Lazos de Sangre - Twilight & Teen Wolf.

Capítulo 40 - Debilidad

Salgo de aquella sala y confirmo que estoy en un almacén abandonado, no sé en qué parte de Beacon Hills está.

Aún así debo de salir ya de aquí, el acónito se está extendiendo y no creo que me quede mucho tiempo.

Salgo por una gran puerta y sin dudarlo entro corriendo al bosque sin mirar atrás y sin saber a dónde voy, dejaré que mis instintos me ayuden.

Corro y corro todo lo que pueda hasta que por culpa de mi debilidad tropiezo conmigo mismo y me caigo.

Elena: torpe.

Me levanto del suelo casi arrastrándome y cuando me dispongo a correr, me caigo de nuevo.

Suelto un grito de desesperación, se siente muy mal no poder hacer nada.

Siento cómo un líquido chorrea por mi nariz, por lo cuál me llevo los dedos hacia ese líquido y veo que es amarillo, acónito...

Me levanto la camiseta para comprobar por dónde va el acónito y veo que está a excasos centímetros de mi corazón.

Este es mi fin, moriré... Aún así he cumplido con mi deber, ayudar a los demás. Espero haber sido una buena alfa.

Empiezo a toser por la intoxicación y después se me comienza a nublar la vista, imagino que será por los efectos de este poderoso acónito amarillo.

Apoyo la cabeza en el suelo para estar más cómoda y entonces ahí es cuando escucho una voz conocida gritar mi nombre.

Espera, ¿Es mi hermano?

Derek: ¡Elena!

Su voz se escucha entrecortada, cómo cuando una persona está muy preocupada, o cómo si hubiese estado llorando...

Llega a mi lado pero no soy capaz de gesticular cualquier palabra, me encuentro fatal...

Derek: por favor, aguanta hermanita, vamos a curarte.

Y ahí es cuando pierdo el conocimiento, no creo que me queden muchos minutos de vida...

Narrador omnisciente:

En cuanto Elena cae insconciente, su hermano mayor la coge en brazps y comienza a correr cómo nunca por el bosque.

Mientras corre por el bosque, al lobo se le caen varias lágrimas, nunca antes se había preocupado tanto por una persona hasta el punto de llorar. La última vez que lloró por alguien fue por Paige.

Con su oído agudizado comprueba que aún sigan sus latidos. Su débil corazón sigue latiendo, pero muy lento.

Derek: aguanta Elena.

Llega jadeando a la clínica veterinaria por todo el esfuerzo que ha hecho corriendo. De una patada abre la puerta y entra hasta dentro.

La deja en una fría camilla, donde Deaton la estaba esperando.

Derek: por favor Deaton, está el acónito casi en su corazón.

Deaton: le quedan minutos de vida, debemos de actuar rápido.

El veterinario la conecta a un monitor de corazón para seguir sus pulsaciones y su tensión.

Deaton: aún no ha llegado al corazón, pero sus latidos son muy débiles.

Con la mayor rapidez posible, el veterinario coge un cúter y le hace un profundo corte en el tobillo para después sacar la bala.

Mientras tanto, el hermano mayor, se sienta junto a su hermana pequeña y la agarra de la mano para quitarle todo el dolor posible.