Hermione
La música y la gente me abrumaban. Ginny había desapercibido a saber con quien. Harry y Ron estaban un poco borrachos, (Harry más que Ron) lo notaba por el color en sus mejillas y lo alegres que estaban ambos. Yo no había bebido nada, y no tenía pensado hacerlo.
Pansy y sus amigos habían hecho su entrada triunfal hace menos de cinco minutos. La mayor de las Greenpast y Nott entraron delante con varias botellas, luego llegó Grinderwall, el nuevo, subido a los hombros de Sabini y sujetando en alto una gran garrafa de un líquido sospechoso. Detrás de ellos venían Párkinson y Malfoy con su toque elegante de siempre. Caminaban ergidos, con una sonrisa arrogante en su rostro. En seguida la sala se lleno de vitores y silbidos. Mis ojos se desviaron hacía Párkinson. Llevaba un vestido negro corto con una americana y un bolso verde oscuro, haciendo alusión a su casa. No llevaba mucho maquillaje, pero pude notar que sus labios brillaban un poco más de lo normal. Y sus ojos, sus ojos parecían mucho más profundos, como si te pudieras perder en ellos... Y eso hice. Me perdí.
- Es guapa ¿Verdad? - Una voz habló desde mi derecha. Cuando me giré vi a la chica con la que Párkinson había salido de su vagón en el tren.
- ¿Eh? - Fue lo único que pude contestar.
- Pansy. Llevas un rato mirándola. - Dijo y señalo con la cabeza a la Slytherin. Me puse roja. No sabía que contestar, así que aproveché para fijarme más en aquella chica. Era ligeramente más alta que yo y tenía un perfil hermoso. Mientras hablaba mantenía la mirada en la multitud frente a ella.
- Es idiota. - Contesté por fin de manera cortante. La chica se rió. Me molestó, aunque no sabía por qué.
- Lo es. - Asintió.
- Perdona, ¿quien eres? - Dije, repentinamente enfadada, a la vez que me giraba por completo hacia ella.
La chica pareció notar mi enfado puesto en su expresión indicaba desconcierto.
- Soy Noah Davies. - Dijo con la misma expresión y un tono de voz desconfiado, que hacia contraste con el tono relejado que había usado hasta ahora.
- ¿Y por que me hablas? - Detrás de esas palabras se escondía un mesaje conciso: dejame en paz. No tenía ni idea de por qué me estaba comportando así, pero no podía evitarlo.
La chica se alejó murmurando algo que no llegué a escuchar. No volví a verla en toda la noche.
Recorrí la fiesta con la mirada, buscando a Harry y Ron, pero fue con otros ojos con los que me encontré. Esos ojos verdes en los que, hacía tan somo unos minutos, me encontraba completamente perdida. Y me miraban, parecían llevar un rato mirándome. Al darse cuenta de que la había pillado observandome, endureció su expresión. Sin dejar de mirarme fijamente a los ojos, subió el mentón y sonrió engreídamente, casi formando una mueca despectiva. Puse los ojos en blanco. Nuestras miradas perdieron la conexión, pues ella se giró. Sentí decepción, la noche volvía a ser aburrida y abrumadora. En varias ocasiones ya más avanzada la noche, la volví a buscar con la mirada, anelando esa conexión. No sabía por qué, pero aquel cruze de miradas me había puesto nerviosa. Con solo recordarlo, sentía una sensación rara: Una sensación familiar, pero única. Como un hormigueo en mi pecho, que se extendía y contaminaba también mi estómago.
Pansy
Durante la noche habiamos perdido a Álex y Draco. Me podía imaginar lo que estaban haciendo. Blaise estaba ligando con una chica de Ravenclaw. Los únicos que seguíamos juntos eramos Theo, Daphne y yo. Serían aproximadamente las cuatro de la mañana.

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Como la odio
RomansaHay una enorme frontera entre el odio y la amistad; pero, entre el amor y el odio, esa frontera se reduce a una estrecha línea marcada en la arena con un palo. Y que, cuando sube la marea puede desaparecer por completo. Pansy desarrolla una especie...