TRAITOR ━Ron Weasley [1]

10, hermione

10, HERMIONE

Durante las vacaciones de semana santa, Aurora, Olive y Euphemia ayudaron a Harry, Ron y Hermione a elegir nuevas materias optativas para el año siguiente. Harry y Ron no tardaron demasiado en elegir, pero Hermione no podía simplemente dejar una asignatura sin estudiar, así  que las cuatro amigas se pusieron en marcha para ver los pros y los contra de cada una. Finalmente, luego de arduos días de trabajo, consiguieron que Hermione elija Runas Antiguas, Aritmancia y Cuidado de Criaturas Mágicas, para no tener un horario tan cargado.

Aurora había puesto en marcha un plan para ver cuál era el problema de Ginny Weasley, ya que Ron comentaba a veces lo rara que se veía. Aurora le prestó atención todo el tiempo que pudo, durante el día, pero no encontró nada raro. Ginny iba a clases, al Gran Comedor y a veces charlaba con Neville Longbottom. Por la noche se encerraba en su cama y amanecía antes que las demás. Por el momento, Ginny Weasley parecía una persona normal.

El día de partido de Gryffindor contra Hufflepuff, Aurora decidió quedarse en su habitación, poniendo como excusa que se sentía descompuesta. Sus amigas insistieron en ir a la enfermería, pero Aurora les aseguró que sólo necesitaba un poco más de sueño. Una vez que quedó sola, se levantó y se acercó al baúl de Ginny. Primero revisó su cama, sin encontrar nada raro, pero tenía que asegurarse de todo. Así que abrió el baúl y lo encontró perfectamente ordenado. Aurora sonrió, sabiendo que aquello era una ventaja. Revisó la sección de libros y pergaminos, pero no había nada fuera de lo normal. Luego miró entre la ropa, metiendo la mano hasta el fondo de la pila. Encontró distintas telas, agradables al tacto, pero algo duro llamó su atención. Aurora agarró lo que parecía un libro y lo sacó con cuidado, tratando de no desordenar mucho la ropa. Alzó las cejas al leer un nombre distinto al de Ginny en la parte inferior de la tapa, además no parecía un cuaderno del mundo mágico. Aurora leyó el nombre de Tom Marvolo Riddle antes de abrirlo.

—¿Qué crees que haces?

Aurora se congeló en su lugar y su corazón comenzó a latir con fuerza. Se giró, tratando de dejar el diario en el baúl con disimulo, y observó a Ginny, parada a unos metros de ella, mirándola con el ceño fruncido.

—Disculpa, Ginny —dijo Aurora, nerviosa—. Es que se me perdió un libro y tal vez estaba debajo de tu cama —mintió, esperando sonar convincente—. Ya sabes lo desordenada que puedo llegar a ser. Tal vez lo había pateado sin querer.

—Oh —dijo Ginny—. Por un momento pensé que estabas revisando mis cosas, pero no importa. ¿Por qué no fuiste al partido de quidditch?

—Me sentía algo descompuesta —respondió Aurora—. ¿Y tú?

—No me interesa mucho el quidditch —admitió, encogiéndose de hombros.

—Está bien —dijo Aurora, tratando de soportar la tensión que había en la habitación—. Creo que iré a pedirle un remedio a Madame Pomfrey.