Hermione
- ¿Por qué eres así Párkinson? - Me arrepentí en el momento en que esas palabras salieron de mi boca.
Párkinson levantó la vista.
- ¿Por qué soy, como? - preguntó amenazante, ladeando la cabeza.
Mierda.
- Nada, nada, olvidalo. - Respondí nerviosa.
Levantó las cejas.
Acerqué mi mano al bolsillos en el que tenía mi varita, solo por si acaso.
- Está bien... Me refiero a... - Tampoco tenía del todo claro a que me refería. Una pregunta acudió a mi cabeza. - ¿por qué me odias tanto? - El gesto en la cara de Párkinson cambio por completo.
La expresión desafiante que había mantenido durante toda la conversación, se convirtió en un gesto de sorpresa, y más tarde, de confusión.
- No te odio. - Respondió cortante.
Claro que me odias.
No me gustaba que la gente me mintiera, más bien, no me gustaba que lo hicieran tan descaradamente.
Note algo arder dentro de mí. Me estaba empezando a cabrear.
- Entonces, ¿por que eres así conmigo? ¿Por que me molestaste por tanto tiempo? - Hablé, haciendo lo posible por mantener un tono de voz moderado.
Escupí cada una de las palabras. Llevaba un tiempo guardándolas.
Pansy
No lo sé. No sé por qué soy así, no sé por qué siempre la cago en todo lo que hago, no sé por qué cuando era pequeña molestaba a la gente, no sé... Porque cojones soy así de gilipollas.
- Era una cría, ¿Vale? Era una niñata inmadura a la que le gustaba sentirse admirada. - No era mentira, pero tampoco era del todo real.
Había más, mucho más que decir, que explicar... Pero, no iba a hablar de ello.
- Pero no te odio.
Noté que los ojos de Granger se empezaron a humedecer.
Granger apartó la vista. Un poco después pude ver una lagrima recorrer su mejilla.
No, no puede llorar ahora. ¿Yo que hago?
Joder.Había algo, una única palabra que llevaba atascada en mi garganta desde el año pasado. Una única palabra que puede significar mucho o no significar nada.
Una palabra que quería decir, pero que mi orgullo me lo había estado impidiendo por mucho tiempo.
Aveces hay que tragarse el orgullo, por mucho que cueste.
- Perdón.
Pude apreciar la sorpresa en el rostro de Granger, pero no dijo nada.
Lo poco que quedaba del viaje, fue en silencio. Muy incómodo.
Cuando por fin llegamos Granger bajo rápidamente, y se marcho sin siquiera mirarme.
Baje tranquilamente, tampoco tenía prisa. Caminé despacio por los pasillos, que ya estaban vacíos. Llegué a la entrada del gran comedor.
Dentro había bastante barullo. La gente conversaba animadamente, pero todavía no había comida rn las mesas. Supuse que todavía no había empezado el discurso de Dumbledore.
Me lo voy a tener que tragar entero.
Siempre he odiado ese discurso, es repetitivo y aburrido.
La puerta estaba abierta. Entré tranquilamente. Eché un vistazo rápido a la mesa de Griffindor, buscando a Granger con la mirada.
Estaba sentada con sus amigos, algunos de ellos la miraban con preocupación.
Llegué hasta la mesa de slytherin. Recorrí toda la mesa con la mirada, en busca de mis amigos, o como los llamaban el resto de slytherins: La realeza de slytherin.
Me gustaba ese nombre, me hacía sentir... Importante.
Rápidamente los encontré, estaban al fondo del todo. Blaise y Daphne agitaban la mano en el aire, para que fuera más fácil localizarlos.
Empezé a caminar.
Lancé otra mirada fugaz a la mesa de Griffindor. Crucé momentáneamente miradas con Granger, que al parecer me estaba observando. La griffindor apartó la mirada.
Llegué hasta donde se encontraban mis amigos.
- Hola, Gays. - Saludé.
- ¿Encontraste el anillo? - Fue lo primero que me preguntó Daphne, preocupada.
Levanté la mano y le saqué la peineta, con la otra señale el anillo en mi dedo anular.
- ja ja, - rió falsamente. - que graciosa eres. - Dijo con un sarcasmo marcado.
Me senté a su lado.
- ¿A que no sabéis con quien tuve que compartir el último carruaje?
- Con Granger. - Respondió Draco.
¿Draco adivino?
- ¿Como lo sabes? - Dije confundida.
Blaise y Daphne estaba muy sorprendidos, pero no les hice caso.
- Pues... A entrado por la puerta hace menos de un minuto, así solo hay que pensar un poco.
- Podrías haberme dejado contarlo igualmente, quería darle suspense.
- ¿Pero que pasó?- Pregunto Daphne, intrigada.
- No mucho - Dudé si contarles la verdad. - No hablamos en todo el viaje, fue bastante incómo-
El sonido de Dumbledore golpeando su copa con una cucharilla me interrumpió.
El resto de alumnos guardó silencio y dirigió su atención al director.
Al mismo tiempo los alumnos de primer año aparecieron por la puerta, avanzando por el gran comedor, con la profesora mcgonagal al frente.
Entre los renacuajos de primero, que ahora se encontraban parados al frente del gran comedor, destacaba un chico.
Él le sacaba dos cabezas al resto de niños y, aunque no pudiera verle bien la cara, estaba segura de que no era de primero.
___________________________________________Holaaaa
¿Todo bien? ¿Todo correcto?
¿Que os parece este cap?
¿Os da curiosidad este chico nuevo?
Espero que os caiga bien.
Bueno, sin nada más que decir....
👽Hasta el próximo cap👽
ESTÁS LEYENDO
Como la odio
RomanceHay una enorme frontera entre el odio y la amistad; pero, entre el amor y el odio, esa frontera se reduce a una estrecha línea marcada en la arena con un palo. Y que, cuando sube la marea puede desaparecer por completo. Pansy desarrolla una especie...