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Capítulo 19

Cuando despertó esa mañana se podía sentir un cambio en el ambiente, esperaba fielmente que Malik cumpliera con su palabra, después de darse una ducha relajante, encontró una nota sobre la cama junto a una muda de ropa deportiva.

"Debo salir a resolver unos problemas con la manada vecina, baja a desayunar, te encontrarás con Miles ahí para tu primer entrenamiento, yo volveré por la noche, espero que tengas un buen día.

-Malik"

Guardó la nota y se vistió, trenzó su cabello para estar cómoda mientras entrenaba, cuando abrió la puerta la sorpresa la invadió, el pasillo estaba vació, no había señales de guardias que la custodiaran, su corazón se encoge en su pecho, Malik estaba confiando en su palabra, por primera vez en mucho tiempo se sentía bien en ese lugar.

-Buen día- en la cocina ya se encontraba Miles, quien solo le devolvió el saludo con una mirada fría, también estaban Duncan y Morgan, el primero desayunaba junto al beta de la manada y la mujer preparaba algo junto al chef.

-Buen día Luna – el hombre se giro solo unos segundos para mirarla y hacer una especie de reverencia con la cabeza, dejo de verla antes de poder decirle que no la llamara de esa forma.

-Señorita Wayne, su desayuno – Morgan no la miró, dejó un plato de fruta frente a la silla entre Miles y Duncan, desayunó en silencio, un tenso e incómodo silencio, parecía que la única persona a la que le agradaba en esa habitación era el cocinero, y él prefería trabajar sin hacer ruido alguno.

-Debes terminar rápido, tenemos que irnos, no te esperaré- Miles se pone de pie, la observa alzando ambas cejas apurándola, traga el bocado rápido y le da un sorbo a su jugo de naranja.

-No puedes hablarle así – Duncan interviene, aunque no la mira, puede sentir la molestia del joven, no solo hacía Miles sino también a ella – es tu Luna.

-Aun no acepta ese puesto, y hoy solo es un recluta más en entrenamiento – el verde en sus ojos siempre era tan frío, Ayla se estremecía con tan solo su mirada, la incomodidad en el lugar solo iba en aumento – y tampoco puedes hablarme de esa forma, tu rango no lo permite.

-Sabes que eso no me importa, mi deber es protegerla...

-No lo has hecho muy bien, ¿verdad? – de reojo podía ver al rubio tensarse, le parecía incluso percibir que estaba temblando – ha intentado escapar dos veces, y ha resultado gravemente herida, en ambas ocasiones.

Se escucha el chirrido de la silla cuando Duncan se pone en pie, y el golpe fuerte cuando cae, Ayla se mueve por instinto rápidamente interviene con su cuerpo entre ambos, deteniendo la posible pelea.

-¡Deténganse! – la orden sale de sus labios con fuerza, imperiosa, su acción funciona, ambos se detienen, ve a Miles bajar la cabeza con reticencia, inclinándola un poco descubriendo su cuello.

-Como ordene, Luna – le responde con los dientes apretados – si está lista, debemos irnos.

No deja de observarla, siente la mirada de todos sobre ella, se gira descubriendo que no solo detuvo a los jovenes, Morgan y Marco también se detuvieron, esperando.

-Lo siento, continúen con sus tareas, nosotros nos retiramos – le da una última mirada a Duncan, se ve tenso, él no deja de mirarla hasta que se pierde de su vista.

...

Un viaje en auto de veinte minutos después, llegaron a una especie de academia, rodearon un edificio del que entraban y salían adolescentes, caminaron un par de minutos más hasta llegar a un campo abierto, la escuela se veía a lo lejos, aun así, en el campo había grupos diferentes de jovenes que corrían, saltaban y peleaban en parejas.

AylaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora