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Capítulo 27

Estaba flotando a mitad del lago cuando vuelve a sentir el control de su cuerpo, se hunde momentáneamente y debe hacer un esfuerzo por nadar hasta la orilla, está entumecida, no solo de manera física, sino emocionalmente, Evie la envuelve en la capa roja, mientras ella trata de controlar los temblores de su cuerpo.

- ¿También lo viste? – no necesita respuesta, su mirada plateada se lo dice todo, le sonríe, pero ni su mágica sonrisa le puede ayudar a calmar el dolor en su pecho.

-Lo siento mucho – asiente, no vuelven a cruzar palabra, la bruja vuelve a guardar todo lo que había necesitado – debemos regresar, quiero asegurarme de que mi familia está a salvo.

-Si, vamos.

Vuelve a pensar en sus gemelos, esperaba que hayan logrado ir al refugio, no tenía forma de saberlo, debía ir a buscarlos por cuenta propia, ignoró el frío que sentía, tomó las manos de Evie agradeciendo su calidez.

...

Aparecieron frente a la cabaña, el amanecer comenzaba a avanzar, aguantó con orgullo las ganas de vomitar después de la sensación de succión que venía con la magia. Todo estaba muy tranquilo, no había indicio alguno de problemas, por lo menos ella no lo sentía, pero Evie era más sensible.

-Hay algo extraño – camina a paso rápido, dejándola atrás, así que debe ponerse en marcha tras ella, ve su magia brillar en la punta de sus dedos, destellos plateados – han usado magia de sangre, ¡Ayla, vamos!

- ¿Qué significa? – debe gritar detrás de ella, correr completamente empapada era difícil, pero logró seguirle el paso hasta llegar a los terrenos de la mansión, entendió de lo que hablaba sin explicación.

Encontraron los cuerpos de varios soldados, parecía que estaban escapando de algo, en su rostro una expresión de absoluto terror, el estómago se le revuelve al imaginar lo asustados que debieron estar en sus últimos momentos de vida, más adelante se toparon con el cuerpo de una de las brujas.

-No – Evie se arrodilla, con manos temblorosas da vuelta al cadáver, un jadeo escapa de sus labios al reconocerla - ¿Por qué? – su voz se corta y gruesas lágrimas corren por sus mejillas.

Ayla da unos pasos atrás sorprendida de lo que está viendo, la punta de los dedos de la bruja tienen manchas negras, sus ojos están completamente rojos y se desangra por su boca, nariz y oídos.

-El refugio está a unos metros – la rubia tiene los ojos enrojecidos, su voz se corta cuando intenta hablar, toma una bocanada grande aire para controlarse – creo que su objetivo era el refugio.

La imagen de sus pequeños siendo atacados llega a su mente, corre en su búsqueda con el corazón latiendo a mil por hora, rezando para que estén a salvo. Siente la magia de las protecciones de las brujas cuando las cruza, lo primero que ve es a su compañero hablando con los brujos que custodiaban la entrada del refugio.

- ¡Malik! – su nombre sale de su boca como un grito de alivio, hay cierta paz al verlo ahí, sin alguna lesión visible, la recibe en sus brazos, el calor de su cuerpo es como un analgésico para su cuerpo, le sujeta el rostro para evaluarla, puede sentir la ansiedad del hombre disminuyendo.

- ¿Y los niños? – no tiene respuesta a ello, quiere decir algo, pero nada sale de su boca, parece decirlo todo con su expresión, ambos entran en el refugio para buscarlos, pero no los ven, todos ahí parecen tensos y asustados.

-Morgan, ¿Dónde están los gemelos? – pero ella tampoco le puede decir dónde está, lo ve en su rostro el dolor y el miedo. - ¿Qué sucedió? – esta comenzando a alterarse, hasta que escucha el llanto de Elara.

Cuando la encuentra ya está en brazos de su padre, pero no parece poder calmarse, llora y gira su cabeza como buscando a su hermano.

-Se lo llevaron – Morgan por fin habla, con la peor de las noticias.

- ¡No! – grita, sus emociones estallando en su mente, nublando su juicio, algo dentro de ella buscando liberarse - ¿qué sucedió?, les pedí que los trajeran, ¿Por qué solo está Elara?

-Fuimos traicionados – siente que la sujetan, Morgan la abraza con fuerza para consolarla, pero no funciona, está temblando de nuevo, pero no hay rastro de frío, siente oleadas de calor golpeándola.

-Mi hermana – Olivia se acerca con la nena en brazos – nos traicionó, ella dejó que el enemigo entrara y se llevó a Atlas con el falso rey.

Parece que el mundo se ha ralentizado, su pequeño, en manos de un asesino, sabe que es perfectamente capaz de matarlo, ya lo había intentado con ella. Malik parece fuera de si, sale casi corriendo del refugio y ella debe seguirlo para evitar que cometa alguna estupidez, primero debe advertirle de su propio hermano.

Lo sujeta por un brazo, pero se sacude de ella, derribándola en un solo movimiento, pero no puede rendirse con él, lo llama de nuevo, su esfuerzo al fin funciona, debe ponerse en pie cuando la mira, quiere acercarse, pero la amenaza en su mirada la detiene.

- ¿Dónde estabas? – grita, llamando la atención de todos - ¡Debiste estar en el refugio con mis hijos! – no le da tiempo de explicarse, algo en su pecho se encoge, comienza a tener miedo de él, trata de controlarlo, pues solo empeoraría todo - ¡Tú trabajo era protegerlos!, ¡a todos ellos!

- ¡Lo haré, yo los protegeré! – se cuerpo reacciona por instinto preparándose para un ataque, pero abandona esa idea tan rápido como llega, él no le haría daño, se acerca con cuidado y lo toma por las mejillas, quiere que entienda, qué ella será lo que necesiten.

-No – aleja sus manos con un golpe, sorprendiéndola. – No eres digna de hacerlo – su pecho duele de nuevo, algo más dentro de ella parece agonizar con sus palabras.

-Malik... - Duncan los interrumpe, pero no puede apartar los ojos de su compañero, fríos, calculadores, como la primera vez que se conocieron, hay odio en las palabras que pronuncia.

-Tú no serás la Luna de esta manada, es tu culpa que todo esto pasara, no te quiero cerca.

Jadea por el dolor, se encoge sujetando su pecho, arde, agoniza, no lo siente acercarse, la toma con una sola mano, apretando su mandíbula, ignora su dolor, debe aguantar las lágrimas, sus ojos arden.

-Te rechazo – cae de rodillas cuando la suelta, definitivamente siente que agoniza, ¿morirá? - te quiero lejos de mi familia.

No voltea a verla de nuevo, solo la deja ahí, humillada, adolorida y suplicando desaparecer.

...

No sabe cuánto tiempo pasa, pero fue el suficiente como para quedarse sola, toda la manada había vuelto al pueblo, con órdenes de ignorarla, ya no tenía valor alguno para ellos, debía abandonar sus terrenos cuanto antes, pero seguía entumecida.

-Ayla – abre los ojos, el cabello rubio de Duncan es lo único que puede distinguir gracias a la luz del sol, pero no puede moverse, siente como la toma en brazos, para comenzar a caminar.

- ¿Qué haces? – pregunta con voz débil, ni siquiera tiene fuerza para sostener su cabeza.

-Me quedaré contigo – lo escucha con atención – me expulsó de la manada, por ponerme de tu lado. - Lo ve de pie, a unos metros de ellos, Malik con las manos en puños, viéndolos con desprecio mientras abandonaban su manada.

-Gracias, Duncan.

Apoya la cabeza en su pecho, recuperando un poco de fuerza, decidiendo que debe hacer todo en sus manos para detener al falso rey, para detener a su hermano.

-Eres mi Luna, mi deber siempre será protegerte.

AylaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora