Pilotos《•Showki•》

27. Punto de ebullición

ʜʏᴜɴᴡᴏᴏ's ᴘᴏᴠ

E

n algún momento entre que le pateé el culo y cuando se arrancó el casco para darme un buen azote de lengua, toda mi ira y frustración reprimidas habían llegado finalmente a su punto de ebullición. 

Esa fue la única excusa que tenía en mi cabeza, mientras veía al sexy temerario alcanzar el botón de sus jeans. Demonios, ¿a quién estaba engañando? No eran las únicas razones por las que estaba aquí. No eran las únicas razones por las que había elegido un lugar tan apartado como punto final de esta carrera mortal junto a los Acantilados Black Rock. 

La verdadera razón por la que lo envié aquí, la verdadera razón por la que lo sugerí, fue que en algún lugar de mi mente, sabía que llegaría a esto.

Sabía desde el primer momento que había mirado a Solo en ese maldito bar que lo iba a tener, que iba a ser mío, e iba a empezar ahora mismo.

—Desabrocharme los vaqueros, ¿eh? —La lengua de Solo salió para provocar su labio inferior mientras liberaba el botón.

—Eso es lo que dije, ¿no?

—Lo fue, pero la última vez que recorrimos este camino te arrepentiste y me echaste a patadas. Realmente no hago repeticiones, así que...

Rápido como un rayo, alcancé sus vaqueros, lo tiré de las rocas y lo puseen contacto conmigo. 

Mientras me miraba desafiante, le bajé lentamente la cremallera.

—¿Te parece que esto se repite?

Solo me agarró de los brazos, como aquel día en la base cuando casi lo devoré contra la puerta cerrada.

—No se siente como nada... Ahh... mierda —dijo, mientras metía mi mano dentro de sus vaqueros y encontraba su polla dura. 

Los dedos de Solo se clavaron en mis bíceps, y lo empujé contra las rocas.

—¿Qué? ¿No sientes nada? —Me aseguré de añadir un buen y firme golpe para enfatizar mi punto, luego bajé mi cabeza hasta que mi boca se cernió sobre la suya—. Mentiroso.

—Joder —dijo, su aliento caliente rozando sobre mis labios.

—Te gustaría eso, ¿verdad? —Apreté mi mano en su palpitante polla, y los ojos de Solo se abrieron de par en par—. Te gustaría que te diera la vuelta,te bajara estos vaqueros y te follara aquí mismo.

Solo empujó hacia delante, haciendo un túnel a través de mi puño en su búsqueda de más fricción.
Sus preciosos ojos color whisky eran ahora oscuros y pesados por la lujuria que superaba cualquier forma de sentido común, mientras se mordía el labio y asentía.

—Sí, eso es lo que pensé. Pero todavía estoy decidiendo si te lo mereces.

El pecho de Solo subió y bajó mientras yo seguía trabajando con él, surespiración se hizo más rápida.

—¿Merecer qué?

Levanté mi otra mano para agarrar su barbilla, y cuando lo tuve exactamente donde quería, rocé mis labios sobre los suyos.

—Que esté dentro de tí. —Solo soltó un bajo y tortuoso gemido, y luego una risa ronca le siguió—. ¿Algo gracioso?

—Mhmm. —Inclinó la cabeza hacia atrás, y cuando bombeó sus caderas hacia arriba, automáticamente aumenté el ritmo de mis golpes para quecoincidieran con él—. Estaba pensando en lo mucho que me gusta tener razón.

Mis dedos dejaron de moverse, pero los flexioné alrededor de su palpitante erección.
Cuando Solo abrió los ojos, sus labios se curvaron en una sonrisa pecaminosa que quise quitarle de la cara.

—Te gusta ser el agresor. —Solo se empujó de las rocas y luego deslizó sus manos sobre mis hombros hasta la nuca mientras susurraba sus palabras—. Está bien —continuó, cuando no dije nada—. Mientras sepas que yo también lo soy.

La boca de Solo estaba en la mía antes que pudiera responder, su lengua se metió entre mis labios mientras me empujaba hacia la superficie sólida detrásde mí y se pegaba contra mi cuerpo.
Un sonido salvaje me dejó cuando mis ojos se cerraron y mi lengua s edeslizó a lo largo de la suya en una lucha por el dominio.
Podía sentir su pene ensuciando mis dedos, y mientras apoyaba sus caderas contra mi mano y mi cuerpo, mi polla empezó a palpitar como una hija de puta.

—Maldición, Hyunwoo. —Solo liberó su boca, pero sus caderas nunca se detuvieron, y todo mi cuerpo vibró al oirlo usar mi verdadero nombre—. He querido hacer esto desde el momento en que te vi.

Le quité la mano de los vaqueros, a punto de agarrarle el culo y arrastrarlo de regreso para que dejara de hablar y siguiera moviéndose. Pero antes que pudiera, me agarró la muñeca, la levantó entre nosotros y me pasó la lengua por los dedos. Una sucia sonrisa acompañó el audaz movimiento, pero fue lo que salió de su boca lo que me tuvo cerca de llegar sin que ninguna mano hiciera contacto con mi polla.

—Hmm, tengo buen sabor. ¿Quieres probar?

Diablos, sí, lo hacía. Y no me importaba cómo sucediera. Sus dedos en mi boca, su lengua, su polla... Todo lo que podía pensar era en cómo mataría para tener su sabor en mi lengua, así que me arrodillé delante de él y busqué sus vaqueros abiertos.

—Oh, mierda. —Solo miró hacia abajo donde mis rodillas se hundían ahora en la arena, y cuando enrosqué mis dedos alrededor de la tela vaquera y la saqué de mi camino, metió la mano dentro y liberó su polla.
Desde que lo conocí, supe que Solo era largo y grueso, pero al ver su mano correr a lo largo de su longitud hasta la cabeza enrojecida e hinchada, se me hizo la boca agua.
Quería ese delicioso pene entre mis labios, quería probarlo en mi lengua, y, más que nada en este momento, quería verlo perder la cabeza.
Pasé mis ojos por su cuerpo apretado y compacto, pero antes de tenerlo,había otra cosa que quería.

—Quítate la camiseta.

Solo se lamió los labios y luego tomó un puñado del material que cubría sus hombros y lo levantó por su musculoso torso. Mientras las filosas crestas y líneas de sus abdominales se hacían visibles, yo alcancé entre mis piernas y me palmeé. Maldita sea, era sexy.

Una vez que se quitó la camiseta, Solo la arrojó al suelo, luego envolvió su mano alrededor de su polla desnuda y la apuntó en mi dirección.

—¿Algo más? —Su tono era arrogante, engreído y caliente como elinfierno, y cuando sacudí la cabeza, dijo—: Bien. Ahora abre tu maldita boca, Hyunwoo.

Mis bolas se apretaron, y aunque mi primer instinto fue decirle que se fuera a la mierda, mi necesidad de saber cómo sabía era mucho más fuerte.

Así que abrí mi maldita boca.