Entre ruidos y sombras lo observaba ir y venir. Su pelaje brillante con sus ojos encendidos le provocaban escalofríos. Al llegar los primeros rayos de sol, su silueta se enmarcaba entre la oscuridad de la cabaña. Lo sintió al amanecer, el gruñido de su estomago reclamando a su presa, se escondía arropado en su cama. Él se acercó sigiloso, empapado de sangre, deja caer al suelo la caza de la noche.
—Aquí tienes hijo, es hora de comer —dice ofreciéndole su presa.
Los ojos del pequeño se encienden hábidos de hambre y pronto su estomago deja de gruñir.
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Relatos para antes de Dormir.
HorrorUna serie de relatos de índole oscura que esperan cautivar, aterrorizar y causarte pesadillas. Esperando que disfrutes, buenas noches...