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Entender las palabras de un médico por lo general era difícil. Usaban palabras complicadas y demasiados términos médicos. Pero lo curioso era que cuando hablaban en tu idioma al dar una mala noticia, no los entendías.

Enserio.

"No hay nada que podamos hacer. El cáncer está muy avanzado y si seguimos con la quimioterapia, además de ser inútil, sólo lastimará su cuerpo."

¿Qué?

"Lo sentimos."

¿...Qué?

Beomgyu sentía que había oído mal. ¿Acaso acaban de darse por vencidos? ¿Acaso acababan de condenar a muerte a su novio? ¿Así nada más? ¿Con esas palabras?

De ninguna manera.

Y Yoona, ¿qué diablos? No había dicho nada, se había quedado de pie al lado de Beomgyu con sus brazos cruzados y una mano cubriendo su boca como si eso fuera lo mejor que podía hacer.

Beomgyu quería golpear a ese médico.

Y lo hizo.

Tuvo problemas a causa de ello. Llegó la policía y lo trataron un par de horas como un criminal y Yoona continuaba sin decir nada. Interrogaron a Beomgyu; quizá no lo trataron tan mal como Beomgyu había sentido pero, oh, dios mío, odiaba todo en ese momento y esos malditos policías lo estaban asfixiando con sus arrugados rostros y sus sonrisas cínicas y sus insignias y sus estúpidos uniformes.

Ellos querían hablar con los padres de Beomgyu. Querían que su padre o su madre fueran hasta ellos para darles un sermón y quizá muy dentro de ellos deseaban que les aventaran con un par de billetes porque esos polis lucían corruptos. Beomgyu no dijo nada. Su padre no se aparecería por esos rumbos aunque se lo pidieran al Dios de los alcohólicos. Aunque... pensándolo mejor quizá aparecía si le decían que lo invitarían a beber.

Un par de horas después su padre entró por la puerta y, oh, wow, estaba sobrio. Y lucía preocupado. Muy preocupado.

Ah, y su hermana venía también. Y Sunhee.

A Yeonjun no le hubiera gustado esto, pensó Beomgyu, y entonces sonrió un poco y sus ojos amenazaron con derramar lágrimas cuando se dio cuenta que había pensado en Yeonjun en tiempo pasado. Como si ya hubiera estado muerto. Como si ya hubiera fallecido en su cabeza y, oh, dios, oh, dios.

Beomgyu elevó un brazo para tocar a su padre y su padre puso sus manos en sus hombros y...

Puf. Beomgyu rompió en llanto.

Los policías lo dejaron ir sin darle ningún sermón o pedir dinero a cambio. Tal vez les dio lástima verlo llorar. Quién sabe. Beomgyu estaba de regreso en el hospital y Yoona lo estaba tomando de la mano.

—Vamos a estar bien —Le dijo y Beomgyu la miró con asombro. Ella había estado presente en el momento que su padre amablemente se había quedado a su lado para después marcharse luego de quince minutos. Yoona no había visto sólo el acto en sí. Yoona había notado la mirada desahuciada en Beomgyu. Había notado en sus ojos que Beomgyu no quería que su padre se retirara. El hecho de que Yoona fuera capaz de notar eso y hacérselo saber con una sola mirada y un apretón de manos le voló la mente a Beomgyu.

—Sí —Dijo nada más y volvió a mirar hacia la pared.

¡!

Beomgyu no sabía nada sobre enfermedades como el cáncer. Sabía lo básico: Te mataban. Célula por célula. Ah, y no había cura. Eso era lo que sabía. En la escuela habían tomado un curso de salud y había aprendido de momento los síntomas y demás, pero jamás se imaginó ver a dos de las personas más queridas en su vida sufrir así.

yellow light - yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora