo hermano cansado de escuchar sus lamentos — Nuestro padre se va a encargar de que te cases con el alfa más poderoso, adinerado y guapo del reino, no tienes derecho de quejarte, eres un malagradecido.

—Pero Lix yo no...

—¡No lo amas, ya lo sé! — Se puso de pie y dejó la habitación dando un portazo.

—¡Lix! — Exclamó Jisung alzando su cabeza entre lágrimas.

—Dejalo Sung, debes entender que su sueño siempre fue ser el Omega del rey, es difícil para él aceptar que no era tan fácil como nuestro padre nos hizo ver.

—Te juro que si pudiera evitar casarme con él lo haría.

Christopher el anterior Rey se dirigía a la mansión de su mejor amigo el Duque, acompañado de sus dos hijos, era un día especial, ambos volverían a casa con un Omega.

—Los hijos de Seungmin son los omegas más preciosos del reino — Afirmó el padre del Rey.

—Si son tan maravillosos ¿Por qué no te casas tu con ellos? — Gruñó el Príncipe.

—Minho tienes que madurar y aceptar las responsabilidades que vienen con tu título — Dijo su padre — Eres tan solo un año menor que tu hermano, es mejor así, los cachorros de ambos crecerán juntos como tú y Hyunjin, quiero que sigamos siendo una familia unida.

—Y más importante, quieres borrar la mala fama de Minho ¿No es eso? — Bromeó el Rey.

Un gruñido se escuchó dentro del auto, el Príncipe Minho estaba fastidiado de escuchar siempre lo mismo.

—Esa maldita amistad tuya con tu primo Changbin solo te trajo problemas, te advertí que esto pasaría, para la gente del reino no importa todo lo bueno que hagas por ellos, te juzgarán por apariencias y amistades, ahora piensan que eres igual a él y pasas de omega en Omega, no quiero esa imagen para mis hijos.

—Hacerme un hombre enlazado y con cachorros no es la solución — Gruñó — Ya te dije que no me siento listo, mi lobo me dice que es una mala idea.

—¡Tu y tu maldito lobo tan románticos e ingenuos! — Exclamó Hyunjin riendo — Las leyendas de destinados son falsas, suelta esa esperanza Minho y dale la oportunidad a estos omegas hijos del Duque, son tres alguno de ellos debe de llamar tu atención.

Christopher sonrió orgulloso de tener como primogénito a Hyunjin, sin duda el reino no pudo tener mejor Rey que él y estaba seguro que el Omega que escogiera para enlazarse sería el más afortunado de todos, en cambio se encontraba preocupado por el Omega que escogiera para su hijo menor, el Príncipe Minho tenía mal carácter y no era nada cariñoso, paciencia y amor era lo que todo Omega necesitaba y dudaba que su hijo pudiera ofrecerlos.

Al llegar a la mansión del Duque fueron recibidos por una docena de betas quienes los guiaron al salón donde Seungmin y sus hijos los esperaban.

—Esperen — Dijo Minho comenzando a sentirse nervioso, su lobo estaba inquieto y asqueado con la idea de tener que escoger a un Omega como si de ganado se tratase — Debo ir al baño.

Se excusó antes de seguir a una de las betas a este.

—¿Qué mierda estoy haciendo? — Se preguntó mirándose al espejo — Esos omegas ni siquiera nos conocen y se supone que me lleve uno a casa hoy mismo, no puedo.

Da la vuelta y corre a casa, Dijo su lobo dentro de él, No puedes darle el lugar de tu Omega a nadie más, huye.

Respiró profundo y lavó su rostro para calmarse — Tu siempre me das las peores opciones — Renegó — Tal vez mi Padre y Hyunjin tengan razón y esto sea lo mejor, digo, no puede ser tan malo si son los omegas más lindos y educados del reino, tampoco es un castigo enlazarse con alguien así.

¿Qué pasará si encontramos a nuestro Omega después de enlazarnos con uno de los hijos de este señor?

Los gruñidos de su lobo no le permitan pensar con claridad, unos golpes en la puerta los sacaron de sus pensamientos haciéndolo salir del baño, ya había hecho esperar mucho al Rey.

Siguió a la beta hasta el salón donde ya se encontraban todos esperándolo.