Capítulo 3

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"Los ojos se hicieron para ver"

VALERIA

«¡Tardía amistad y reconciliación, que alumbra un sol bien triste! Seguidme: aún haya que hacer más; premiar a unos y castigar a otros. Triste historia es la de Julieta y Romeo...»

Rompí en llanto.

¡¿Por qué tiene que terminar así?!

Me seco las lágrimas con mi camisa morada, pero es inútil. Me salen más que antes.

— ¿Qué pasa cariño? —mi mamá se preocupó y se sentó a mi lado para darme un abrazo consolador.

—Romeo y Julieta... Eso pasa.

Mi mamá me miró con lástima.

— ¿Por esa tontería te pones así?

Ok, eso me dolió mucho...

— ¿Tontería? —dije en un susurro—¡¿Tontería?! —dije está vez más alto—No lo es... No entiendes lo que es leer un libro y meterse en él, mamá.

—Como digas —volteó los ojos.

Fruncí el ceño.

Mi mamá tomó aire y hablo.

—Hija, hoy habrá una parrilla en la tarde con los mismos vecinos.

—Está bien... —dije sin más, pero se me ocurrió decir— ¿Estará Jeymar y sus hijos?

— ¿Por qué?

Me encogí de hombros—Nada, es que tenía curiosidad.

—Mmm... Bueno, sabes que noté que el hijo de ella es muy buena persona.

Sonreí. Ya sé por dónde viene esto.

—Sí, es muy lindo.

—Aunque se nota que le gusta mandar a las mujeres. Tiene un carácter fuerte, Valeria.

Miré mis manos mientras me las limpiaba—Si, Erik se ve que es de carácter fuerte, pero eso es bueno ¿No?

Mi mamá no me respondió, solo se levantó del sofá y bajó las escaleras para entrar en su habitación.

Dejo salir el aire que aguanté en mi interior y a la vez me tiró en el sofá quedando boca arriba.

***

— ¿Cómo te sientes? —me preguntó Leo al ver que terminó la penúltima serie.

—Bien.

—Bueno, ahora hazme diez minutos de cardio, pero a buena velocidad.

Hago una expresión de sufrimiento, agarro mis cosas y me encaminó a la caminadora.

Al llevar dos minutos trotando, empiezo a pensar en Erik.

¿Qué le gustará? ¿Le gustará leer? ¿Practica algún deporte?

Tantas preguntas e ideas me llegaban a la mente. Además, de su lindo rostro y su seriedad. Parpadeo rápido para alejar esos pensamientos y aceleré el paso para alejar esos pensamientos.

Al acabar los ocho minutos, me bajo de la caminadora y Leo me indica que estire y ya acabamos por hoy.

Y eso fue lo que hice.

***

Al llegar a casa, comer una buena merienda y bañarme, decido dormir un poco. Yo nunca soy de dormir en la tarde, pero hoy, específicamente hoy, estoy agotada. Me acuesto en mi cama y en segundos o quizás minutos, me quedé plenamente dormida.

El primer amor| Un Final Inesperado © VOL 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora