Jonathan volvió a mirarse al espejo e hizo una mueca de insatisfacción. Aún no podía creer que hubiese accedido a usar aquel ridículo traje que estaba luciendo. Cuando sus amigos habían llegado con su nuevo disfraz, lo menos que tenía en mente era precisamente aquello que ahora llevaba puesto.
Salió de la habitación y entró a la sala. Su padre y Anne estaban sentados en el sofá, tomados de la mano, observando a los gemelos. Por Dios, no podía creer que los niños se hubiesen finalmente disfrazado de la forma en que iban. Ambos llevaban unas túnicas negras con capuchas, holgadas y raídas, y sus rostros estaban cubiertos con máscaras de una calavera con la boca negra abierta en una expresión de grito terrorífico, como en las películas de Scream. En serio tenía que hacer algo para limar la afición de aquel par de chiquillos por las películas de terror. Al verlo aparecer, Anne juntó las manos, encantada, Will apretó los labios para no reírse, y los gemelos se quitaron las máscaras y lo observaron fijamente:
_ ¿Ese es tu disfraz?_ preguntó Nicholas con una mueca desdeñosa._ Te ves ridículo.
_ ¡No es cierto!_ chillaron Nadine y Anne.
_ Te ves guapísimo._ celebró la mujer.
_ Pa..._ dijo Jonathan muy serio buscando la opinión de su padre._ ¿No vas a decir algo tú?
_ Prefiero no hacerlo._ respondió William conteniendo la risa a duras penas. Anne lo golpeó en un hombro._ ¿Por qué me pegas? Es que se ve muy gracioso. En serio ¿Disfrazado de príncipe azul? ¿Qué espera? ¿Encontrar a Cenicienta, Blanca Nieves o La Bella Durmiente? ¿O a uno de los príncipes?
Jonathan resopló y decidió despojarse de aquel estúpido disfraz. Anne lo siguió:
_ Que ni se te ocurra cambiarte.
_ No pienso salir a la calle vestido de esta forma.
_ ¿Y por qué no? Estás chulísimo. Todos te mirarán esta noche de seguro.
_ Si, claro... ¿Quién no lo haría viéndome tan ridículo?
_ No te ves ridículo. Deja de darle crédito al tonto de tu padre._ se le acercó y lo sostuvo por los hombros._ Eres un joven hermoso con un disfraz que te hace ver más hermoso aún. Luces como un verdadero príncipe.
Lo besó en la mejilla y le apartó un mechón de cabellos que le caía en la frente, arreglándole la corona dorada con piedras de colores engarzadas a modo de imitación de joyas. Era la misma corona que se había ganado en el SEXYDANCE con el título de Rey del Baile. Irónico.
Volvieron a salir a la sala y William y los gemelos dejaron de hablar al instante:
_ Si alguien se atreve a reírse o a decir cualquier cosa con respecto al disfraz de Johnny, rodarán cabezas._ advirtió Anne con tono sombrío.
_ ¿Ya podemos ir a hacer truco o trato?_ preguntó Nadine impaciente.
_ Primero las fotos._ se dio prisa en decir William sacando su teléfono.
Luego de hacerles varias fotografías en las que los gemelos dejaron brotar su macabra imaginación y Jonathan posó como para un potro de tortura, se dispusieron a salir, cada uno con una bolsa:
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EN LOS OJOS DE LA BESTIA (2)
Lãng mạnContinuación de la saga. Comenzando justo donde acabó EN LOS BRAZOS DE LA BESTIA. Todos tenemos derecho a vivir una hermosa historia de amor. Pero a qué precio?... Jonathan ha decidido arriesgarse y vivir un romance con David, solo que a su propio r...