Kate

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Hola!

Los dejo con el segundo cap :3

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Catra no se sentía bien después del vuelo.

Nunca había sido muy fan de volar. Pero siempre había sido buena para escoger la opción de menos resistencia, dolor o discomfort para ella. Y en este caso, prefería volar dos horas y sentirse terriblemente unos minutos al despegue y el aterrizaje, y mal el resto del tiempo, que un viaje de 20 horas en un autobús.

En solo su equipaje de mano, le cabía toda su vida. O acaso lo más imprescindible. Todos sus gadgets, su libro favorito, el que estaba leyendo en estos momentos, y tres cambios de ropa. Su chaqueta favorita la traía de momento en las manos, el clima de Luna Brillante siendo muy diferente al de Media Luna. No sabía si sentirse triste u orgullosa de que necesitara tan poco. Sin embargo, no estaba loca y no se deshizo de todas sus cosas: tenía dos maletas grandes de equipaje documentado esperando por ella en la banda transportadora, o eso esperaba y no que el aeropuerto las mandara a las Salinas.

Y alguien más esperaba por ella.

—¡Catra, Catra! —Y sin evitarlo, sintió la sonrisa creciendo por su rostro. Con un letrero lleno de colores y brillos, la recibía su hermana, que estaba enorme, junto a su cuñado.

—Hola, Kate —La abrazó brevemente, sonriendo por el letrero, que su hermana sabía perfectamente que no era para nada lo suyo. Saludó también a su cuñado, y entre más abrazos y bromas, fueron hasta el auto de la feliz pareja que esperaba su primer camada. Y quizás la única. No es que nadie ya fuera por ahí teniendo tres o cuatro camadas, a veces en una sola bastaba para tener a los papás sufriendo por los cachorros.

Kate era pelirroja, y compartía sus pecas con Catra, aunque su pelaje era de un naranja rojizo y mucho más rayado. Por otro lado, Jack era un gran hibrido de lince, con el pelaje esponjoso y gris, no propiamente un magicat, y eso ya era bastante para que los padres de Kate y Catra no estuvieran del todo contentos con su boda. A Catra solo le importaba que se ocupaba de sus propios asuntos y trataba a su hermana como su mejor amiga.

Catra estaba cansada pese a todo, y el viaje de hora y media para llegar al departamento de su hermana, se prestaba muy bien para tomar una siesta.

—Nunca la había visto tan decaída —Comentó en voz muy baja Kate, para no perturbar a Catra en su descanso. Jack levantó una ceja incrédulo.

—Yo la vi muy bien —Respondió él, en el mismo tono de voz.

—No tienes ojos, eso es lo que pasa —Jack lanzó una risa baja.

—O quizás es que ella es tu hermana, y no la mía. Y es tan hermética como los tarros que no puedes abrir, amor —Kate también se rio.

—Bien, puede que tengas un punto. Pero en serio no la veía tan triste desde hace mucho.

—Entonces me alegro de que haya aceptado ocupar nuestra habitación extra —Kate achicó los ojos y le siseó un poco a su esposo.

—Ni se te ocurra decir eso en ese tono en frente de Catra, si no quieres que te arranque la cola —Lo amenazó con el pelaje esponjado y Catra se removió un poco, por lo cual intentó bajar más la voz. —Nosotros no necesitamos ese cuarto ahorita. Y Catra sí.

—Tranquila, Gatita. Ush. Claro que no diré eso en frente de Catra. Yo también estoy feliz de tenerla con nosotros, y estoy seguro que será una tía fantástica —Dijo Jack en el mismo tono bajo, pero conciliador. A veces olvidaba lo protectoras que eran las hermanas Applesauce entre sí y que además, su esposa tenía ya tres meses de embarazo.

Segunda RondaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora