T/N:
Por dentro el corazón se me esta rompiendo, mis piernas pueden estar temblando pero iba a terminar esto de una vez por todas, tome de la mano a Ominis y lo llevaría conmigo a pelear, sabia que tenia la capacidad y ademas lo necesitaba cerca de mi en caso de que tuviera que usar el plan B, tome varias pociones por el camino, enderece mi postura un que el dolor estuviera matándome, debía sacar fuerzas para enfrentar lo que venia.
Mire a Sebastián correr hacia nosotros, se veía alarmado.
-¿Que es eso?- Pregunto, varios alumnos corrían de un lado a otro, el lugar pronto estaba convirtiéndose en un caos.
-Ranrok- Conteste y comencé a acelerar el paso, no tenia mas tiempo, proto atravesaría la barrera y si tomaba el ultimo contenedor no podría hacer nada contra el.
Sebastián camino detrás de nosotros, no esperaba menos de el, jamas retrocedería en una pelea, de alguna manera debía de hacer esto funcionar, entramos a la cámara de los mapas, los guardianes en sus retratos parecían angustiados, pero ni siquiera me detuve a dialogar con ellos, ellos se rindieron y se negaron a resolver esto, el dolor estaba matándome por dentro, pensar que Ann tuvo que soportar este dolor por tanto tiempo me parecía irreal, pero solo necesitaba resistir un poco mas, solo un poco mas.
-Señorita T/N- Me llamo el profeso Fig que esperaba en la entrada al deposito final.
-¡Petricus Totalus!- Lance el hechizo, Ominis y Sebastián parecieron sorprenderse bastante
-¡¿Pero que hace?!- Me cuestiono Pecival, nuevamente juzgándome.
-El solo estorbaría, no necesito que muera allá abajo por lo que ustedes hicieron- Respondí sacado mi varita -Saben que allá arriba hay niños... lo sabían y aun así decidieron poner esta bomba de tiempo aqui abajo, ¡Por que ustedes fueron incapaces de hacer lo necesario!- Grite mientras abría el paso al ultimo deposito -Lo que ustedes dejaron no fue un legado ¡Lo que ustedes nos dejaron fue una maldición! ¡Su basura! Cada prueba que me pusieron y toda esa labor, no querían probar si era digna o no, querían quebrarme hasta llegar a este punto, solo para obligarme a hacer lo que ustedes no tuvieron valor...- Fue lo ultimo que les dije antes de comenzar a decender por las escaleras, Ominis y Sebastián permanecieron a mi lado y no necesitaba a nadie mas.
El lugar era una enorme cueva, en el medio el ultimo contenedor, las pociones apenas me estaba haciendo efecto, apenas mitigaban un poco el dolor, vamos tu puedes hacer esto, solo una vez mas.
Ranrok ya estaba atravesando la barrera, prácticamente estaba dentro me coloque en medio, junto a Ominis y Sebastián.
Era tarde para detenerlo de entrar, pero aun podía evitar que tomara el ultimo contenedor, si mi plan fusionaba, pronto todo acabaría. Pocos minutos tomo para que finalmente atravesara la barrera mágica por completo, detrás de el un ejercito de duendes y trolls, todos rodeados de energía obscura. Mire a Sebastián y este de inmediato saco su varita, del suelo Inferi comenzaron a brotar, por cientos, atacando todo a su paso, era títeres de muerte guiados bajo la influencia de Sebastián, los nomos no daban mucha pelea contra ellos, pero los trolls en cambio parecían mas difíciles, me prepare para atacar pues cada vez estaban mas cerca de nosotros, pero Ominis se interpuso en el camino, sacándose algunos anillos que llevaba puestos, lanzándolos al aire, su varita les alcanzo con un rayo electrificante, aquellos anillos en el aire comenzaron a trasformarse, en dragones gigantescos.
-Imperio- Grito Ominis, tomando control de los dragones, que comenzaron a atacar los trolls, el fuego era infernar en este punto, llevándose a varios Inferí en el camino, pero apenas salían carbonizado de inmediato Sebastián levantaba mas de la tumba, esto era mas de lo que podría pedir de los dos, Ominis se saco un anillo mas, lanzándolo de nuevo al aire, otro dragón se unía a los dos que yacían en el cielo, un cola cuerno Húngaro, la raza mas letal entre los dragones, Ominis proto tomo control de el atacando directamente a Ranrok, que solo parecía irritarse mas por la situación, sus tropas caían a manos de tres mocosos, sin duda yo estaría molesta. Los inferí habían atacado el taladro como una marabunta de zombies, inmovilizándolo, impidiendo que avanzara mas, aquellos que lograban acercarse caían de inmediato bajo el avada kedavra de Sebastián. Si quería llegar hasta el deposito debería atravesar los dragones y un ejercito de no muertos que se levantarían una y otra vez a pelear. Mis compañeros estaba haciendo imposible que su ejercito pudiera avanzar, la verdad estaba sumamente orgullosa de los dos, pues a su modo habían encontrado el poder de cambiar el mundo.
Podía ver en la mirada de Ranrok la impotencia de poder avanzar mas, mi sonrisa poco duro cuando mire que saco algunos pequeños contenedores de magia antigua, abriéndolos para si mismo, esto era lo que mas temía, mire a mis dos compañeros peleando a mi lado, la ira de Ranrok estaba cegándolo, a este paso pronto su cuerpo comenzaría de desgastarse, llevándonos con el, fue lo que nunca entendió el muy necio, seria poderoso, pero a un costo alto, su vida se consumía con cada crecida de poder.
Su cuerpo comenzó a romperse, liberando una esencia de si mismo bastante parecida a un dragón, de un tamaño considerablemente mayor que los dragones de Ominis, que por mas que comenzaron a atacarlo poco podían hacer, Rarok ahora era básicamente energía obscura, hubiera querido que Ranrok comprendiera el peligro en que se estaba poniendo así mismo, ningún cuerpo puede soportar esa carga mágica, ahora era una bomba de tiempo, su ejercito estaba diezmado, no le tomo mucho tiempo asesinar a los dragones en el aire, mire a Sebastián y tome la mano de Ominis, ellos ya habían peleado suficiente, esta vez era mi turno de protegerlos y claro que lo haría
-¿T/N?- Me susurro Ominis cuando tome su mano, le di un beso y retrocedí -¿Que haces?- Pregunto, podía notar como su voz se quebró, le di una sonrisa a Sebastián a la distancia. El comenzó a correr en mi dirección.
-¡Depulso!- Los arroje lejos del epicentro -¡Fianto duri!- Alce la varita, creando la barrera impenetrable para ellos, dejándome encerrada en ella junto a Ranrok y el ultimo contenedor, ahora era una bestia, carente de razonamiento, el poder lo había consumido, no paro de atacarme y aun con mi nueva varita era difícil protegerme de sus ataques, avada kedavra era una mala idea si quería acabar con la energía obscura que lo envolvía, a mis espaldas Ominis y Sebastián gritaban mi nombre, rogando por dejarlos entrar y pelear, pero su magia no seria suficiente para detener a Ranrok, no en este estado, los escuche intentando penetrar el escudo, pero había puesto la magia antigua en su estado mas puro en ella, no podrían atravesarla en un buen rato, tome aire, las cosas no salieron como deberían y eso lo sabia, supongo que el fondo siempre supe que no había otro modo, pero yo no iba a cometer el error de Isidora, el mismo que los Guardianes, mire a Ominis y a Sebastián, luchando por entrar, aun no era tarde, podría dar la media vuelta e irme, dejar esto en manos de los adultos, pero si antes no hicieron mucho no lo harían ahora, siempre quise ser salvada y de cierto modo fui salvada por el amor de Ominis y la pasión de Sebastián, pero a veces uno tiene que ser su propio héroe, si retrocedía ahora era casi seguro que toda la escuela perecería, junto con los estudiantes arriba, haría lo que los guardianes querían, a lo que ellos me orillaron, recordé a mis compañeros, Naty, Garret, Poppy... todos estarían arriba seguramente asustados o confundidos, pero mi única y verdadera motivación estaba a mis espaldas, rogando por condenarse a mi lado, Ominis y Sebastián.
Alce mi varita contra Ranrok, podía sentir toda esa energiza obscura en el, dándole fuerzas, pero esa energía no puede destruirse, solo puede reformarse, comencé a absórbelo en mi, atrayendo su poder y su energía a mi interior, sentí que me rompía, pero solo debía resistir, cada gota de esa energía obscura me quebraba por dentro en alma y mente, pero si algo me enseño Sebastián era que la voluntad siempre te llevaría mas allá de tus capacidades, Ranrok intentaba resistir, pero yo no iba a rendirme hasta que esto se acabara, Ominis me enseño que entre la obscuridad siempre puedes buscar ser mejor y eso haría, no dejaría que la energía negra me corrompiera, Rarok podría pelear todo lo que quisiera no haría ninguna diferencia, seria parte de mi le guste o no, la bestia comenzó a chillar al no poder resistirse a la gravedad de mi varita, algunas lagrimas de dolor se me escapaban.
Podía sentirlo entrar en mi mente, en mi cuerpo como una infección, esa rabia y dolor en el, todo lo que su espíritu gritaba a mi alma, atormentándome, en sangre y piel, pero no me doblaría, por ellos, mire a mis espaldas ambos estaban llorando, golpeado el muro invisible. Solo un tirón mas basto para por fin absorber a Ranrok, mi mente estaba dividida, entre recuerdos míos y de el, apenas podía estar de pie, mis ojos solo enfocaban a mis compañeros, ellos eran el lazo invisible entre mi mente y voluntad, a lo que sabia que debía hacer, ellos no tendrían nunca mas que preocuparse por otro loco sediento de poder, no dejaría esta maldición a otro espíritu, me encomendé al destino y este seria mi legado. Alce mi varita una vez mas apuntando al ultimo contenedor, si esto era un suicidio que así sea.
El tiempo era limitado y mis fuerzas cada vez estaba mas ausentes, le exigí a mi cuerpo la ultima gota de su voluntad, absorbiendo aquella energía, apenas podía soportarlo, me sentía tan cansada ya... algunas lagrimas se escaparon de dolor, de frustración, de pena... pensé en mis padres y todo el daño irreversible, fue gracioso entender que podría perdonarlos de verlos una vez mas, pero mi pensamiento seria para mis compañeros en mis últimos momentos, mis amigos y mis amantes, Ominis y Sebastian. Mi ultimo pensamiento seria para ti Ominis.
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🌸La magia del primer amor🌸
FanfictionUna historia no muy larga, aun dentro del contexto de el videojuego de Hogwarts Legacy, abarcando varias situaciones en el juego y llevadas con mas profundidad con algunos cambios y a veces cambiando el orden de algunos eventos. Narrado desde el pun...