TRAITOR ━Ron Weasley [1]

04, sangre sucia

04, SANGRE SUCIA

El Viernes Aurora fue a clases y la pasó de maravilla, luego de su charla con Theo y su amistad con Olive y Euphemia cada vez más fuerte. Habían hablado muchísimo la noche anterior hasta altas horas de la madrugada. Olive había nacido en Londres y vivió allí hasta los cinco años, luego se fue a vivir a Estados Unidos con su madre y su abuela, ya que su familia no podía soportar la verdad de Peter Pettigrew. Olive aún conserva el apellido de su padre por su abuela, quien le dió mucho amor hasta que falleció cuando Olive tenía ocho. Euphemia les contó que vivía con sus abuelos, Fleamont y Euphemia Potter, y con su tío Sirius Black. Su madre, cuando ocurrió el ataque de Voldemort, no murió. Pero seguía en coma desde aquel momento y su padre había dado la vida por Harry. Euphemia no recordaba nada de aquello ya que ese día había ido a visitar a sus abuelos junto a su padrino Remus, además tenía solo un mes de vida.

El Sábado a la mañana, Olive despertó a Aurora con mucho entusiasmo, pidiéndole que la acompañe a ver el primer entrenamiento de quidditch del equipo de Gryffindor. Aurora se levantó a regañadientes y vió que Euphemia también era obligada a ir al campo de quidditch a las ocho de la mañana.

—Sólo quiere ver a Harry —comentó Euphemia, mientras revolvía su cajón para buscar ropa—. Está enamorada desde el primer día.

Aurora miró a Olive, parada frente al espejo del baño, quien las ignoraba y cantaba una canción desconocida, probablemente muggle.

Cuando bajaron a la sala común, se encontraron con Ron y Hermione, que iban para el mismo lugar que ellas. El sol ya había salido y Aurora disfrutó del calor que le daba cuando salieron del castillo y caminaban hacia el campo de quidditch.

—Toma.

Aurora se giró hacia Ron, quien caminaba a su lado. El pelirrojo le tendía un chocolate con maní, envuelto en su papel original. Aurora miró el chocolate y luego volvió a mirarlo a él.

—Gracias —dijo y sonrió, agarrando el chocolate—. Esto es...

—Me sentí algo culpable de llevarme el chocolate el otro día, en la cena —explicó Ron—. Así que anoche tomé uno de más, antes de empezar a comer. De esta manera estaremos a mano.

Aurora sonrió y se guardó el chocolate.

Cuando llegaron al campo de quidditch, observaron que no sólo estaba el equipo de Gryffindor entrenando esa mañana. Los Slytherin estaban frente a ellos, con Draco Malfoy delante, sonriendo con maldad.

—¿Qué ha ocurrido? —preguntó Ron, una vez que se acercaron a ellos—. ¿Por qué no juegan? ¿Y qué está haciendo él aquí?

Miraba a Draco, quien vestía su túnica de quidditch de Slytherin.

—Soy el nuevo buscador de Slytherin, Weasley —dijo Malfoy, con petulancia—. Estamos admirando las escobas que mi padre compró para el equipo.

Aurora miró las escobas delante de ella. Eran todas iguales, Nimbus 2001, brillantes y preciosas.