Capítulo 11 Sábado familiar

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Comienzan los capítulos mas extensos. 

Disfrútenlos 

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-Buenos días- Daniela saluda tras de Poché, que se encontraba inclinada frente al horno de la estufa desde donde sacaba un recipiente con un brownie- ¿Qué es eso que huele tan delicioso?

-Brownie de café- responde Poché alzando el rostro al tiempo que se ponía de pie, pero sintiéndose desfallecer al recorrer a la abogada de abajo a arriba detallando cada mínima característica de su vestimenta, la cual iba de botas al tobillo color camel, skinny jeans azul oscuro, camisa de franela a rayas rojas con azul marino y negro, un chaleco azul oscuro, el cabello suelto en ondas y un beanie gris oscuro coronándola.

-Poché ¿estás bien? –la castaña se da cuenta del cómo la de mirada verdosa la había barrido y ahora no era capaz de formular palabra.

-Sí, sí, es solo que no esperaba verte así ¿vas a salir? ¿ocupas que cuide de Ramón?

-Vamos a salir, por si no lo recuerdas mi madre te invitó ayer a pasar el día con nosotros en familia.

-Pero apenas van a dar las ocho- menciona dejando el brownie sobre el mesón de la cocina y viendo el reloj del microondas- ¿a qué hora debemos estar en su casa?

-A las diez, ya desayunadas y con la energía necesaria para sobrevivir el día- menciona al recordar como el año pasado necesitó de tres bebidas energizantes y un café con dos shots de espresso para mantenerles el ritmo a sus sobrinos.

-Y yo que pensaba que tendría tiempo para hornearle un par de postres en muestra de agradecimiento por la invitación- menciona tomando el refractario para pie con la masa ya lista para colocarle el relleno- esto lo haré otro día entonces- guarda los ingredientes que iba a utilizar- ¿a qué hora nos iremos? Para despertar a Vale, ducharla y darle su desayuno.

-Con que salgamos de aquí a las nueve cincuenta es más que suficiente- contesta sirviéndose una taza de café del que Poché había preparado.

-En ese caso hay tiempo suficiente- sonríe, pero al ver que Daniela iba a partir el brownie le da un suave golpe en la mano- ¡no! Tendrás que esperar a que lleguemos a casa de tu madre para probarlo junto a los demás- observa como la abogada le lanza una mirada de sorpresa- además no has desayunado, si quieres acompañar tu café con algo dulce aquí hay un par de muffins que quedaron de anoche- le muestra la bolsa de papel donde los había guardado para que no se endurecieran- iré a ducharme junto con Vale, nos vestiremos y vendré a prepararnos desayuno a las tres.

-Si mami- Daniela dice burlona viendo como la ojiverde se marchaba a su habitación- ¿y yo que hago entretanto?

-Dale de comer a Ramón, sácalo a pasear, ordena la mesa o no hagas nada, solo mantente alejada de mi brownie- dijo y se escuchó la puerta de su habitación cerrarse dejando a una sonriente Daniela.

-Bien amigo, creo que lo mejor es que por lo menos libere la mitad de la mesa para poder desayunar cómodamente- se dirige a un Ramón que estaba recostado en la alfombra de la sala- después saldremos al patio a que juegues un poco- el perro inclina su cabeza poniendo atención a lo que su madre le indica- para finalizar con unas deliciosas croquetas de desayuno- el perro se sienta y ladra un par de veces- vaya, al parecer mi plan ha sido aprobado, después del desayuno te daré un premio- le toca la cabecita juguetonamente- manos a la obra- y comienza su trabajo de organizar la mesa al tiempo que Poché despierta, ducha y viste a Vale para una vez ambas están listas salir de la habitación con la pequeña tras de ella y toparse con una Daniela que había llenado un par de cajas de cartón con los expedientes que tenía sobre la mesa.

Un Novio para NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora