Love is death.

CAP.10 -.Calling Me.-

La monotonía es algo a lo que el hombre está acostumbrado, más no al grado de pasar más de cinco días en un vagón de tren, en un gélido clima lluvioso. El hombre está hecho para la rutina, despertar, desayunar, ir al trabajo o escuela, regresar a casa para volver a comer y finalmente dormir, lo mismo durante todos los días...pero esto, esto era horrible.

La putrefacción de los cuerpos en descomposición se impregnaba en la nariz y te dejaba solamente ese fétido aroma, incluso empezábamos a apestar nosotros los vivos; en la esquina izquierda de al fondo se encontraba una gran cantidad de paja a modo de baño, pasamos a ser seres humanos a un puñado de animales trasladados en vagones de carga animal.

El frío se colaba por cualquier separación de los muros de madera, a veces los fuertes ajetreos meneaban violentamente el vagón, sacudiendo los maltrechos cuerpos de todos los presentes.

—No creo haberme sentido más ofendido en toda mi puta vida, pero esto...—la voz congestionada de Andrew tenía un tono rasposo que la hacía aún más grave, y con los cortes en su boca junto a los moretes que se estaban tornando de un enfermizo color morado verdoso, no le daban la mejor apariencia—esto es realmente devastador, es increíble que traten así a personas, no importa si son prisioneros de guerra o lo que sea...esto es inhumano—se recargó en una de las paredes cercanas, se veía que realmente estaba cansado, no sé si de la situación o simplemente de la vida en general.

—Vamos Andrew...—la voz aún más rasposa de Anis nos estaba preocupando más de lo normal, él jamás se enfermaba, o al menos jamás lo vi enfermo, y eso era una clara mala señal— donde dejaste ese optimismo de mierda que siempre nos andas embarrando en la cara...—su torcida sonrisa me recordó a ese niño de apenas 10 años que conocí.

—Bu...realmente no sé si esto sea siquiera para pensar en ser optimista—recargo la cabeza en la misma pared donde descansaba su cuerpo, dejando salir un largo y triste suspiro— estamos siendo dirigidos al mismo infierno por lo que sé— se tallo con ambas manos el rostro, haciendo una mueca en cuanto hicieron contacto con todas sus heridas ya adormecidas por el frío helado— mierda, esos Fritz si saben como dar un golpe...pero aún así meros rasguños—todos soltamos apenas un jadeo como risa, nadie estaba de ánimos para estar feliz.

—¿Crees que realmente nos vayan a matar?— la voz de Gustav parecía ahorcada, apenas audible, un mero susurro.

—No lo sé Gus...me gustaría decirte que no...pero en estos tiempos tan mierda...—traté de darle una mirada reconfortante a mi amigo, pero mi amigo sólo bajó la cabeza y enseguida la cubrió con ambas manos.

—No creí que esto pasaría cuando regresara a casa...—pero creo que simplemente estaba más en shock qué otra cosa, más no creo que realmente se refiera a esto, o no sé, una persona debe estar realmente trastornada para hacer todo este infierno.

—Lo sé Gus...lo sé— pasé mi brazo sobre sus hombros, tratando de acercarlo lo más posible tratando de cuidarlo y protegerlo— yo creí que tal vez la próxima vez que pisaría estas tierras sería para llevarme a Bill a Paris por nuestra unión secreta...pero esto, ni en mi peor pesadilla lo hubiera creído posible— el clima se hacía cada vez más gélido y calador, la piel se agrietaba con el mero hecho de estar expuesto por unos segundos, y nuestros uniformes mal trechos no ayudaron de mucho.

—Estamos desacelerando, ya casi llegamos a nuestro destino...pero realmente no logro distinguir el área— la voz de Anis hizo que voltearamos en su dirección, todos en el vagón estaban ansiosos, encerrados con muertos por varios días nos ponía a todos con lo bellos de punta, estábamos rodeados de bosques, y una que otra casa por aquí y por allá, pasamos un pequeño poblado, y podría jurar que había visto este lugar antes.