Salimos de el club y el aire fresco me envolvió. Caminamos abrazadas hasta llegar a su auto me abrió la puerta de el copiloto y después rodeó el carro para entrar.
— ¿Calefacción? — Sonreí y asentí.
— ¿A donde vamos?
— A mi casa.
— ¿Tú casa? — Pregunte confundida.
— Si ¿Creíste que haríamos algo en esa discoteca? No quiero que después esto se haga un chisme y las porristas están ahí.
— No quiero que digas nada sobre esto. — La mire y sonrió.
— No te preocupes gatita no dire nada — Me dijo y arranco el auto. — Pero con una condición.
— Lo sabía — Bufé — ¿Cual?
— Te lo dire después de esta noche. — Me estremecí.
Nos acostaríamos y eso era sorprendente.
— Sabes me dio calor — Dije.
— Puedes quitarte la ropa si quieres.
— No gracias, prefiero hacerlo cuando tú también lo estés — Sonreí.
Después de algunos minutos entramos en una mansión hermosa. Becky se estaciono, me abrió la puerta y entramos a la casa. Era muy hermosa por dentro y además se veía muy acogedora.
Becky encendió las luces pero la oblige a que las apagara.
— ¿Que pasa?
— Me gusta la oscuridad y por alguna extraña razón — Me acerque quitándole su chaqueta. — Me siento segura contigo.
— Mejor subamos — Sonreí y me tomo de la mano subimos las escaleras abrimos la puerta y a ahora encendió la luz era su recámara.
Las paredes eran blancas y el techo estaba pintado de un azul marino. Becky se acerco por atrás y me abrazo.
— Bienvenida a mi pequeño mundo. — Dijo y sonreí.
Me giro y apretó sus labios contra los míos. Becky se había convertido en una persona distinta cuando entramos a su habitación. Podía verlo con la mirada sus ojos brillaban y estaba dilatados.
Mi sexo comenzó a despertar y mis pezones a despertar. Su otra mano se dirigió a mi trasero para ir subiendo hasta encontrar el cierre de mi vestido lo fue bajando lentamente hasta que se cayó a el piso junto a él cordón.
— Eso... eso es un regalo — Tragué saliva.
Becky me observo en silencio.
— Sabía que eras mala pero nunca pensé que tanto. — Me sonroje ante su comentario.
Respiré modo cuando se quito su camisa la ayude y mis manos fueron a su cinturón. Pero sus manos tomaron las mías haciendo que mirara de nuevo esa mirada ardiente.
Hizo que me pusiera de pie y cuando estuve a su altura, me tomo de el cuello y me beso mientras era empujada por su cuerpo hacia atrás, hasta caer en la cama.
Vi como se quitaba lentamente el cinturón. La espera se hizo aún más larga cuando comenzaba a desabrocharse los pantalones, para luego bajar el cierre.
Me quede sorprendida al ver lo que tenía frente a mi su miembro era demasiado grande y por un momento me estremecí.
— ¿Demasiado para ti gatita?
— Yo...
Se colocó arriba de mi y me beso mientras metía una de sus manos entre mis piernas beso mi cuello y sentí su nariz en mi cabello oliéndolo.
— Hueles demasiado bien — Gruñó y me tensé cuando sentí sus caderas hacer fricción.
Luego desabrocho mi sostén y lo tiro por algún lado de la habitación.
— No son perfectos pero....
Fui interrumpida por sus labios.
— Son los pechos más bonitos que he visto dignos de una dama — Me sonroje y la bese.
Su boca encontró uno de mis pezones y gemí ella sonrió y comenzó a succionarlo. Jugaba con la punta y lo saboreaba, luego de dejar barias maracas en este tomo el otro y le hizo lo mismo haciéndome retorcerme gemí al sentí uno de sus dedos en mi.
— Dios — Comenzó a moverlo circularmente.
— Estás apretada y muy mojada — Gruñó — Me encanta.
Incluyo otro dedo y empezó a meterlo y sacarlo. No reprimía mis gemidos y sentí varios temblores dentro de mi.
— Déjate ir... — Susurro ella, mis piernas temblaron y sentí varios espasmos y los gemidos aumentaron.
Becky lo hacía cada vez más rápido y algo brusco.
— Dios, dios ¡Becky! — Grite al llegar a el orgasmo.
Mi respiración se hizo más rápida y sentí un líquido salir de mi. Era increíble la sensación. ¡Había tenido un orgasmo solo con los dedos! Esta mujer si que era increíble.
— ¿Te ha gustado?
— Si... — Mi respiración se volvió más normal.
— Hoy yo me encargo de darte placer luego te tocará a ti. — Sonrió.
¿Habría Orta vez? ¡Claro Freen obviamente! Mis pensamientos desaparecieron cuando sentí su lengua en mi coño.
— ¡Oh! Beck... ¡Becky! — Me retorcí mientras sentía toda su lengua en mi coño. Mi respiración volvió a ser agitada, me aferré con las uñas a la sábana y gemí sus dientes alcanzaron mi clitoris y lo mordió levemente
— ¡Mierda! ¡Oh, dios!— Vamos, córrete para mi, cariño.
— ¡Ah! Becky....
En menos de dos minutos volví a caer en espasmos y Becky estaba torturándome. Por más que gemía no dejaba de comer mi coño. Hasta que el segundo orgasmo llego a mi. Gemí y grite fuerte y luego becky llego a mi boca dejándome probarme a mi misma.
Me sonrió maliciosamente, pero sus ojos decían otra cosa, que por un segundo me sentí querida protegida. Pero luego la realidad me cayó como balde de agua fría
¿Querida? Becky y yo solo compartíamos sexo y era la primera vez ¿Protegida? Quizás quería hacerme sentir bien pero la verdad era otra. Nada de esto cambiaría. Ella seguiría con su maldito orgullo."No soy la dueña de tu corazón, soy una más" ¿Por que de repente todo esto me importaba? ¿No te hagas ilusiones , no lo hagas Freen? Susurre mientras sentía sus besos en mi cuello.
— Llego la hora de la mejor parte — Ella rio mientras que yo ocultaba las ganas de llorar ¡Solo disfrutaba maldita sea! Y eso era lo que yo haría.
Respiré hondo.
Solo tenía que disfrutar.
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Sexo Secreto - BeckFreen G!p
RomanceBecky Armstrong, la típica chica que todos desean.Freen Sarocha, la típica chica con encantos aun no descubiertos. Dos polos opuestos. Freen la odia. Becky la desea. Después de que Becky le dijera un par de insultos, Freen no está dispuesta a sentir...