POV. Tom
El viento soplaba violentamente, una ventisca de nieve pasaba afuera en el campo, se podían escuchar los silbidos que se generaban por el viento que se filtraba entre las grietas y separaciones de los muros, las ventanas con los vidrios empañados por la suciedad y el descuido, apenas y hacían su trabajo de cubrir nuestro espacio de descanso de aquel brutal temporal que se azotaba afuera. Se podía escuchar perfectamente el crujir de los quejidos que hacían las barracas, donde uno de los inviernos más fríos y crudos de los últimos años golpeaba sin piedad aquellos muros que se convirtieron en nuestro resguardo forzado, y que ni un ápice de confort nos brindaban para este temporal.
Aquella terrible temporada reflejaba claramente la atmosfera del campo, un lugar frío y oscuro, donde con cada horno prendido, las cenizas cubrían con una espesa y morbosa capa a cada uno de los habitantes de ahí, donde en lugar de copos de nieve blancos, estos eran una mezcla de gris, y que en lugar de festejar aquellas festividades de alegría y gozo, simplemente esperabas entre la angustia y dolor que cada día se aprovechaba de los débiles y quebrantaba hasta al más duro y valiente de los reos. Cayendo víctimas de un odio infundado e injustificado, donde el simple hecho de ser judío, gitano u homosexual era sinónimo de "infrahumano", y era castigado como pena de muerte. Te mataban por el simple hecho de estar vivo.
–Creo que...—se recargó en el marco de la ventana, la marquesina hacía un cuadro perfecto de aquella melancolía que transmitía con un simple suspiro, con un simple lento parpadeo, como si sus pestañas quisieran alargar aquella agonía, evitar la catástrofe, evitar todo aquel dolor que se avecinaba, para que de sus hermosos ojos simplemente rodara una lágrima, solitaria, así como aquel cuadro perfectamente enmarcado...si, Bill estaba dolido, pero más que eso, estaba vacío— al final de cuentas, el juego se convirtió en realidad, mis miedos en agonías y mis alegrías en meras tristezas, buenos recuerdos que se quedaran en la memoria, caricias anhelantes que mi piel me exigirá, besos deseosos por repetirse...palabras que simplemente quedaron colgadas gritando, exigiendo ser dic-chas...–sollozos atravesaban sus palabras, las rompían como con cada latido con el que se rompía mi corazón.
»Nadie, nadie sabe cuanto te amé, te amo y te amaré, nuestro camino fue ciego, nuestras miradas se perdieron y nuestras manos se soltaron, y tal vez, sólo tal vez, vengas a mi, regreses corriendo, gritando y llorando a lágrima viva...porque después de todo, fuimos, somos y seremos,...—lentamente se fue volteando para quedar de frente a toda la clínica, lágrimas recorrían libremente sus mejillas, todos tenían la mirada brillosa, suspiros atorados, y respiraciones contenidas y él...él tenía la mirada clavada en mis ojos, y fue entonces que un brillo iluminó su rostro, un solitario destello de resolución apenas se reflejaba en ellos—no me digas que te ignore, porque no pienso hacerlo–tragué, mi vista se volvió borrosa, y un sollozo audible salió de mis temblorosos labios— pero tampoco me pidas botar todo...—sus ojos parpadeaban a mil por hora, evitando el flujo de sus lágrimas que eran retenidas por sus largas pestañas.
A paso trémulo se fue acercando a mi lugar, y ya estando frente a mi, se hincó en una rodilla y agarró mi mano entre las suyas, tan suaves y cálidas, algo que contrastaba perfectamente contra ese lugar olvidado por dios, y que sólo el ser humano imponía su gozo ante el sufrimiento de aquellos que consideraban "infrahumanos", y en ese instante mi mano libre fue directo a cubrir mis resquebrajados y agrietados labios.
—Porque eres lo mejor de mi vida, y no, no te dejaré, no te abandonaré, nunca más, pídeme quedarme y lo haré...pídeme la luna, y te la daré, pídeme el sol, te lo daré, pídeme la eternidad—su voz apenas audible por tantos sollozos me hacían sentir cálido, como cada vez que me abrazaba, que me besaba... como cada vez que me veía—pero por favor...no me dejes...–podía escuchar los suspiros de las enfermeras y uno que otro sollozo de los hombres que estaban ahí y que habían vivido junto a nosotros todo el dolor y amor que pasaba cada día, apreté su mano, cerré los ojos fuertemente, y yo simplemente...corrí.
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Love is death.
FanfictionRompió en el llanto más amargo y lamentable que una persona jamás hubiera visto, el dolor era palpable, la angustia se hacía empática, el dolor...era real. -No...-apenas era audible su voz entre tantos sollozos que lograba soltar el pelinegro-no...p...