Capítulo 13

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"El amor, también es de ida y vuelta"

ERIK

Preparo la comida de mis hermanos y escucho que el teléfono suena en tono de llamada, pero lo ignoro. A estas horas de la mañana nadie me debería de estar llamando.

Miro el nuevo reloj que me compré y marca las 8:30 A.M.

Dejo los panes en la pequeña mesa oscura a mi derecha y camino a nuestra habitación. Abro lentamente la puerta y los observo. Se encuentran abrazados, dormidos profundamente.

—Hermanos, despierten. Ya es un poco tarde.

Kamila abre poco a poco los ojos, pero Matías no.

—Negrito —lo sacudo levemente, pero nada—Negrito, despierta —nada, se me sale una pequeña sonrisa por ello.

—Mati.

Mi teléfono vuelve a sonar y logra que despierte.

¿De verdad?

Mi negrito abre los ojos mientras cuando ya está sentado y lo primero que dice es: —Tengo hambre.

Kami y yo reímos por sus primeras dos palabras.

—Bueno, vayan a cepillarse los dientes que la comida se encuentra lista en la cocina.

Después de eso, me encamino a la cocina mientras reviso el teléfono con el ceño fruncido por las dos llamadas perdidas y un mensaje. Vuelven a llamar.

Linda.

Cuelgo porque en este momento no estoy para hablar con nadie. Quiero comer junto a mis hermanos y salir un rato con ellos.

—Listo.

— ¡Listo! —grita Mat imitando a Kamila.

—Bueno, siéntense en el mueble y coman.

Ellos agarran los platos y, como siempre, Matías pregunta qué es.

—Es pan.

—Pero qué es esto... —señala el relleno.

Qué raro. A los niños de hoy en día le tienes que explicar todo a lo científico.

—Se llama Crostini —me mira de una forma graciosa—Está relleno de atún y queso rallado.

Kamila le da un buen mordisco.

—Qué bueno está. Menos mal que tú eres quien cocina acá, porque no me gusta como lo hace mamá.

—A mí sí me gusta como lo hace —responde Matías. Le saca un poco de atún.

—Eh. No, usted se lo come todo —hablo con la boca llena. Trago —Si no te lo comes no salimos.

— ¿Vamos a salir?

— ¿A dónde? —pregunta enseguida Mat.

—Coman, después se bañan y se los diré —muerdo la tostada.

Al terminar de comer, se bañaron más rápido que para ir al colegio.

Ruedo los ojos ante esto. Hoy suspendieron las clases, así que solo dejé a mi mamá en el trabajo y como no estamos haciendo nada, decidí ir al parque un rato con ellos.

— ¡Chicos, ya es tarde, vamos!

— ¡Voy! ¡Voy! ¡Voy! —corre Mat a buscar su balón de fútbol.

—Ya yo estoy lista —Kami se sitúa a mi lado viendo como Mat corre por todo el apartamento.

—Kam, no debería de dejarte ir, pero como a veces no es malo salir para despejarte —Le codeo.

El primer amor| Un Final Inesperado © VOL 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora