TRAITOR ━Ron Weasley [1]

38, la carta

33, LA CARTA

El día siguiente era Domingo, por lo que Aurora durmió hasta tarde, despertándose para el almuerzo. La habitación estaba vacía, naturalmente, y Aurora bajó sola al Gran Comedor. Observó a Olive y Ginny ya sentadas en la mesa de Gryffindor, esperando que la comida se sirva. No había rastros de sus demás amigos.

—Mira, llegó la bella durmiente —le dijo Olive a Ginny, mientras Aurora se sentaba a su lado.

—¿Dónde están los demás? —preguntó, observando a la gente que iba entrando al Gran Comedor, pero ninguno era muy conocido.

—Oh, tú no sabes —dijo Ginny. Aurora alzó las cejas—. Harry y Ron se han peleado anoche y no se hablan. Hermione y Mia están con él.

—¿Y Ron?

—No lo sé —Ginny se encogió de hombros.

—¿Por qué se pelearon? —cuestionó Aurora, mientras los asientos de las cuatro mesas se iban llenando.

—Ron cree que Harry ha puesto su nombre en el Cáliz —dijo Olive—. Yo creo que está celoso.

—Es una posibilidad —asintió Ginny.

—¿Celoso de qué? —Aurora frunció el ceño, tratando de pensar en alguna inferioridad que tenga Ron con respecto a Harry, pero no encontró ninguna.

—Oh, por Merlín —Olive rodó los ojos—. No pensé que estuvieras tan ciega por amor.

Aurora la miró como si hubiera dicho la cosa más extraña del mundo. Ginny y Olive rieron.

—Es obvio, Rory —dijo Ginny—. Puedes decirnos.

—¿De qué están hablando? —preguntó Aurora, totalmente confundida.

—¡Te gusta Ron! —chilló Olive, perdiendo la paciencia. Ambas la miraban esperando una reacción, pero Aurora frunció el ceño y se hizo para atrás.

—Eso es absurdo —dijo Aurora—. A mi no me gusta nadie.

—¿Estás segura? —le dijo Ginny, alzando las cejas.

—Si.

Pero cuando Aurora observó a Ron entrar la Gran Comedor, riendo junto a Dean Thomas y Seamus Finnigan, comenzó a dudar de su respuesta. Especialmente cuando Ron la miró y le sonrió contento. Aurora lo saludó con la mano, sintiendo su rostro calentarse y su estómago revolverse.

El día siguiente fue bastante entretenidos. Aurora pasaba sus horas libres junto a Nikola y los chicos de Durmstrang. En sus horas libres de Estudios Muggles, Aurora y Euphemia paseaban por el castillo, descubriendo pasillos nuevos y cuadros muy interesantes. El Martes por la mañana, mientras recorrían el tercer piso, vieron a un hombre que no formaba parte del Torneo o del cuerpo docente de Hogwarts.