7. Prometido

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Admiro el reflejo del Yan al que preparan con cuidado, es distinto al que vino hace unas semanas. Han destacado mis ojos con sombras muy ligeras de color durazno. Zhiyi pincela de manera delicada la tinta roja en mis labios, el acabado es sutil y bello.

—¿Qué le parece, señor Wu? —Dili se une a la imagen en el espejo, posicionándose tras de mí—. Tiene una piel muy preciosa, no veo necesario aplicarle otra cosa, además ese lunar en su pómulo destaca muy bien.

Con suavidad meneo mi rostro a ambos lados, apreciando como por los focos del espejo reluce el brillo de mi piel.

—Jamás me había visto así —indico mientras tanteo la textura lisa de mi barbilla.

—Solo hacía falta prepararla bien. —Menea la brocha cerca de mis mejillas—. Una porcelana bien pulida brilla mejor.

—Me agrada —le sonrío y la miro a través del espejo—. Espero que el señor, Casmichel también lo note.

Varias clases después del accidente me han enseñado a fingir de manera más hábil.

—Estoy segura de que lo hará —apoya con entusiasmo—. Ahora venga, tenemos que vestirlo.

Mi carácter prevalece al cómo era cuando arribé en esta ostentosa e importante casa. No me he convertido en el egocéntrico que temía, o bueno, en esa imagen que Julián había creado para mi yo del futuro. Cada tanto me mensajeo con él, y siempre me advierte no olvidar mi origen "humilde", que es como él domina nuestra casa. Sin embargo, a pesar de mantener mi esencia y cederle los atributos mimados a mi hermano, algo sí ha estado cambiando. Una lenta y silenciosa emoción cuando debo mirarlo a los ojos.

Hemos practicado juntos un par de veces, muy pocas, a comparación de mi preparación individual. En resultado a eso, mi actuación es más digerible. Lo que significa que puedo sostener una conversación natural con él, apreciar su contacto como si me resultara familiar, tocarlo de manera que trasmita algo, sin ser una demostración exorbitante.

Con los días pasando, tuve que ser más recurrente en las llamadas para conversar con mis madres. Entre esas vivencias y experiencias con este nuevo lugar, incluí mentiras para no ser descubierto.

Casmichel es un alfa, y actúa de buena manera como uno. Pero esas situaciones que vivimos no significan más que amabilidad, y yo las distorsioné para que sonaran más afectivas e interesadas, al igual que mis sentimientos por él.

Aunque, me preocupa haber mentido demás. ¿De verdad también exageré lo que sentí en esos momentos? ¿O algo si está ocurriendo?

Por otra parte, no supe demasiado sobre el guardaespaldas que me atacó. Bodoni me informó que lo despidieron y que deberá pagar una multa, pero presiento que fue más grave de lo que mencionaron. Al parecer Casmichel no quería que me enterara de lo que en realidad sucedió con ese hombre.

Sin ser totalmente consciente, he acabado caminando hasta el vestidor, donde Dili, junto a sus compañeros, me observan expectantes.

—Desearía decir que me arrepiento haberle ocultado esto, pero eso no es cierto —expresa Dili con una emoción desbordante mientras me sonríe al hablar—. Aquí la pieza más importante de mi trabajo hasta ahora.

Kai y Sai, abren el armario frente a mí, y bajo las miradas cómplices que ahora adquieren sentido, admiro con sorpresa la prenda frente a mis ojos.

—Es un qipao. —Desprendo la mirada un momento para cerciorarme la incontenible excitación de mis estilistas. Todos sonríen ante mi perplejidad.

—No solo un qipao, señor —dice Dili, luego avanza hasta la prenda para tomar la fina tela—. Es mi minucioso trabajo para su vestido de compromiso.

El esposo del presidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora