Parte 12

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Narra Izuku

¿Por que estoy aquí? Por que queremos ayudar a la gente... a los que están sufriendo lo mismo que tu.

Pero ¿Porque nosotros tenemos que hacerlo? Porque ese es nuestro deber, persistir hasta que alguien llegue y los pueda salvar.

¿Moriremos? Si

¿Estamos de acuerdo con eso? Lo hemos esperado hace tanto tiempo ¿ya lo olvidaste?

No... no lo he olvidado.

Llegue frente a aquella puerta en donde estaba aquel hombre... mi maestro.

Al entrar lo pude ver, en cama vendado... cuanto quisiera poder haber sido yo el que te hiciera ese daño, las lagrimas comenzaron a salir de mis ojos mientras me acercaba... me sentía frustrado de haber sido yo el que te hiciera estar en cama.

-Maestro.

Hable con mi voz baja.

-Mi pequeño acércate a mi. -estiro su mano dando una señal para que me acerque y para sacar a los demás de la habitación, cualquiera pensaría que quiere tener un tiempo con su discípulo, pero al salir y cerrar esa puerta mi bestia aparecía... aquella me tortura incluso en sueños... aquella que me tiene atado en el cuello con un hilo el cual corta mi cuello por la presión echa en esta.

-Maestro... ¿Como estas?

Mi mano fue tomada para obligarme a acercarme a él.

-Bien. -sonrió para acariciar mis risos, mis manos buscando en que aferrarse; apretaron la mano de él. -no estés nervioso, mi pequeño yo jamas te haría daño. -no lo soporto, ya no lo quiero cerca. -¿Me viniste a ver?

-Si. -me aleje de forma rápida de él. -estuve algo preocupado de tu condición... es triste lo que te hicieron.

-Sabes como me alegraría el día.

Claro que lo se, pero no lo haré.

-No hay nadie que pueda hacer eso... maestro.

-Si... es triste. -sonrió, esa sonrisa asquerosa con la cual lo vi violar a muchos niños de mi edad, mi mano tiembla en busca de ser estrellada en su fea cara. -pero bueno, quiero que estés dentro de las reuniones y me digas todo lo que hagan y vallan a hacer, ¿ok?

-Si, pero se lo doy a usted o a...

-Dame la información a mi y también a AFO, sabes como le gusta que le llegue la información.

-Si,  me retiro... que se mejore.

Salí de aquella habitación a pasos rápidos, como no iba a recordar como le gusta que le llegue la información a AFO... si yo era uno de sus mejores mensajeros.

Llegue a aquel apartamento en el cual me refugiaba cada vez que pasaba esto, cada vez que mis manos temblaban y no importaba si apretaba mi pantalón no pararían, vi por aquel departamento en el cual mis lamentos se habían escuchado, donde ahora... de nueva cuenta ve mis ojos verdes ser bañados en lagrimas mientras mi respiración era muy irregular, parecía que mi boca por mas que jalara aire mi garganta no la aceptara riéndose ante mi sufrimiento por su falta de cooperación, me duele, siento que puedo morir y eso es algo tan hermoso que contemplo desde hace mucho, pero no puedo, ellos esperan que regrese, ellos esperan que les cuente todo y... y eso me aterra... que tal si les desagrado... ya han visto mis heridas, pero no saben porque las tengo.

Esos simples pensamientos hacían que mi pecho doliera de formas las cuales no se explicar, el aire o el poco aire que entraba ya no lo hacia, me sentía mareado y perdido en medio de la oscuridad de este gran lugar.

Quiero un abrazo, quiero que alguien me acompañe en esto, porque... tengo miedo tengo... tengo mucho miedo... así que por favor que alguien me salve.

Se que mis suplicas no servirán y al saber eso saco con algo de dificultad mi teléfono y llamo aquel numero que estaba en los primeros para emergencia.

Un tono... contesta por favor.

Segundo tono... la respiración... ya no sirve llamarla así cuando solo hay jadeos de dolor.

Tercero.

-¿Hola? ¿Izuku?

-Te... necesito... ya.

Y ya no pude, mis ojos se cerraron, mi cuerpo colapso, si soy sincero es mejor de lo que esperaba el estar inconsciente en el piso.



El escuadrón secreto. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora