Hey!
Aquí estamos de nuevo en Segunda Ronda... me estoy tomando a pecho lo del slow burn, no?
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Adora se quitó el casco y se arregló el cabello suelto. Por alguna razón, se había ocupado otra vez de su apariencia.
Catra le había escrito a medio día sobre salir otra vez, pero rehusó por sus planes con Huntara. Además era día de lavado. Después de eso, Catra no le había vuelto a escribir después de despedirse.
Dejó el casco sobre el manillar y entró al restaurante bar donde Huntara ya la esperaba. Sus botas blancas no hacían ruido contra la madera pulida del piso.
—Hola, pequeña. Por acá —Le llamó la gárgola a pesar de que le guiaba un mesero.
—Hola, Huntara —La gran mujer iba casual, elegante para ella, de mezclilla y una camisa de botones, que de hecho no parecía apunto de reventar por su pecho y brazos poderosos.
El mesero se alejó y Adora se acercó a Huntara para abrazarla, a lo que fue correspondida con gusto. El ambiente era muy tranquilo, y tras un cristal a la derecha de ellas, había un área de juegos donde varios niños de distintas especies jugaban animados, cuidados por el personal. Adora anotó el detalle mentalmente.
—Es genial verte de nuevo —Sonrió la rubia.
—Es bueno poder hablar contigo de hecho, pequeña —Se burló cariñosamente la gárgola. Adora se sonrojó un poco.
—Tenía años que no salía a un bar y voy y hago el ridículo —Rodó los ojos al sentarse.
—No lo creo. Tu gatita parecía estar pasando un gran momento contigo —Oh, no. Huntara no dejaría pasarlo.
—Ella no es mi gatita... Y no deberías llamarla así...
—Tranquila. Sabes que no lo hago con mala intención. Es una hermosa felina. ¿Sales con ella?
—No. Solo somos amigas, Hunt —Volvió a suspirar Adora.
Parecía que estaban en una de sus viejas citas. Huntara nunca iba a cambiar. Y en parte eso le agradaba a Adora.
—Jaja lo que tú digas. Pero yo tomaría la oportunidad.
Adora quería cambiar el tema. Catra era hermosa, y agradable, e inteligente, y fuerte, e impresionante, una excelente compañera de gimnasio, apasionada de su campo y al parecer una gran hermana y amiga. Era una joven magicat pasando por un momento difícil, que se recuperaría y no tenía nada que hacer con una mujer con un hijo y con un montón de traumas a cuestas. Pero Adora agradecía a la providencia por darle una amiga nueva. Cada día estaba más segura de eso.
Pero Adora no tuvo que esforzarse por encontrar un nuevo tema.
—¡Mamá Hunty! —Un niño de unos doce años (Adora seguía siendo malísima para leer la edad de algunos therians) se les acercó y Huntara se giró, abriendo la silla para que el niño tuviera toda su atención.
—Dime, niño —Dijo con su rudeza cariñosa. El niño tenía un delicado pelaje corto color lila y cabello castaño, además de cuatro cuernos curvos, apenas creciendo en los laterales de su cabeza, por sobre sus orejas largas y angostas.
—¡Pude saltar desde el lugar más alto! —Decía animado, casi vibrando al no poder estar quieto.
—¿En serio? ¡Eso es impresionante! ¿Ya no tienes miedo?
—No... Un poquito —Susurró el niño con resemblaza de carnero, dejando de vibrar.
—Y aún así saltaste. Sigue siendo impresionante —Le respondió Huntara muy seria pero con una sonrisa. El niño se rio. —Mira, niño, ella es mi amiga Adora. Va a comer con nosotros ¿Ya sabes qué vas a pedir?
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Segunda Ronda
Fiksi PenggemarAdora esta en una etapa de su vida que nunca se imaginó; tratando de discernir lo que tiene que hacer ahora que no tiene un destino claro, más que ser la mejor madre que pueda ser. Catra está en una encrucijada parecida, sin saber qué procede despué...