El sol ya se había ocultado hacía casi media hora, pero JeongGuk se mantenía renuente a volver a su casa.
Porque probablemente ya no lo era.
A esas alturas el viejo ya se habría quejado con Tetsu, pintándolo como un salvaje y violento Gamma, y probablemente ella habría fingido creerle sólo para conservar la casa.
Afortunadamente para JeongGuk, llevaba dinero consigo, por lo que, a pesar de la vergüenza de ser visto sin su maquillaje y con esas ropas rotas, caminó hacia un gran hotel a las afueras del pueblo. Tendría que pasar la noche pensando en qué hacer con su vida de ahora en adelante.
ㅡUna habitación sencilla para una noche por favor. ㅡindicó a la recepcionista, quien sonriendo amablemente le extendió una llave.
ㅡCinco mil yenes ㅡel chico extendió el dinero y la Beta lo tomó suavemente, introduciéndolo a la caja registradora ㅡ¿Desea que le lleven la cena por mil yenes más? ㅡofreció.
ㅡNo, gracias. Saldré a cenar a otro lugar.
ㅡBien. Que tenga una buena noche, no dude en llamar a recepción si necesita algo.
ㅡGracias. ㅡdicho eso entró al ascensor y se marchó a su habitación.
Llegó al piso que le correspondía y caminó por el largo pasillo, sin embargo sus pasos seguros comenzaron a ralentizarse cuando vio a un hombre a unos metros de él.
Abrió la puerta con lentitud, casi como si no quisiera hacerlo, pero al final se adentró en el cuarto y se dejó caer en la cama, quedándose en silencio con su suspiro.
Sin darse cuenta se quedó dormido, y para cuando despertó, el reloj en la pared marcó las dos de la mañana. Ni siquiera había apagado las luces antes de dormir, pero ahora estaba despierto, y gracias a ello pudo percatarse de unos extraños ruidos que provenían del pasillo.
Eran pasos torpes y golpes sin ritmo en la pared acompañados de gruñidos muy bajos.
Ciertamente curioso al respecto, JeongGuk se puso de pie y caminó hacia la puerta, asomando su ojo por la mirilla esperando ver algo, pero no fue así. Los ruidos estaban un poco más adelante en el pasillo, así que si quería ver algo de lo que ocurría, debía salir, lo cual no parecía buena idea en absoluto.
Abandonó la idea de inmediato y caminó de vuelta a la cama para seguir durmiendo, mas no le fue posible, pues un fuerte golpe lo alertó y alentó a salir para averiguar qué estaba pasando.
Abrió la puerta despacio y se asomó a la derecha, que era de donde provenían los ruidos. Vio a un hombre ebrio tirado frente a una de las habitaciones, llevaba una gran capa negra, pantalones de mezclilla gruesa, también negros, botas de cuero del mismo color y se retorcía en su miserable y alcohólica situación, balbuceando cosas en japonés.
JeonGuk no podía verle el rostro, pues el extraño tenía el cabello algo largo, como hasta las orejas, lacio y desordenado, azabache como el cielo de media noche. Sin embargo, no pudo evitar sentir pena por él, y siendo que a nadie le gustaría dormir en un desolado pasillo de hotel, se decidió a ayudarlo, así que se acercó despacio para no asustarlo y le habló suavemente.
ㅡSeñor... ¿se encuentra bien? ¿quiere que le ayude a entrar a su habitación? ㅡofreció el Gamma, pero el otro ni se movió, así que decidió insistir un poco ㅡSeñor, no debería dormir afuera, dígame en qué habitación se queda y le ayudaré a entrar. ㅡel desconocido apestaba a alcohol, pero eso no le iba a ganar a su empatía.
Sin embargo, todas sus intenciones se esfumaron cuando el hombre ebrio se acomodó torpemente el cabello y lo miró a los ojos, revelando su identidad.
Ese era el Delta que lo ayudó a levantarse la noche de los asesinatos.
No. No iba a quedarse a ver qué pasaba.
JeongGuk, aunque cohibido por el terror, se dio media vuelta y caminó rápidamente de vuelta a su habitación; debía aprovechar que el Delta estaba ebrio para llamar a la policía y denunciarlo.
Pero algo se lo impidió
ㅡ¿JeongGuk? ㅡal oír su verdadero nombre ser pronunciado a la perfección por aquel japonés, el Gamma se congeló en su sitio ㅡJeongGuk, ¿eres tú? ㅡel chico no sabía qué hacer, ¿por qué estaba tan sorprendido? Debía alejarse y llamar a la policía... sí, eso debía hacer, pero en cambio se giró para ver al Delta, quien ahora se hallaba arrodillado, mirándolo también ㅡEres tú. ㅡafirmó el extraño una vez que tuvo a JeongGuk de frente.
ㅡ¿Quén eres...? ㅡmurmuró con temor, pero el Delta se levantó repentinamente y corrió torpemente hacia él, a lo que JeongGuk casi grita horrorizado, pero no tuvo tiempo, porque el Delta se dejó caer a sus pies y los abrazó con desesperación, sollozando.
ㅡ¡Perdóname Guki! ¡Por favor perdóname! ㅡimploró, dejando al chico más confundido y desubicado que antes ㅡTodo lo que quería era ponerte a salvo... ㅡlloró, aún abrazando los pies del Gamma como un niño pequeña, aferrándose a su kimono ㅡ... lamento mucho haberte dejado con esa mujer, lamento haberme separado de ti cuando MiSuk dijo que debía cuidarte... ㅡsiguió diciendo, como si estuviera disparando palabras directo desde su alma ㅡ... pero tenía tanto miedo ㅡy entonces alzó la cabeza para mirar al Gamma con esos ojos verdes inyectados en sangre que dejaban caer espesas lágrimas ㅡ... me aterraba pensar que esos hijos de puta te hicieran lo mismo que a nuestros padres... no tuve opción, JeongGuk... sólo quería salvarte. ㅡy con eso terminó su agonizante discurso, echándose a llorar sin consuelo y aferrándose a JeongGuk como si su vida dependiera de ello.
Porque tal vez así era.
Por su parte, JeongGuk estaba en blanco.
¿Qué diablos era todo eso que el extraño hombre acababa de soltar? ¿Por qué sabía su nombre? ¿Cómo sabía que una mujer que no era su madre lo cuidó cuando era pequeño? Y sobre todo, ¿por qué lo abrazaba y lo miraba con tanto dolor?
¿Sería posible que ese delta estuviera relacionado directamente con su pasado?
Ahora no sabía qué hacer... era evidente que tenía que llamar a la policía e informar sobre el sospechoso, pero ahora no estaba tan seguro de querer hacerlo.
Si bien nunca tuvo interés en saber de dónde venía o quiénes eran sus verdaderos padres, el que un extraño viniera a decir cosas tan extrañas y específicas sobre él había despertado su curiosidad...
Y fue entonces que recordó cuánto había atesorado el inexistente recuerdo de aquel hermano mayor del que la Delta que lo cuidó le contaba siempre.
ㅡCuida bien este collar, niño... tu hermano lo dejó como paga por traerte conmigo, pero tal vez algún día te sirva para reencontrarte con él.
JeongGuk recordaba decenas de sermones como ese, cuando era pequeño jamás les encontró un sentido más allá, pero ahora todo parecía tener su lugar. Y tal vez aquellas raras palabras que le decía la mujer eran la razón del aprecio que JeongGuk tenía por ese viejo collar que nunca soltaba.
Por instinto lo tocó sobre su ropa, y miró al Delta que seguía sollozando por lo bajo, abrazado a sus pies.
Tenía que actuar rápido.
ㅡSeñor, necesito que me diga en qué cuarto se está quedando para poder llevarlo hasta allá. ㅡindicó, esta vez más firme. ㅡel Delta se enderezó un poco y sacó con torpeza las llaves que estaban el su bolsillo trasero, entregándoselas a JeongGuk, quien las tomó rápidamente y miró el número que llevaban.
La habitación era la misma que aquella en la que encontró al hombre tirado al principio, así que el chico lo ayudó a ponerse de pie y juntos entraron a la habitación, en donde JeongGuk arrojó al Delta la cama, y éste cayó inconsciente gracias a la borrachera.
El Gamma suspiró y miró a su alrededor, se dirigió al pequeño buró junto a la cama y abrió el primer cajón, en donde los hoteles siempre dejaban una pequeña libreta y una pluma a la disposición de los huéspedes. Así escribió una pequeña nota y la dejó sobre el buró, esperando no estar cometiendo el error de su vida.
"Si es cierto todo lo que me has dicho esta noche, encontrémonos de nuevo en este mismo hotel dentro de una semana a la media noche, necesito respuestas de alguien sobrio. ㅡJeongGuk"
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𝐃𝐢𝐭𝐜𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐭𝐫𝐞𝐚𝐬𝐮𝐫𝐞 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ
FanfictionNació bajo la casta marginada. JeongGuk, un Gamma huérfano, tendrá que convertirse en una geisha para librarse del odio que hay hacia los de su clase. Sin embargo, una noche, es contratado por el líder de la manada, un Alfa frívolo que con el propós...