veintiocho

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- Nate, cuantas veces te he dicho que no entres en la residencia de mujeres.- Seguia diciendo la mujer.

Un chico algo más alto que yo, rubio y con una camiseta que le marcaba todos los musculos estaba a pocos metros de mi.

Detrás suyo dos chicos, con el mismo cuerpo que el pero morenos, estaban escribiendo algo en un folio.

- Es rapidísimo, de verdad.- Dijo este entrando a la zona de mujeres. El se giró a mirarme antes de girar hacia la derecha y perderse por los pasillos.

- Ayy... mi nieto no hace ni caso.

- Es su nieto?- Dije yo y esta sonrío mientras me pasaba una llave.

- Es la habitación 46, mano derecha.

- Muchas gracias, que tenga un buen día.

- Igualmente.

Cogi mis cosas y me puse en dirección allí.

Gire a la derecha y a lo lejos pude ver al trio de antes.

Seguí andando hasta a lo lejos ver mi puerta, 46. Justo delante de los chicos.

- Venga Nate pon tu número.- Dijo uno de los morenos.

- Ni de coña tio seguro que a Caro le toca alguna frikaza rara.

- Pues nada.- Le volvió a decir.

- Perdonar, es mi habitación.- Les dije a los chicos y estos se giraron a mirarme de arriba abajo.

- Seguro?- Me dijo el rubio y yo asentí mirando mi llave.

- 46.

El rubio, que supuse que se llamaba Nathaniel se giró a mirar a los chicos.

- Apuntalo.

Yo fruncí el ceño mientras uno de los chicos metía un papel por debajo de la puerta.

Deje las maletas en el suelo y abri mi puerta. Al girarme para recoger las maletas, el rubio ya estaba entrando con ellas en mi cuarto.

Me fije en el papelito que había en el suelo con un número de teléfono escrito.

Me reí y me agaché para recogerlo.

- Ten, creo que se te ha caído algo.- Dije de broma dándole el papel.

No queria volver a ver a un tio en mi vida.

Uno me pone los cuernos y el otro me jode entera.

Al final me hago bollera.

Este me sonrió negando.

- No, es para ti.

- Para mi y para cuantas tías más?- Dije sonriéndole.

El chico salió de mi cuarto y pico al cuarto de enfrente.

La puerta se abrió y una chica muy sonriente apareció.

- Nathaniel.- Dijo ella apoyandose en el marco de la puerta, se subió el pecho y no paraba de sonreír.

- Em... Se me ha caido un papelito por debajo de tu puerta, me lo podrías devolver?

A la chica se le borró la sonrisa, fue a su mesita de noche, lo cogió y se lo dio. Sin decir adiós cerro la puerta.

Nathaniel se giró a mirarme sonriente.

- Sigo sin quererlo, gracias.- Le di el papelito y cerré la puerta.

#DiNoALosHombres

Este sería mi lema este año, pero la imagen de Plex seguía en mi cabeza.

Me fije en el otro lado de la habitación, ya estaba a petar de cosas.

nueva vida / Plex Donde viven las historias. Descúbrelo ahora