16. Jugar y ganar

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ʜʏᴜɴᴡᴏᴏ's ᴘᴏᴠ

Ya que sólo se trataba de jugar, tal vez la clave para vencerlo era dejarle creer que había ganado.

Así que me acerqué a la cama entre sus piernas abiertas y lo miré.
Todo en Solo era una tentación, desde su boca insolente que nunca se callaba hasta la forma en que su camiseta se extendía sobre su pecho cuando sus músculos se flexionaban, y sus pantalones cortos a rayas que le habían quedado tan bien en la playa.
Me había dado cuenta. Por supuesto que lo había notado. Se hacía difícil no querer verlo cada segundo de cada día, y eso me molestaba mucho.

Parecía que el objetivo principal de Solo era torturarme hasta someterme, lo que me hizo querer darle una probada de su propia medicina.

Los ojos de Solo estaban en el lugar perfecto para ver de cerca mientras bajaba la mano por la parte delantera de mis pantalones para frotarla sobre mi polla.

-Oh, mierda -dijo, levantando los brazos como si quisiera tomar el control, pero yo me alejé y retiré mi mano.

-Sin tocar. Todavía no.

Solo asintió con entusiasmo.

-Bien, sigue adelante con lo que estás haciendo.

-¿Sí? -Volví a bajar la mano entre mis muslos, dando un largo y lento frotamiento-. ¿Te gusta esto? ¿Qué me toque a mí mismo?

-Claro que sí, maldita sea. -Solo estaba prácticamente jadeando, moviendo su mano sobre su erección.

-Bien. Entonces déjame ver con qué estoy trabajando.

Cuando Solo se puso en marcha a tientas en sus pantalones cortos, sacudí la cabeza.

-Tu camiseta. Quítatela.

Se la arrancó por la cabeza tan rápido que casi me reí, y luego sus ojos se abrieron entre mi mano y mi cara mientras esperaba mi próxima instrucción.
Era una pena, en realidad, porque si hubiéramos estado en otro lugar que no fuera donde estábamos en ese momento, me habría desnudado y subido encima de su cuerpo dispuesto.
Pero no estábamos en ningún otro lugar, y sabía que si cedía al hambre que ahora clamaba por liberarse, no habría vuelta atrás. Así que mi única opción era jugar este pequeño juego con Solo.
Jugarlo y ganar.

-¿Vas a devolver el favor? -Solo me preguntó desde donde estaba acostado en mi cama, y cuando me solté para alcanzar el dobladillo de mi camiseta, la mano de Solo se detuvo sobre su polla como si pensara que podría dejar de hacer lo que estaba haciendo si se movía.

-¿Quieres que lo haga?

-Más que mi próximo puto aliento.

Sonreí entonces, porque maldición, era un golpe para mi... ego.

Era tan obvio en su atracción que alimentaba la mía, y aunque sabía a dónde iba esto, me permití disfrutar de la sensación por un momento.
Mientras me subía la camiseta por la cabeza, Solo levantó las caderas de la cama, con un gemido bajo que resonó en su garganta.
Tiré la camiseta en las mantas a su lado, y cuando la levantó, se la llevó a la nariz, e inhaló, tuve que apretar mi polla un poco más fuerte.

-Joder, hueles increíble. -Los ojos de Solo estaban en los míos mientras sostenía mi camiseta en una mano y continuaba acariciándose con la otra-. Como sol, sal y hombre. Todo hombre. Ven aquí.

Jesucristo, maldita sea. Esa boca era casi demasiado para resistirse, y sabía que si no tomaba el control y rápido, Solo me tendría en esa cama y entre sus piernas antes de recordar por qué era una mala idea.

-Ah ah. -Sacudí la cabeza y le torcí un dedo-. ¿Qué tal si vienes aquí?

Aparentemente feliz de seguir órdenes cuando se trataba del dormitorio, Solo se sentó rápidamente en el borde de la cama y abrió más las piernas.
Mientras me movía entre ellas, fue a alcanzar mi cintura, pero yo sacudí mi cabeza.

-Las manos en el colchón.

Y así como así, Solo plantó sus palmas en las cubiertas. Me miró fijamente, con esos preciosos ojos enmarcados por sus gruesas y exuberantes pestañas, y no pude evitarlo, tuve que tocarlo de una forma u otra.
Extendí la mano y suavemente pasé mis dedos por su mandíbula hasta su barbilla, y una vez que lo tuve agarrado, lo incliné hacia arriba y le susurré: -Levántate.

Los labios de Solo se separaron, y deslizó su lengua sobre su labio inferior mientras se ponía de pie lentamente. Su respiración era ahora rápida, sus ojos muy cerrados, y yo alcancé su muñeca y lo giré hasta que su espalda estuvo contra mi puerta.
Mientras me apretaba contra él, arrastré sus manos sobre su cabeza y las puse en su sitio. Solo se arqueó hacia delante contra mí, tratando de encontrar algo contra lo que moler, tratando de encontrar algo para aliviar el dolor que ambos sentíamos, pero yo tenía una idea diferente.

Me incliné hasta que nuestras bocas apenas se separaron un centímetro y dije:-Puede que seamos compañeros en el cielo, pero cuando se trata de esto, tendrás que acostumbrarte a volar solo.

Entonces me agaché y con una mano, accioné la cerradura, giré la manilla y lo empujé por la puerta.
Cuando Solo volvió a tropezar, con la boca abierta, rápidamente cogí su camiseta, se la tiré por la puerta y le dije:-Hasta mañana... compañero.

Entonces le cerré la puerta en la cara.

Pilotos《•Showki•》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora