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Capítulo 4

El día anterior no había tenido oportunidad de observar el lugar en el que se encontraba, la casa tenía ventanas grandes que iluminaban los pasillos, según le había explicado Morgan, la habitación de junto era la de Elara, la rubia que conoció, y la siguiente la de su hermano, en la primer planta se encontraba el cuarto de juegos de los gemelos, estaba esperando por ellos.

-Señorita...- alza la vista a una de sus mucamas.

-Ayla- la corrige- por favor no me traten de usted, me hace sentir vieja, debemos tener la misma edad, por favor solo Ayla.

-Bien, Danielle fue por los gemelos, y el señor Sallow nos pidió que te diéramos una lista de los alimentos que consumen para que puedas organizar el menú.

-Gracias Olivia, necesitaré su ayuda estos días para adaptarme, espero que...

Las risitas de los niños la interrumpen, se siente nerviosa, solo puedo esperar agradarles, o esta sería una misión imposible. La pequeña Elara es la primera en aparecer corriendo, seguida por Danielle quien lleva de la mano a un niño, idéntico a su hermana, pero con el cabello corto.

-Ayla, te presento a los gemelos, Elara y Atlas Sallow- la primera se acerca alzando sus bracitos, al menos a ella le agradaba, el niño la estudia con sus bonitos ojos verdes, después a su hermana en brazos de la castaña, se acerca tímido y se abraza a su pierna, le causa ternura verlo rozar su naricita contra ella.

-Hola Atlas, tenía muchas ganas de conocerte- se arrodilla, colocando a la pequeña en el suelo, para poder ofrecer sus brazos a su hermano- me llamo Ayla- acaricia su mejilla con delicadeza, cuidando de no asustarlo- yo cuidaré de ti- algo en su pecho se estruja, el pequeño acepta ser abrazado por ella y esconde carita en su cuello, siente como la olfatea, haciéndole cosquillas- ven aquí hermosa.

Ofrece sus brazos a la niña uniéndola a su abrazo, tal vez esto si iba a funcionar después de todo.

...

-Si que son enérgicos- se siente agotada y solo ha pasado la mitad del día.

-Es su naturaleza, ¡ay!- Olivia se queja del pellizco que le propinó su compañera- ¡tranquila! Solo iba a decir que son niños- su actitud no es pasada por alto, pero decide no tomarle importancia, Atlas por fin se estaba durmiendo, llevaba meciéndolo en sus brazos ya más de cinco minutos, sus brazos estaban agotados por su peso.

-Danielle, ¿podrías comenzar a preparar su cena?- la joven asiente, termina de preparar la cuna del bebé, su hermana ya tiene unos minutos dormida y él por fin podrá descansar con ella.- Olivia, necesito ir por mi computadora, ¿puedes vigilar a los niños?

-Es mejor que yo vaya- la detiene tomándola de la mano, se voltea a mirarla sin comprender- no debe perder de vista a los niños durante el día- se acerca a ella confidente y le susurra- la vigilan, hay cámaras de seguridad en las habitaciones de los gemelos y el cuarto de juegos.

-Bien, está sobre mi mesita de noche, me quedaré aquí.

Observó con disimulo la habitación de Atlas, tratando de encontrar las cámaras de seguridad, pero si las había estaban bien ocultas, toma aire y se asegura de que su pequeño este cómodo antes de ir a ver a su hermana, la habitación de los gemelos estaba unida por una puerta, así tenía fácil acceso a los dos.

AylaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora