TRAITOR ━Ron Weasley [1]

43, invitaciones

41, INVITACIONES

Aurora y Theodore salieron del despacho luego de aquella charla. Caminaron en silencio hasta el vestíbulo y se frenaron junto a las escaleras. No había nadie cerca, por lo que el silencio era muy pesado y Aurora tenía la piel erizada por el frío. Se despidieron y Aurora subió a la sala común. Harry, Ron y Hermione se encontraban allí, Ron armaba torres con los naipes explosivos, Hermione hacía deberes y Harry leía un libro sobre quidditch. Al verla entrar, Hermione, que parecía estar regañando a Harry, se levantó y se acercó a Aurora con el rostro preocupado.

—Hola, Rory —la saludó. Aurora le dio una sonrisa—. ¿Estás bien?

—Si —respondió Aurora, evitando mirar a los otros dos chicos—. Sólo necesito dormir. Gracias, Hermione.

Hermione le sonrió y volvió a su sitio, mientras Aurora se dirigía a las escaleras de los cuartos de las chicas. Mientras caminaba, escuchó la voz de Ron en murmullos, pero no le prestó atención.

—¡Pettigrew!, ¡Nott!, ¿quieren atender? 

La irritada voz de la profesora McGonagall restalló como un látigo en la clase de Transformaciones del jueves, y tanto Aurora como Olive se sobresaltaron.

La clase estaba acabando. Habían terminado el trabajo: los gatos que habían estado transformando en calderos estaban sentados en los bancos y las faldas de los alumnos. Aurora y Olive habían estado practicando con Nottie, y habían copiado de la pizarra el enunciado de sus deberes. La campana iba a sonar de un momento a otro. Cuando Aurora y Olive, que habían estado jugando con Nottie y una pluma, levantaron la vista, Olive sujetaba la pluma, y Aurora sostenía a Nottie por debajo de las patas delanteras, evitando que se escape. 

—Ahora que Nott y Pettigrew tendrán la amabilidad de comportarse de acuerdo con su edad —dijo la profesora McGonagall dirigiéndoles a las dos una mirada de enfado cuando Aurora soltó a Nottie y este saltó hacia Olive—, tengo que decirles algo.

»Se acerca el baile de Navidad: constituye una parte tradicional del Torneo de los tres magos y es al mismo tiempo una buena oportunidad para relacionarnos con nuestros invitados extranjeros. Al baile sólo irán los alumnos de cuarto en adelante, pero ellos podrán invitar a alguien de un curso menor, así que deberán pedir túnicas a sus padres en caso de ser invitados...

Olive le dio codazos a Aurora, haciendo que ría. Detrás de ellas, Euphemia y Ginny comenzaron a murmurar. La profesora McGonagall no les hizo caso.

—Será obligatoria la túnica de gala —prosiguió la profesora McGonagall—. El baile tendrá lugar en el Gran Comedor, comenzará a las ocho en punto del día de Navidad y terminará a medianoche. Ahora bien... —La profesora McGonagall recorrió la clase muy despacio con la mirada—. El baile de Navidad es por supuesto una oportunidad para que todos echemos una cana al aire —dijo, en tono de desaprobación.