Medianoche.

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     Soy una persona bastante entregada a mi trabajo, ya que es todo lo que tengo. Mi trabajo es demandante, por lo que muchas veces me quedo hasta la medianoche para terminar informes y demás pendientes que se entregan a un plazo determinado que debo cumplir. Me esmero en dar lo mejor de mí, ya que soy la más nueva de mi equipo y espero me ofrezcan un ascenso.

     —Ya he terminado, es hora de descansar. —Digo mirando mi reloj que marcan casi la medianoche. Tomo mi bolso y mi abrigo, salgo de la oficina bien abrigada para ir a casa a tomar un baño y descansar para luego volver a mi rutina diaria en el trabajo. 

     Al salir del edificio, siento una bruma helada que me hiela las manos y pienso que debí traer guantes. El invierno está a la vuelta de la esquina y me orilla a tener que usar ropa más abrigadora. Noto como mi aliento se vuelve un vapor tibio en la noche. Cruzo la avenida principal en la que se ubica mi trabajo. Hay poco transito, lo que me facilita mi caminata hacia mi departamento que queda a tres calles del edificio.

     Observo de reojo el cielo con sus escasas nubes y una luna llena casi en su punto más alto. Cruzo la vereda y paso al lado de un callejón sin salida, una farola alumbra hacia su dirección pero no logra iluminar hasta el fondo. Observo rápidamente en una mirada penetrante al escuchar un sonido estruendoso. Apresuro mi paso para salir de aquel sitio que me causa escalofríos. Unos cuantos pasos más y llego a mi departamento, es pequeño, pero cómodo, todo lo que me permite mi salario actual. Preparo la bañera para tomar un relajante baño de espuma antes de ir a la cama a dormir.

     A la mañana siguiente, regreso a mi rutina de todos los días. Llego a las nueve en punto para iniciar mi jornada laboral, saludo a mis compañeros y reviso mi agenda de hoy que muestra estar atestada de tareas por hacer. Marc, el subdirector del área creativa de la empresa, se acerca con una gran sonrisa a modo de saludo.

     —Rose, Cecilia y Joshua hoy saldremos a tomar unas copas al bar de la cuadra de al lado después del trabajo, ¿te nos unes?

     —Hola Marc. Hoy tengo mucho trabajo como puedes ver —le muestro la pantalla del ordenador—. Tal vez en otra ocasión.

     —Siempre tienes mucho trabajo, pero esta bien —sonríe algo desanimado—. Te tomaré la palabra, la próxima vez tendrás que unírtenos—. Le sonrío de vuelta y se marcha a su cubículo.

     La verdad es muy lindo, sin embargo estoy tan concentrada en mi trabajo y en conseguir estabilidad, que no tengo tiempo para nada más.

     Comienza a anochecer y ya casi termino mi tareas. Tomo mis cosas y salgo del edificio, esta vez vine más abrigada. Cruzo la avenida, camino hasta llegar al callejón, lo observo de reojo y vuelvo a escuchar un ruido extraño, comienzo a caminar más rápido y oigo unos pasos tras de mí. Volteo a ver y no hay nadie detrás de mí, vuelvo a caminar aún más veloz y los pasos se hoyen más fuertes y rápidos, mi corazón y respiración se aceleran a un ritmo descontrolado. A este punto empiezo a trotar, pero uno de mis tacones se rompe y tropiezo. Me pongo de pie inmediatamente y corro hacia la cuadra donde esta mi departamento. De repente algo me golpea y me empuja hacia una calle oscura, solo la luna completamente llena ilumina este recóndito lugar.

     —Mierda... —Me quejo mientras observo algunas heridas en mis piernas, luego veo mi entorno y una figura aparece entre las sombras.

     —Hola Rose —dice una voz grave y masculina, la reconozco. Me pongo de pie y lo observo detenidamente—. Hace tiempo quería hacer esto —menciona y se acerca velozmente hacia a mí, tan cerca, que noto un brillo particular en sus ojos.

     —Hola Marc. —Lo sigo observando sin decir nada.

     —No te noto sorprendida —dice mientras sonríe asomando unos afilados colmillos—. ¿Cómo supiste que era yo? —Dice tomándome de la mandíbula y arrinconándome hacia una pared.

     Sonrío.

     —Tu olor te delata. —Digo asomando mis colmillos— Principiante.

     Su sonrisa desaparece y me mira con asombro. Tomo su mano y se la retuerzo hasta que me suelta.

     —Eres u-una-

     —¿Vampiresa? Sí —Lo interrumpo y comienzo a caminar hacia su dirección—. Sé que has estado acechándome hace un par de noches. Eres lindo pero muy descuidado. Mi clase no se permite este tipo de errores. Lástima, no pensaba en deshacerme de ti tan pronto.

     —Eres una hembra, no puedes vencerme tan fácil. —Dice poniéndose a la defensiva.

     —Es verdad, pero eres solo un débil Omega —Sus ojos demuestran preocupación y se alertan.

     —¿Cómo lo sabes?

     —Pues yo te mordí —digo lamiendo mis colmillos.

     —E-eres el Alfa q-que me convirtió hace dos meses —dice tartamudeando.

     —Así es, sólo te utilicé para llegar a donde estoy. Es difícil rendir en el trabajo si no te acostumbras a este estilo de vida, ¿no te parece? —Le sonrío con burla— Pero ahora ya es momento de hacerte desaparecer, ya no me sirves.

     —¡Maldita zorra! —Me grita enfurecido y salta a atacarme. Corro velozmente hacia él y con mis garras le atravieso el pecho, destrozando su corazón. Tomo un trozo de metal de un basurero y se lo entierro justo en donde lo atravesé y lo arrojo al basurero.

     A la semana siguiente, comienzo mi semana como todos los días; con mucho trabajo por hacer. Escucho la conversación que tiene mi compañera Cecilia con Joshua, sobre la noticia de la persona asesinada a unas calles del edificio de la empresa y mencionan el nombre de Marc, que llevaba una semana ausentándose. Sonrío y bebo un sorbo de mi café. Recibo una llamada de mi jefa de la dirección creativa y me cita a su oficina.

     —Hola Rose, seguramente te preguntas porque te he citado tan temprano. —Dice señalando una silla para que tome asiento— Verás, Marc se ha ausentado por mucho tiempo, se sospecha que lamentablemente él haya sido la persona que encontraron asesinada.

     —Es una pena —Digo asintiendo.

     —Bueno, vayamos directo al punto. Haz demostrado ser muy competente en tu puesto actual, y ya que ahora hay una vacante disponible por la ausencia de Marc, el puesto es tuyo. Felicidades, eres la nueva subdirectora creativa. —Dice felicitándome.

     Genial, me esforcé mucho para llegar aquí. Ahora ya sé quién será mi siguiente víctima.

     Sonrío.





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