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Capítulo 24

Con las dudas sobre su relación con Malik aclaradas, todo pareció marchar con relativa normalidad, entrenar, estudiar, convivir con los gemelos y volver a la cama con su mate, la rutina le brindaba un sentimiento de absoluta seguridad, a veces tenía tiempo libre, que aprovechaba para explorar la mansión. Las semanas pasaron con esa rutina intacta, hasta que todo cambió.

-Hoy no estudiarás con Duncan – está terminando de vestirse, después del entrenamiento siempre necesitaba una ducha, pues terminaba sudada y en ocasiones llena de tierra, hiervas o lodo.

- ¿Sucedió algo? – se pone tensa, puede sentir con mayor claridad las emociones de su pareja, habilidad que había logrado desarrollar gracias a los entrenamientos especiales con Miles - ¿Malik? – termina de abrochar sus botas, pone especial atención en el hombre.

Tiene los hombros tensos, mirada pensativa y puede ver el cansancio acumulado de las semanas previas, se acerca con cuidado, tomando entre sus manos el rostro de su compañero para lograr que la mire, su carga emocional se siente opresiva en su pecho, está molesto, triste y muy preocupado.

-Dime qué sucede, por favor – ve la duda bailar en su mirada azul, incluso es capaz de ver esos casi imperceptibles destellos ambarinos de su lobo.

-Las brujas están listas para ayudarte, comenzarás esta tarde – se aleja de ella y no puede evitar sentir que la ha rechazado, pero se esfuerza por sepultar sus emociones para no ser una carga más para él.

Caminan junto al otro en total silencio a la cabaña del aquelarre invitado, al pasar por los límites del bosque él sujeta su mano en un gesto protector, mientras observa con cuidado los alrededores, Ayla trata de agudizar sus sentidos, pero no puede percibir nada.

- ¿Me dirás que sucede? – siente el apretón en su mano, incluso su pregunta lo distrae de la vigilancia que estaba haciendo – acordamos no ocultarnos nada, debemos estar unidos.

-Hablaremos de eso en la noche, ahora solo quiero que te concentres en tratar de romper esa marca.

Quiere decirle que lo único que puede liberarla es volver a su hogar, pero no desea revivir esa discusión, además ni siquiera sabe de donde proviene, así que, solo asiente, tratando de convencerse de qué tal vez podrían lograrlo de otra forma.

En la cabaña situada casi al límite del territorio de la manada, el ambiente se sentía tenso, cuando llegaron la puerta estaba completamente abierta, así que Malik dirigió la exploración, sin soltar su mano, encontraron reunidas en el jardín posterior, a Evie e Imelda, ambas en vestidos blancos, llevaban además una especie de armadura en color dorado que se sujetaba a su torso, mientras que en su rostro estaban dibujados símbolos extraños.

- ¿Qué es todo esto? – la voz del joven a su lado llama su atención, estudia ahora con cuidado su alrededor, no hay rastro de las mesas de trabajo, en el césped hay más símbolos extraños dibujados con un polvo blanco, velas encendidas y otros artefactos inusuales.

- Precauciones – Evie se acerca sosteniendo un frasco lleno de una sustancia verduzca - lo que haremos podría liberar a tu loba – o no – y por el tiempo que ha sido obligada a ocultarse, no podemos predecir si cooperará con nosotros o deseará tomar el control total.

- ¿Eso es posible? -  los ojos azules de su compañero la estudian, como si no hubiera considerado esa posibilidad.

-Sí – responde al fin – hay ocasiones en que un lobo es mucho más fuerte que su portador y cuando se transforman por primera vez le impide volver a su forma humana, tomando el control total del cuerpo y la mente, por lo general se vuelven salvajes y deben ser expulsados de las manadas, porque representan un grave peligro para todos, ya que solo actúan por sus impulsos animales.

AylaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora