|| AMOR A PRIMER GUITARRAZO || HOBIE BROWN/SPIDER-PUNK X LECTORA ||

03

—¿Cómo te fue?

—Pues más complicado de lo que me esperaba.

—Ya sabes, si necesitas refuerzos no dudes en contactarte con Lyla.

—Gracias, Miguel.

—Qué bonito que hablen entre ustedes sin tenerme en cuenta.

—Disculpa—me giré hacia Hobie—. Siempre me resulta más cómodo hablar en mi primera lengua.

—¿Y eso viene de parte de madre?—se cruzó de brazos—. Peter Pan habla español por su madre.

—¿Peter Pan?

—Miles—se encogió de hombros.

—Um, bueno, yo... Mi padre hablaba español—aparté la mirada algo incómoda.

—______, puedes ir a descansar. Si surge algo el reloj te avisará.

—Entonces nos vemos—abrí un portal—. Adiós, señor—reí al ver el ceño fruncido de Miguel—. Adiós, Hobie.

Estaba entusiasmada, ahora podía pasar más tiempo con mi madre, así que en cuanto crucé el portal que me dejó en mi habitación me vestí adecuadamente para ir a verla y pasé comprando un bizcocho por la pastelería. Ella amaba los bizcochos.

—¡Buenas noches, mami!

—¿Qué celebramos?—rió al recibir un fuerte beso en su mejilla y ver el bizcocho.

—Que por fin podré pasar más tiempo contigo. Con permiso—quité mis zapatos para dejarlos en la entrada.

—¿Cambiaste de trabajo?—me siguió hasta la cocina.

—Algo así.

—Bueno, con tal de verte más seguido es suficiente—apretó mis mejillas—. Mírate... Ya eres toda una señorita.

—Mami... No vayas a empezar, por favor.

—Cariño, tienes a muchos hombres detrás de tí, ¿estás segura de que no hay ninguno que realmente valga la pena?

—No—acaricié sus manos—. Igual no te preocupes por eso, seguro que ya vendrá el indicado. O no.

—¡Ay, niña!—me golpeó con el trapo que traía en mano.

•••

—¡Chao, mami!—grité desde la entrada.

—¿Agarraste el tupper con comida?

—Sip, gracias.

—¡La próxima quédate a dormir de nuevo!

—¡Lo intentaré! ¡Bye, te quiero!

Apresuré el paso, saliendo por las escaleras de emergencia para dejar mi traje al descubierto y abrir un portal. Me quedé impresionada al ver tantos colores de golpe al cruzarlo, sumándole a la experiencia que me encontraba casi recién levantada.

Me dirigí a la localización indicada, balanceándome entre la ruidosa ciudad. Parecía que había una manifestación.

Pero ese no era mi objetivo.

—Ahí está—aterricé justo en la ubicación.

—¡Bienvenida!—saludó Hobie mientras enfrentaba a la anomalía con dificultad.

— Buenos días, casi tardes—saludé sin dejar de mirar los colores a mi alrededor—. Qué dimensión más... Extravagante.

—Agradezco el cumplido, linda. Pero agradecería más si me echaras una manita.