Pilotos《•Showki•》

6. Mala suerte

ʜʏᴜɴᴡᴏᴏ's ᴘᴏᴠ

Pude sentir sus ojos perforando la parte de atrás de mi cabeza.

Solo.

Por supuesto que el hombre persistente de anoche estaba sentado detrás de mí en la sala de entrenamiento, porque la vida nunca podía ser tan fácil.

Mantuve mi atención en el Comandante Levy a la cabeza del aula y traté de concentrarme, incluso cuando el pánico inundó mis venas. Con tal reputación de ser tan despreocupado, ¿podría él revelarme ante mis compañeros e instructores? 

Mantenía mi vida privada en privado por una razón, y ahora la presencia de este tipo amenazaba lo que tanto me había costado conseguir.

Por eso no me metía con nadie del ejército, la gente hablaba, y aunque técnicamente el ser gay ya no iba contra las reglas, hacía que los demás se mostraran cautelosos y te miraran de forma diferente.

Saber cómo se sentía mi padre al respecto había mantenido mis labios sellados y las acciones bajo el radar de cualquiera que no fueran mis amigos más cercanos... y ellos no hablaban.

Demonios, por eso hacía todo lo posible para ir a bares fuera de la ciudad donde no era probable que me encontrara con un boca floja. Una vez que sentí las placas de identificación de Solo anoche, cualquier atracción que sentía ya no importaba.
No iba a arriesgar mi carrera por nadie, así que gracias a Dios no había pensado con mi polla anoche.

Pero maldición, nunca esperé que apareciera en mi vida de nuevo, y definitivamente no aquí.

Joder, joder, joder. ¿Por qué el encantador y atractivo hombre al que afortunadamente me había resistido tenía que ser un compañero piloto con una reputación infame en toda la Marina?Debajo del escritorio apreté los puños y forcé mi enfoque en la orientación.
En el frente de la sala, el Comandante Levy caminaba, con los ojos fríos y evaluadores.

—Cada uno ha demostrado ser el mejor de sus respectivas clases, y por eso están aquí. —El Comandante Levy se detuvo frente a mí, con las manos en la espalda—. La Élite. No es sólo un nombre, damas y caballeros. Es una insignia de honor. El más alto honor en la aviación de la Marina, lo que quiere decir que todas las miradas están puestas en ustedes y en lo que hagan aquí en las próximas diez semanas.

No se me pasó por alto que miró directamente a Solo mientras decía eso, probablemente esperando infundir un poco de miedo en el tipo conocido por ser intrépido.

—Para cuando se gradúen, si se gradúan, tendrán su elección de trabajos en cualquier parte del mundo. Pero debo advertirles que los próximos dos meses y medio serán los más intensos de sus vidas. Se enfrentarán a salidas programadas y no programadas a nuestra discreción, a veces sin previo aviso. A veces subirán en parejas. Se verán forzados a trabajar juntos como un equipo mientras compiten entre sí.

La idea de ser emparejado con el hombre que todavía miraba fijamente a mi nuca me inquietaba, pero me condenaría si lo mostraba. Esta competencia era mía y nunca perdía. No empezaría ahora.

El Comandante Levy volvió a pasear por la habitación.

—Sólo uno de ustedes irá a la cima...

Detrás de mí, alguien resopló.

El Comandante Levy se dio la vuelta, mirando por encima de mi hombro.

—¿Hay algo divertido, Teniente Yoo?

—De hecho, sí —respondió Solo, la arrogancia no tan sutilmente ligada a sus palabras.