El escuadrón secreto. (Terminada)

Parte 11

Llegamos al hospital en el que estaba Yagi, al llegar vi como Midoriya soltaba un suspiro y se desabrochaba el cinturón de seguridad.

Enji: Se que tienes miedo. -trate de acercar mis manos a las de él, pero las alejo para bajarse del carro.

Izuku: Gracias por traerme cualquier cosa te digo.

Enji: Suerte.

Izuku solo asintió para entrar al hospital, volví a prender el carro con mis manos algo temblorosas; puede que sea alguien entrenado, pero el saber el peligro que corre ese joven omega hace que me sienta sin poder alguno de ayudarlo... ademas de que yo... yo lo puse en ese peligro.

Con el escuadrón.

- ¿Ustedes lo sabían?. -pregunto el pelirrojo del grupo.

-No, ni Katsuki ni yo lo sabíamos.

-¿Como es que no lo sabíamos?. -pregunto Mina

-Y puede que no sepamos muchas cosas mas.

-¿De que hablas cintas?

-¿Por que la gente de aquí conoce mucho a zuzu? Lo conocen mejor que nosotros, incluso antes de que pasara esto en este lugar lo trataban como si siempre lo hubieran conocido. -los presentes lo vieron confundidos. -piensen; saben que le gusta el te de limón, siempre que venimos aquí o que estoy presente a todos nos preguntan excepto a él.

-Sero tiene razón chicos, yo también vi eso, en realidad el señor Enji lo trata con mucha confianza y viceversa.

-¿Shoto tu sabes el porque de la cercanía de Izuku con tu padre?

-Me contó que Zuzu lo ayudo una vez, ademas de que lo suele escuchar, pero de hay no se mas.

-¿Que paso niños? ¿Sorprendidos su nuevo aprendizaje?

-Hermano

-Hola Shotito ¿Como estas ademas de shockeado?

-Ja ja que chistoso Dabi ¿Que haces aquí?

-Supe que un lindo conejito andaba por aquí, pero al parecer ya se fue.

-No te permito que hables así de nuestro omega.

-¿Suyo pomerana? Te equivocas, ¿Sabes porque? Por que en el momento en el que te distraigas muchos pueden robarte a ese lindo omega... ademas que me encanta cuando me domina y me dice que hacer. -se mordió el labio. -es una de las cosas que mas me fascinan.

Antes de que Katsuki le diera un puñetazo lo paro Iida y Kirishima los cuales sabían que si eso pasaba... nada bonito les traería después. 

-¿Que mas sabes de Izuku?

-¿Del ángel maldito?. -vio como Denki asintió. -Mm mm pues no mucho creo yo, supe que comenzó sus misiones a la edad de ocho años, que tiene una cicatriz en la parte derecha de sus caderas.

-¿Como fue echa esta?

-¿Como?. -vio a Uraraka la cual había preguntado. -se la hizo al proteger a Toga de un atacante con cuchillo.

-¿Enserio?

-Así es pequeño hermanito, el peleo con ese tipo al tener tan solo diez años, era un tipo con algo de experiencia; claro que no tanta como para poder ganarle.

-¿Sabes que le hizo ese bastardo de All Might?

Y el silencio se hizo presente, los ojos de aquel hombre que siempre mostraban diversión se volvieron opacos, su cabeza se inclino hacia la derecha con su mirada perdida en el vació de la habitación, su mano subió hacia su boca para después hacer su cabeza hacia atrás, pasaron unos segundos para que derrepente aquel hombre perdido en su mente regrese su cabeza hacia arriba y mirara a los presentes como en el comienzo de su llegada.

-No me acuerdo. -sonrió ante los jóvenes que lo miraban con cierto temor ante su comportamiento.

-Pero.

-He dicho. -vio a la chica de cabellos rosas con el ceño fruncido. -que no se

Sonrió para después despedirse en irse sin mas, la sala quedo en silencio sin saber que decir ni que pensar, el ver esos llenos de ira dedicados a ella le asustaron como nunca, sus manos temblaban aferradas a la camisa de Sero el cual estaba cerca de ella.

-¿Dije algo malo?

-No es lo que dijiste... eso no es culpa nuestra... pero algo paso y ese algo tiene que ver con aquel a quien mas habíamos admirado.

-Si.

-Es hora de ponernos serios, algo esta pasando, ademas de que ya sabemos que el pasado de muchos aquí conlleva el maltrato, el abuso y la tortura que tuvieron en su infancia.

-¿Están listos para destruir a las mierdecillas que se les ocurrió tocar algo de nuestra familia?

Un "si" se escucho departe de todos, no podían dejar que uno de los suyos sufriera, no iban a permitir que su dolor siga, así como aquel joven integrante los ayudo a ellos... ellos lo ayudarían a él.