Capítulo 10: ¿¡A qué estás jugando!?

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SAM POV

La clase había terminado y me disponía a salir, como siempre espere a que todos (o la mayoría) se fueran.

Mon no me hablo en toda la clase, ni en el día, ni en el fin de semana. Y la verdad creo que era lo mejor, estaba bastante decepcionada, que feo saber que le gusto también, pero por cosas de clases sociales o el que dirán los demás, no podamos estar juntas (según ella). Aunque por un lado tal vez tenga razón...

(Tengan en cuenta esa "razón" 😳)

Ya a esté punto me valía verga perder la apuesta, bueno; me daba dolor pensar en que mi Ms. Duanpen caería en las manos de algún pobretón.

Pero ¿Qué más podría hacer? La apuesta terminaría en pocos días y lo único que Mon y yo hemos hecho es besarnos, besarnos, alejarnos, besarnos otra vez, decir que nos gustamos y ya. No puedo hacer nada con eso. Aunque es un avance, ya que antes ni me topaba, o eso pensaba.

Cuando me dijo que también le gustaba, sentí muchas cosas, hasta que dijo "pero" el maldito "pero" arruina todo, Dios. En fin, sacudí mi cabeza y me dispuse a salir, pero sentí un agarre bastante delicado.

— Sam, espera...– escuché su voz, mi corazón comenzó a acelerarse, pero logré controlarme y me gire.

Luego de preguntar si estaba molesta, y decirle que estaba decepcionada por lo que me había dicho, no dijo nada más, lo intentó pero ya no había nada que pudiera decir y me besó repentinamente, como siempre. Por supuesto que le correspondí.

Si les digo que no extrañé sus labios, les estaría mintiendo, me sentía en el puto paraíso, sus labios eran tan suaves y delicados, estuvimos a punto de subir el beso de nivel, pero la detuve, muy en contra de mi voluntad, pero tenía que hacerlo. No podía simplemente besarme cuando se le diera la puta gana y luego dejarme como una estúpida toda confundida.

— Alto. – Balbuceé en medio de aquel beso. Me aparté de ella casi que bruscamente, ella me miró confundida. Y yo la miraba furiosa. — No vuelvas a hacer eso. Estoy harta de que me beses, luego me ignores y luego me beses, y así cada vez que te dé la gana. – Ella solo me miraba, al parecer estaba apenada y a punto de llorar, no no no, no quería verla llorar. Pero aún así decidí ignorarla, y seguir reclamándole, era ahora o nunca. — Dime ¿A qué carajo estás jugando?.– A este punto estaba casi gritando, pero su pregunta me saco de onda.

— ¿¡Quieres ser mi novia!?.– Me pregunto casi chillando.

— Sí. – esperen qué.— ¿Espera qué? –PAREN TODO. ¿ME PREGUNTÓ SI QUERÍA SER SU NOVIA?

(Entienden la referencia?🤭)

Ella se dió la vuelta, probablemente se sentía avergonzada.

— Mon. – la llamé suavemente, para calmarla y la abracé por detrás. A esté punto ya me encontraba tranquila, asimilando todo. Ella se volteó y también me abrazó. Estaba sollozando, acaricié su espalda para calmarla y besé su frente.

Una vez estuvo calmada, le di una respuesta.

— Sí quiero ser tu novia, Mon.– Estaba muy segura de eso, no esperaba que fuera en estás circunstancias, pero sí. Definitivamente quería ser su novia. ¿Y saben que es lo más importante? Exactamente, no perderé mi auto y tendré unas esclavas, todos ganamos.

Ella me miraba incrédula.

— ¿Estás segura? Sam, no tengo nada que ofrecerte, yo...– La detuve con uno de mis dedos sobre sus labios para hacer que se callará.

LA APUESTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora