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Capítulo 13

Casi no puede creer que después de tanto tiempo por fin la dejaba salir sola, o bueno casi, Malik se mantenía cerca, solo observándola, dandole espacio, cosa que agradecía pues desde esa mañana no podía dejar de pensar en besarlo.

No tenía razón alguna para hacerlo, solamente deseaba besarlo, probar la calidez de sus labios, conocer su sabor... ¿Por qué pensaba en eso? El día era precioso, cálido aun cuando todo estaba cubierto por la blanca nieve, se concentra en terminar el hombre hecho por grandes bolas de nieve, le hace falta una bufanda, sombrero y una zanahoria para la nariz.

Sigue disfrutando del sol en su rostro, Malik la llama para avisarle que debe atender unos asuntos importantes, la deja a cuidado de las hermanas Miller y Duncan. No pudo contener su emoción al verlo, saltó en sus brazos y se dejó abrigar con su bufanda.

-Te ves mejor- menciona al verlo caminar con total normalidad.

-Los lobos sanamos en cuestión de días.

-La última vez que te vi, estabas muy herido- se estremece de solo recordarlo – por mi culpa.

-No fue tu culpa, me enfrentaría a Malik las veces que sean necesarias, solo para protegerte.

Pero no quiere que lo haga, lo último que deseaba era que alguien lo lastimara, pasean por el jardín en un agradable silencio, pero sin previo aviso Duncan la detiene tomándola por el brazo, la esconde detrás de su espalda, no le da tiempo de preguntar, las hermanas se han acercado hasta ellos rodeándola.

-¿Qué sucede?- estudia sus rostros al no obtener respuesta, ellos parecen conectados de alguna manera, solo se lanzan miradas entre ellos comunicándose.

-Ayla – el rubio se gira, la sujeta por los hombros, luce inquieto, voltea a todas partes buscando algo, Olivia y Danielle se han marchado por caminos distintos – necesito que te quedes dentro de la mansión, ¿está bien?

-Sí, pero...

-Por favor, no salgas hasta que vuelva, si te encuentras con alguien de la manada quédate a su lado, hasta que alguno de nosotros te busque.

-Estas asustándome – aprieta sus hombros, vuelve a mirar tras su espalda.

-Nada va a pasarte, solo ve a la casa.

No la deja responder, corre en dirección al bosque, vuelve sobre sus talones con la intensión de hacer lo que le han pedido, pero se detiene abruptamente, a unos pasos una mujer de capa roja la observa, solo puede ver su enorme sonrisa, la mitad de su rostro es cubierta por la capucha.

-Ayla Wayne, es un placer conocerte.

Su voz es melodiosa, dulce, amigable, la hace querer confiar en ella.

-¿Nos conocemos? – la mujer vuelve a sonreír, avanza hasta ella, la capa ondea a sus pies, parece como si flotara en lugar de caminar.

-Aun no, pero he escuchado mucho sobre ti – descubre su rostro, el cabello blanco cae a sus costados, sus ojos grises, casi plateados la estudian.

-¿Eres amiga de Malik?- ríe delicadamente, su sola apariencia la hipnotiza, es tan bonita, transmite mucha paz y felicidad, haciéndola sentir bien.

-No precisamente, pero soy su invitada, descuida.

-Creí que tenían una reunión importante.

-Mi abuela se encarga de eso, yo he venido a conocerte, eres muy famosa entre nuestro pueblo- la rodea examinándola minuciosamente, cuando la tiene de nuevo al frente tiene el ceño fruncido – interesante.

AylaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora