En una de las citas, mientras esperaba, Beomgyu notó algo.
—Estás más delgado —Señaló Beomgyu mirando lo holgado que le quedaba el suéter a Yeonjun. Ese suéter era tan de Yeonjun como su personalidad misteriosa. Recordaba que no le quedaba tan suelto. Hm.
—¿Enserio? —Beomgyu asintió—. Entonces supongo que toda esta tortura de dieta está sirviendo. —Comentó casi aliviado.
—¿Estás en una dieta? ¿Por qué? Tu peso estaba bien.
Yeonjun le envió una mirada que decía 'Pfft, por favor'. Y bueno, sí. Yeonjun no era exactamente la representación de la delgadez cuando recién se conocieron, pero tampoco era gordo. Estaba bien. De hecho, um... de hecho estaba bastante bien.
—¿Por qué estás haciendo dieta de todos modos? —Preguntó.
—Para tener vida social.
Hm.
Beomgyu estuvo a punto de reírse pero de inmediato se dio cuenta de que no había sido una broma.
—Oh... okay —Soltó y tuvo que cubrirse la boca.
—No, vamos, ríete —Lo incitó Yeonjun sin ninguna pizca de molestia.
—No —Dijo Beomgyu.
—Quieres reírte. Ríete.
—¡No! —Repitió, pero Yeonjun sacó su lengua y metió sus dedos índices en su boca, a cada lado. Beomgyu no sabía si reír de diversión o por lo adorable que lucía. De cualquier manera no podía reírse. Nop. Si reía Yeonjun ganaba.
—Ríete —Exigió Yeonjun, ahora picándole las costillas.
Oh, Dios. Choi Yeonjun era malvado.
—¡No! ¡No, no, no!
La gente a su alrededor ni los volteaba a ver. Quizá si esa fuera su primera vez comportándose como dos niños las cosas estuvieran algo difíciles. Las ancianas sentadas frente a ellos los callaron miles de veces antes de darse por vencidas. Semanas después sólo se limitaban a rodar sus ojos. Pero después ni eso hacían.
A veces soltaban bufidos. Los bufidos eran aceptables.
—¡Gané! —Gritó Yeonjun, triunfante cuando Beomgyu cayó al suelo, riéndose mientras se apretaba el estómago.
—¡Hiciste trampa! —Se quejó Beomgyu tratando de dejar de reír. Aún sentía los dedos de Yeonjun en sus costillas.
—Oh, perdón, Beom —Se disculpó recalcando su apodo, como para mostrarle que ya era capaz de llamarlo apropiadamente—. No sabía que existían reglas.
—Esa excusa está en el tope de la lista de excusas de un tramposo —Dijo y Yeonjun se rió.
Beomgyu se puso de pie y sacudió sus ropas.
Su mamá ya había salido y los estaba mirando, sonriendo con sus manos puestas bajo su mentón.
Beomgyu se sonrojó y caminó hacia ella para tomarla del brazo y llevarla hacia el coche.
¡!
¿Por qué su mamá nunca le había exigido modales cuando retrasaba la presentación con Yeonjun? ¿Por qué nunca le preguntaba quién era ese chico con el que tanto hablaba?
¿Por qué se mostraba tan desinteresada?
Beomgyu se encontró pensando en eso mientras iba con su mamá rumbo al hospital a causa de otra cita.
¿Quizá había aprendido finalmente a mantenerse alejada de su vida personal? No, no podía ser. Eso era algo que las mamás nunca terminaban de aprender.
¿Qué diablos sucedía?
¡Oh Dios mío! ¿Quizá Yeonjun no existía? Quizá Yeonjun no era una persona real (eso explicaría por qué era tan atractivo y por qué le dirigía la palabra en primer lugar), quizá cuando creía que estaba hablando con él en realidad estaba parloteando solo. Quizá por eso las personas a su alrededor sólo negaban con su cabeza cuando empezaba a tontear con Yeonjun.
Pobre niño loco.
Quizá su mamá no preguntaba nada para no avergonzarlo.
Oh.
Cuando llegara le preguntaría a Yeonjun. Yeonjun no le mentiría.
¿O sí?
¡!
Entró raudo buscándolo, pero no estaba por ningún lado. Beomgyu se sentó y esperó a que llegara.
Su mamá terminó con sus dosis de quimioterapia y Yeonjun nunca apareció.
Quizá sí era imaginario después de todo...

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yellow light - yeongyu
Teen FictionDonde Beomgyu y Yeonjun se conocen en un hospital. Esta historia no me pertenece, es una adaptación, todos los créditos a @mafesponja en AO3. • esta historia incluye contenido delicado, si eres sensible a alguno de estos temas, leer bajo tu respons...