Capítulo 14

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Un mes después.

Frotando su cara contra el ancho pecho de Jeno, Renjun se preguntaba cómo era posible sentirse tan bien con un hombre que era la definición de "tipo equivocado".

Era algo escalofriante cuan sexualmente compatible era con Jeno. No era como si las experiencias sexuales previas de Renjun fueran malas -lejos de ello- pero esto era algo más. Este era el tipo de atracción que lo hacía sentir drogado cuando Jeno lo tocaba, y hambriento de sexo cuando Jeno no lo hacía. Era embriagador. Era aterrador. Era aterrador lo bien que Jeno podía leer su cuerpo y tocarlo como a un instrumento: era mandón cuando Renjun deseaba ser poseído y mandoneado, era gentil y comprensivo cuando Renjun necesitaba abrazos y acurrucamientos, y era deliciosamente cruel y atemorizante cuando Renjun estaba de humor para fingir que no lo deseaba (con Jeno, siempre lo deseaba).

La parte más aterradora era, que iba en ambas direcciones. Renjun estaba perfectamente en sintonía con Jeno. Cuando Jeno estaba en un humor oscuro, Renjun se encontraba volviéndose maleable y extremadamente sumiso, dejando a Jeno marcarlo y sacar su frustración sobre él, y excitándose con ello.

Se excitaba complaciendo a Jeno, lo cual era... sí, probablemente algo jodido.

La parte más jodida era, que ni siquiera podría decir que se estuviera aprovechado de él o mintiéndole de ningún modo. Jeno no pretendía ser nada que no fuera. Renjun no empezó a pensar repentinamente que Jeno podría ser un buen tipo incomprendido. Jeno no era un buen hombre; Renjun era perfectamente consciente de ello, y sin embargo, eso no cambió para nada su insana atracción por él.

—Eres malvado —murmuró contra el pecho de Jeno—. ¿Cómo me has convertido en un ninfómano?

Sintió más que oír la risa de Jeno.

—No es mi culpa que seas una mierdita pervertida, Kudryashka.

—¿Qué significa eso? —murmuró Renjun, sin molestarse en negar lo de mierdita pervertida—. No conozco esa palabra.

Sonaba como un mote cariñoso. Renjun esperaba que no fuera un mote cariñoso. La tendencia de Jeno a utilizar apelativos cariñosos que no sentía no era para nada entrañable.

Jeno jaló su pelo.

—Significa "Ricitos." O algo suficientemente parecido.

Estupendo. Así que otro cariño fingido.

—Estoy empezando a pensar que tienes algo con mi pelo —dijo Renjun.

—¿Qué te dió esa idea? —dijo Jeno, pasando su mano por entre los rizos.

Cayeron en un silencio que no debería haber sido tan cómodo.

—¿Alguna vez has matado a alguien? —murmuró Renjun, arrastrando los dedos por el musculoso brazo de Jeno.

—Lo he hecho —respondió Jeno.

Un escalofrío recorrió la espina de Renjun. La respuesta de Jeno no lo sorprendió en sí misma -habría estado más sorprendido si la respuesta fuera negativa- pero la calma con la que Jeno hablaba de ello era jodidamente escalofriante.

Renjun miró el tatuaje en el brazo de Jeno, una única palabra en ruso: "Помни." Significaba "Recuerda". Renjun no sabía la historia detrás del tatuaje, pero le parecía un buen consejo: nunca debía olvidar de lo que era capaz este hombre.

—¿Quieres decir personalmente o dando una orden? —dijo Renjun.

—¿Hay alguna diferencia? —dijo Jeno, con voz muy seca—. Un asesinato es un asesinato, sin importar qué manos lo perpetúen. Pero para responder a tu pregunta: ambos.

【𝖚 ┃𝖕┃ 𝖈】 ||ɴᴏʀᴇɴ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora