Primera clase

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Pansy

Me encontraba en segunda fila, sentada al lado de una estúpida, egoísta, hipócrita, sabelotodo, narcisista y prejuiciosa leona, en la clase que más odiaba y con el profesor que peor me caía.

Vaya inicio de curso.

Estaba incómoda, y más desde lo que había pasado la noche anterior. En parte, había sido un alivio para mí, poder soltar esas palabras que por tanto tiempo me habían atormentado;pero, por otra parte ahora todo era más raro. Durante la noche, que había pasado en vela, me había intentado convencer que aquello no significaba nada, aunque, en algún lugar dentro de mí, quería que lo cambiase todo, como yo había hecho durante el curso pasado. Ahora no me divertía hacer sentir mal a la gente. Una cosa es generar rabia, eso si me resultaba entretenido, y otra muy diferente era atacar a las inseguridades y complejos, como solía hacer de niña. Ahora odiaba a esa niña y me arrepentía de todo el daño que había hecho. Sabía que nunca conseguiría, por así decirlo, redimirse completamente, pero el perdón de Granger... Aparté esos pensamientos de mi cabeza, no era el momento ni el lugar.

Recorrí la clase con la mirada. Delante mío, se encontraban Comadreja y Cararrajada. A mi izquierda... Sí, izquierda, el ratón de biblioteca. En la otra esquina de la clase, nuestra esquina habitual, estaban mis amigos y el chico nuevo. Este último se encontraba riendo con Daphne en la última fila. Draco, estaba atendiendo a la explicación de Snape, aunque, cada cierto tiempo, lanzaba alguna mirada disimulada a la mesa de atrás, en la que Álex estaba sentado. Blaise, sentado al lado de Draco, hablaba en susurros con Theo, quien se encontraba en la última fila y había pegado la mesa a la de Daphne, quedando así tres mesas juntas en vez de dos.

Volví la vista hacia delante. Al inicio de la clase había llegado a pensar que, por ser el primer día, no empezaríamos directamente con el tema. Al parecer estaba equivocada. Nada más sentarnos el profesor ordenó que sacaramos los libros.

En la pizarra Snape iba apuntando rápidamente algo. No tenía ni idea que estaba explicando, pero tampoco me interesaba lo suficiente como para querer descubrirlo.

En la parte de arriba de la pizarra había una palabra escrita en grande y con una línea pasando por debajo de ella, con el objetivo de realzar la palabra. Supuse que sería el titulo. Intenté descifrar lo que ponía, pero las letras bailaban por el encerado, se giraban y cambiaban de tamaño.

Normalmente preguntaba a mis amigos cuando una palabra me resultaba extremadamente complicada; aunque, al sentarme con Granger, no era algo que me apeteciera hacer. A decir verdad, no me apetecía dirigirle la palabra en general y me apetecía aún menos quedar como una idiota que no sabe leer. Me podía imaginar la reacción de Granger, me miraría raro y luego pensaría algo como: "¿Que es que no sabe leer? Que patético. Yo soy mucho más inteligente, bueno, no es tan complicado que yo sea más inteligente que alguien. Yo soy más inteligente que todo el mundo."

Intenté concentrarme en la palabra. Después de un rato conseguí descifrar las primeras letras Doxyc... Repasé en mi cabeza los diferentes nombres de pociones.

- Doxycida. - Lo había dicho en voz alta sin darme cuenta. En un tono lo suficientemente alto para que solo me pudiera escuchar Granger.

Noté la mirada de la griffindor posarse en mí, causando un calor en mis mejillas.

- ¿Que miras? - Seguí hablando antes de que pudiera contestar. - Sé que soy muy guapa y todo eso; pero, si vas a mirarme tanto, al menos hazlo más disimuladamente. - Pude ver en la cara de Granger su enojo, pues sus cejas se enarcaron y su mandíbula se tensó.

Como la odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora