Cada noche antes de dormir me realizo mi rutina de skin care, enciendo una vela aromática, pongo una canción relajante y me aplico mis productos. Es como un ritual para mí.
Mi casa es enorme, se volvió tan vacía desde la partida de mis padres hace dos años. Es por ello que he intentado mantenerme ocupada con mi trabajo y demás actividades, entre ellas está mi rutina de noche.
Mis amigos siempre me preguntan sí me da miedo vivir sola en una casa tan grande, sienten que algo aterrador asecha la casa. Les menciono que no, ya que mi vida siempre ha sido aquí y a veces aún siento la compañía de mis padres, eso y que a veces siento que algo me observa. No me siento incómoda, para nada, suelo sentirme así cuando hago mi ritual. Entre las grietas de las murallas y los crujidos de los pisos de madera me susurran la historia de esta antigua casa.
O tal vez sean esa cosa que me observa. No me asusto, desde que descubrí su existencia solo espero, paciente y discreta a que salga de las sombras y que el secreto oculto de mis padres por fin salga a la luz.
Tarareo en voz alta y suave al ritmo de la música, me entrego al cálido olor de la vela y dejo poco a poco que aquella presencia se vuelva más nítida.
—Ellos ya no están aquí, ya no pueden hacerte daño, por fin eres libre. —Digo mientras bailo al ritmo de la melodía y veo unos dedos asomándose entre las grietas, sonrío— No temas, puedes confiar en mí, mi querida hermanita.
ESTÁS LEYENDO
Relatos para antes de Dormir.
HorrorUna serie de relatos de índole oscura que esperan cautivar, aterrorizar y causarte pesadillas. Esperando que disfrutes, buenas noches...