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Hola!

Hey! Mira eso! Otra vez antes de un mes XD y estoy preparando otro one shot... mientras maqueto otra historia y me imagino otras quince...

Advertencia de smut y espero que les guste porque es la primera vez que uso a esta pareja!

Y el lemon fue el culpable de que me extendiera tanto jaja

Bueno, sigo con las notas al final. Disfruten.

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Era viernes por la tarde. El entrenamiento entre la rubia y la magicat ya terminó y el rendimiento de la felina recibiendo los golpes con el equipo de protección era exponencial.

—¿Quieres salir otra vez, Adora? —preguntó con las endorfinas arriba por el ejercicio.

—Uh... Lo siento, Catra —sus orejas bajaron sin poder evitarlo. —Ya tengo planes con una amiga. No la he visto en mucho tiempo —ofreció la rubia como explicación.

—Entiendo. Hoy toca llevar a alguien más a su cama entonces —sonrió Catra levemente. La rubia se ruborizó.

—¿No vas a dejarlo pasar, verdad? —Catra negó con su sonrisa ladina —No voy a volver a tomar contigo. —respondió Adora con un puchero.

—Que poco aguante, Grey. ¿Y así no quieres que te moleste por preferir cerveza clara?

—No. Definitivamente no voy a volver a beber contigo —rezongó Adora.

Se siguieron molestando hasta llegar a sus puertas donde Adora otra vez se entretenía con sus llaves. Catra debía de dejar de ver las comedias románticas de Kate.

—Mañana estaré ocupada con lo de la fiesta también —mencionó la rubia de pronto.

—No te preocupes, Dora. —aunque claro que eso deprimía a Catra. Por supuesto que Adora tenía otros amigos a los que ver. Tenía una vida.

—¿Pero el domingo te veré en la fiesta? Quiero decir, a todos —se apresuró su acompañante.

—No me lo perdería por nada. Y Kate tampoco. —Adora no tenía ningún derecho a sonreír alegre por las sencillas palabras de la magicat.

—Okey. Entonces nos vemos —y como siempre, Catra fue la última en entrar en su departamento.



El edificio tenía una fachada cubierta por árboles y una malla artística de hierro forjado. Adora se dirigió hasta la villa que Mermista le compartió en un mensaje, reconoció el carro tipo muscle en color verde agua satinado. Estaba emocionada. Desde bastante antes del divorcio ya no habían efectuado ninguno de estos juegos.

La habitación de la villa era sencilla y elegante. Adora casi esperaba ver a Seahawk sirviendo de algún modo a Mermista cuando subió las escaleras y entró, pero no. Se encontró con un camino marcado por la ropa de su amiga, que se la había ido quitando y simplemente dejando caer al piso. La última pieza de ropa, un delicado triangulo de encaje negro con finas tiras. Los zapatos tirados descuidadamente cerca de la entrada.

Mermista ya debía de estar metida en el amplio jacuzzi.

—¿Adora? No me interesa porque vas llegando, quiero tu trasero desnudo en el agua y ninguna disculpa —escuchó efectivamente desde el otro extremo de la habitación. Riendo un poco, Adora se apresuró a desnudarse y en vez de seguir el ejemplo del sexy desastre de Mermista, que ya le incendió la mente, dejó su ropa en un solo montón.

—Hola, Mermista —Saludó Adora un poco cohibida.

Se encontró con su amiga morena con el cabello recogido perezosamente en un chongo, sostenido con una larga aguja de plata, con un ligerísimo albornoz de encaje, con un diseño entrecruzado de figuras abstractas, que dejaba entrever sus pezones oscuros, y le acariciaba la piel por el suave movimiento del agua, a su lado sobre el borde del jacuzzi, una bandeja con fresas y uvas descansaba, al lado de dos copas y una botella de vino espumoso y claro. Su larga cola de sirena se movía ligera en el agua, lo que creaba las pequeñas olas.

Segunda RondaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora