Un atardecer |Taekook|

5

— ¿Qué haces aquí?

¿Qué diablos hace el aquí? En mi
departamento, ¡En mi maldito departamento! Además de estar en shock mis sentimientos duelen, siempre me habia imaginado que algún día él aparecería por esta puerta, siempre lo estuve esperando y ahora que está aquí es difícil de tomar, por qué no siento la felicidad que algún día imaginé, solo hay dolor, mucho dolor.
No lleva su traje como de costumbre, lleva una boina negra, una camisa blanca de botones, un chaleco negro y unos pantalones holgados negro.

Él ignoro por completo mi pregunta y bajo su vista a Rocco el cual se le largo con toda una felicidad encima, nunca en mis últimos 5 años con él lo había visto tan feliz, supongo que también lo extraño como yo lo hice, al menos el puede tocarlo y tirarsele encima como lo está haciendo ahora, por primera vez desde que empecé a trabajar con él lo vi sonreír con felicidad, solo por qué Rocco estaba lloriqueando mientras olfateaba todo su cuerpo y refriegaba su pelaje en él, por parte de taehyung este se agachó abrazando a Rocco y devolviéndole el cariño que el contrario le daba.

Aún con su maldita y hermosa sonrisa en su rostro cargo a Rocco, dejando varios besos en la cara de éste.

— ¿Me extrañaste? — Dijo el descarado mientras acariciaba la cabeza de Rocco.

Por supuesto que él te extraño, hace 5 años que no sabe nada de tí, tanto a mí como a él, nos afecto tu ausencia.

— También te extrañe. — Dice al escuchar como Rocco ladra en respuesta.

— No has respondido mi pregunta. — Hablé está ves yo captando la atención de ambos, tanto él como Rocco me miraron.

El traicionero de Rocco me miró con felicidad en sus ojos, en cambio taehyung bajo su vista a mí cuerpo y luego volvió a mirarme a los ojos.
Y luego recordé una cosa, aún estaba en bata, ¡Estaba completamente exhibido ante sus ojos! Mis mejillas ardieron en vergüenza y aparte mi mirada rápidamente de él.

— Te dije que vendría a visitar a Rocco.

— Si, pero no creí que hablabas en serio. — Dije en un tono molesto mientras miraba al traicionero de Rocco.

— Yo siempre hablo en serio. — Dijo y dejé salir una mueca sarcástica.

— Claro, gracias por su agradable visita señor Kim, pero lamento decirle que tengo un cita en media hora. — No, no es una cita solo es una salida con un nuevo amigo.

— No estamos en el trabajo, así que no debes de llamarme "señor" — Dijo él mientras seguía acariciando a Rocco. — Y lamento decirte que no me iré, deja tu cita para otro día no puedo irme tan rápido, ¿no ves lo feliz que está Rocco? — Maldito manipulador.

— Ni siquiera avisaste antes de venir, y ¿Cómo sabes dónde vivo?

— Está en tu expediente. — No recuerdo aver puesto mi dirección. — Con que vives aquí. — Dice mientras se adentra al departamento aún con Rocco en sus brazos, yo sin saber que más hacer cerré la puerta.

Bien pongámonos a pensar, no puedo irme y dejarlo aquí con Rocco, pero tampoco puedo romper la felicidad de Rocco, pero tampoco puedo darle a Rocco, mira si me voy y lo dejo con Rocco y se lo lleva y nunca más quiera dármelo. No, no puedo permitirlo.

— Bien, espérame aquí. — Dije y con apuro camine hasta mi cuarto, al entrar rápidamente me puse algo comodo y decente.

Luego agarre mi celular y le marqué a Hyun-Ki, cuando esté me contesto le suspendí la salida mintiéndole con que tenía que llevar a Rocco al veterinario por qué estaba enfermo.
Él tan buena persona me dijo que no me preocupara que lo dejaríamos para otro día. Al cortar la llamada me sentí culpable por haberle mentido, él fue tan buena persona conmigo y yo le pago de está manera.
Me miré en el espejo y me quedé en un trance, maldita sea taehyung está en la sala, con Rocco, en el sofá, no puedo creer que esto este pasando, todo paso de repente. Un día voy a una entrevista me aceptan y me dicen que tengo que ser asistente personal del jefe, resulta que el jefe es mi maldito ex novio el cual me abandonó como un perro, me trata como un sirviente al trabajar con él y ahora aparece en mi departamento, sin invitación como un descarado sin vergüenza.
No puedo salir y verle la cara, ¿de que hablaríamos? ¿De lo mucho que me dolió que me abandonará?, ¿De lo muy dolido que estoy por él?, ¿De lo imbécil que es? Nuevamente mi respiración empieza a ir más lenta y todo mi cuerpo empieza a temblar, unas ganas de llorar amenazan por salir y mis sentidos se nublan.