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Capítulo 25

Malik Sallow

Verla sufrir sin poder ayudarla era sin duda el peor de los castigos, llevaban dos semanas intentado lograr su primera transformación, pero no importaba cuanto se esforzarán, no funcionaba, día tras día la vió ser torturada física, emocional y mentalmente, no iba a soportarlo mucho más.

- ¿Estás bien? – una pregunta vacía, la había pronunciado tantas veces que ya no las sentía como palabras, la pelinegra asiente, puede ver su intención de apartarse de sus brazos, pero lucha por no hacerlo, haciéndolo sentir más culpable que nunca.

-Mi abuela se encargará de ella, debemos darles unos minutos a solas – Evie siempre trataba de confortarlo, observa por última vez a su Luna, está temblando, por su boca y nariz sale sangre, aunque quiere quedarse cumple con lo que la bruja le ha pedido, cuando está por dejar el jardín le da un último vistazo, se ha colgado del cuello de la sacerdotisa, llorando desconsolada.

-Necesitamos un nuevo plan para ayudarla, no resistirá mucho más con estos métodos. – Se cruza de brazos, tenso, irritado y cansado, no solo tenía en mente ayudar a su compañera, sino las amenazas del falso rey, se estaba acercando peligrosamente a la manada, habían podido convencer al alfa Dylan de no caer en la provocación del enemigo, pero cada día era más difícil mantenerlo a raya.

-Sé que no quieres hacerlo ahora, pero insisto – la pálida mano de la joven bruja lo detiene, estaba dando vueltas por la estancia sumido en sus pensamientos – quizá márcala debilite el sello lo suficiente para romperlo.

-No.

Sentencia, no iba a marcarla, por obvias razones. Primero, estaban librando una guerra, si marcaba a su compañera no sería capaz de apartarse de su lado por tres días, y si los atacaban la pondría en mayor peligro, además el falso rey, buscaba asesinar a las Lunas de las manadas. Segundo deseaba que la decisión de unir sus almas fuera tomada por los dos, en el momento indicado, cuando lo deseen, ahora Ayla luchaba por no odiarlo, hacía todas estas cosas por él, su relación no estaba en el mejor momento.

-Entonces mañana continuaremos con su tratamiento. – Evie lo abandona en la estancia, dándole espacio también a él para pensar, agradece internamente ese gesto, pues esos minutos en soledad le han ayudado a calmar la ansiedad que lo consumía, le entregaron a su compañera en brazos, inconsciente.

-Despertará hasta mañana, será mejor que la dejen dormir hasta tarde, quizá saltarse el entrenamiento y sus clases, quédate cerca esta noche, necesita de tu energía para recuperarse.

...

Pasó la noche pegado a su espalda, escuchando el latir de su corazón y su respiración calmada, durmió de forma profunda por primera vez en semanas, pero cuando despertó ella no estaba ahí, saltó de la cama en su búsqueda.

-Deberías estar descansando – la joven voltea con su pequeña hija en brazos, el sol aun no brillaba en el cielo – vamos de vuelta a la cama – trata de quitarle a la pequeña de los brazos, pero se niega.

No necesitan de palabras para comprenderse, ella acepta volver al dormitorio, pero él debe ir primero por Atlas, dormir con los gemelos parecía ayudarle a sobrevivir, se aferraba a ellos con fuerza, como si su vida dependiera de eso, así que solo podía complacerla, no iba a perderla.

Cuidó el sueño de las tres personas que más le importaban en el mundo, con un nudo en el estómago, sabía que estaban en peligro y solo esperaba poder detener el enfrentamiento, esperaba ganar, para mantenerlos a salvo.

...

-Gracias por dejarme pasar la mañana con los pequeños – patea una piedra por un par de metros hasta sale rodando en la dirección equivocada. – Necesitaba eso, ahora me siento mejor.

AylaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora