Segunda Ronda

Voy a amarte sin reproches

Hey!!

Nuevo cap y un poquito de drama. En serio un poco. Por más que lo intenté, Adora de verdad se niega a participar en el drama.

Catra, por su parte, dice que a esto difícilmente se le puede llamar drama. Ya dirán ustedes.

En otras noticias, uno de mis compañeros tuvo un accidente en su moto. Derrapó y saben qué se lesionó? el pie derecho! él y su novia están bien, pero se me hizo curioso, pero ya le advertí que lo voy a usar de referencia. Aunque también estoy usando a otro amigo que se accidentó el año pasado, aunque ese otro solo pisó mal y trajo muletas dos semanas jaja

Espero que el cap les guste.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

El lunes Catra volvió a despertar entre los brazos de Adora, totalmente contenta, hasta sería capaz de ver las peliculas para niños más cursis que le pusieran en frente. Adora ya estaba despierta, por supuesto, y miraba a Catra con los ojos tan brillantes y tiernos... que Catra por un momento se perdió en ese cielo claro de sus ojos y dándole un recatado beso de buenos días, casi le susurra "te amo". Pero logró detenerse a tiempo. Sabía que no iba a lograr contenerse durante mucho tiempo, pero tampoco iba a ser tan intensa como para decirle "te amo" a los dos días. Aunque fueran dos días maravillosos y fuera de la realidad.

Iniciaron el día con un desayuno sencillo y fresco. Adora no le hacía el feo al pescado crudo. ¿Realmente había algo a lo que Adora no estuviera dispuesta a probar? Era algo que Catra todavía no descubría. Después de comer, regresaron a la acción y volvieron a dormir, para despertar y repetir. Todas sus series y otras actividades fueron sustituidas por el sexo. Comer, platicar, acariciar; era todo cuanto hacían. Lo cual era maravilloso para Catra por multiples razones, le encantaba el sexo, le encantaba Adora, le encantaba tener sexo con Adora y seguir descubriendo lo que la pediatra era capaz de hacer con sus dedos y su lengua, pese a que se restringía un poco en posiciones porque no quería lastimarle el tobillo ni que hiciera mucha fuerza con el brazo. Otra razón era que estaban saciando su celo cabalmente. Saturada con el olor de Adora por estar pegada a su cuerpo desnudo, en el propio espacio de la rubia, junto a su propio olor que ya impregnaba el departamento después de una semana compartiendo juntas.

Catra se le acercaba a la doctora con caricias frágiles, pero era aquella la que continuaba hacia el sur con sus dedos, con sus dientes. Todavía no entendía cómo pasó dos años sin sexo con esa libido que demostraba ahora. Pero durante su celo no era el momento de llamar la atención sobre ello. Y había asuntos más importantes qué atender, como el que todavía no conocía el sabor y olor primarios de Adora directo de la fuente.

Adora se mordió la mano.

—Cat, por favor...

—¿Qué es lo que quieres, Adora? —su sonrisa ladina era la perdición misma.

—No... solo... algo, lo que tú quieras —la rubia estaba sonrosada. Era encantadora. Algunas marcas cubrían sus senos, sus hombros y una ligera sobre su cuello. Catra cada vez le tenía más confianza a sus palabras sobre usar las garras y los colmillos.

—Necesito que lo digas, Princesa —dijo, cruel, mientras volvía a acariciar levemente los pliegues de la pediatra, todavía un toque más ligero a su botón.

Adora estaba acostada en el centro de la cama, como normalmente estaban, abierta y totalmente desnuda. Catra había estaba sentada sobre el muslo tonificado mientras se besaban, y se frotaba furiosamente hasta que consiguió un orgasmo rápido que solo avivó el fuego, mientras tocaba a Adora en su centro. Debía estar tan sensible. Volvió a acariciarla y las caderas de la rubia se movieron hacia adelante, buscando y no encontrando porque Catra quitó otra vez sus dedos.