Traición

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Unos golpes en la puerta lo despertaron. Abrió los ojos despacio y miró a su alrededor, dándose cuenta de que ya había amanecido; volteó hacia el reloj en la pared y las manecillas marcaban las seis con quince.

Golpearon la puerta de nuevo, esta vez más fuerte que antes, así que el chico se levantó aún adormilado y caminó hacia la puerta, se asomó por la mirilla y su sorpresa no pudo ser más desagradable.
Incluso todo rastro de sueño despareció.

¿Qué hacía el Alfa de la manada allí? 

Definitivamente no iba a abrir.

ㅡJoven Jeon, abra la puerta o entraré a la fuerza.  ㅡamenazó el Alfa, hablando en coreano y frunciendo el ceño.

El Gamma no respondió, en cambio, retrocedió dos pasos por instinto. 

¿Cómo supo que se estaba quedando allí? ¿Por qué lo buscaba con tanta insistencia?

¿Acaso el viejo Haruhiko lo había denunciado a la policía por golpearlo? O peor aún
¿Acaso se enteraron del sospechoso en el hotel? ¿Lo iban a arrestar por ocultarles información?

ㅡ¿Qué quiere? ㅡpreguntó con molestia y miedo.

ㅡQue abra la puerta. ㅡrespondió el Alfa.

El Gamma tuvo un deja vu de la noche de los asesinatos, y le rogó a todos los dioses para que el desagradable hombre allá afuera no volviera a usar su voz de mando con él.

ㅡ¿Para qué?

ㅡNecesito hablar con usted.

ㅡPuede decirme lo que tenga que decirme desde afuera. 

ㅡNo sea irracional y abra esa puerta. Tengo un duplicado de la llave, sólo estoy respetando su privacidad, pero si no abre, lo haré yo.

El joven no tuvo de otra más que hacer lo que se le pedía. 

El Alfa lo miró con severidad, enojado con él por haberlo hecho esperar, aunque inmediatamente toda su molestia se evaporó al ser golpeado por esa deliciosa esencia con la que JeongGuk había impregnado la habitación.

JeongGuk agradecía haberse duchado luego de estar cerca del Delta, de lo contrario estaría en serios problemas.

ㅡ¿Qué es lo que quiere? ¿Por qué vino a buscarme? ㅡdemandó el joven, mirando con ojos asesinos a Kim.

El Alfa iba con unos pantalones azules ajustados, una camisa blanca y un chaleco de cuero café, al igual que sus botas. El hombre se cruzó se brazos y escrutó al contrario, haciéndolo sentir incómodo.

ㅡOgawa-san está muy preocupada por usted y me ha pedido llevarlo de vuelta a su casa. ㅡJeongGuk no pudo evitar sonreír con burla.

ㅡ¿Y desde cuándo usted es tan amable? ¿O por qué hace favores personales a los aldeanos? Creí que estaba muy ocupado con eso del asesino ㅡcanturreó con desdén ㅡ. No necesito un cuidador, sé llegar solo. Ahora salga de mi habitación. ㅡexigió, haciendo una seña hacia la puerta, que se había quedado abierta.

ㅡ¿Por qué está usted aquí? ¿Acaso no tiene una casa en donde dormir? ㅡcuestionó el Alfa, ignorando la petición del Gamma, quien suspiró hastiado y apretó los dientes.

ㅡNo quiero ser grosero, pero usted lo está siendo ahora. El porqué estoy aquí no le incumbe en lo absoluto, por favor váyase. ㅡpersistió.

ㅡClaro que me iré, pero usted vendrá conmigo. ㅡante aquellas palabras tan definitivas, el chico abrió los ojos totalmente indignado y su lobo gruñó por la furia.

ㅡ¡¿Qué se ha creído?! Usted no puede decidir eso ¡Largo! ㅡesta vez el Gamma no pudo contener más su enojo y comenzó a empujar al Alfa fuera de la habitación... o bueno, al menos trató de hacerlo, pues el moreno no se movió ni un sólo paso.

Cansado del berrinche de aquel jovencito, el Alfa simplemente lo levantó sobre su hombro como un costal de harina y salió con él. 

Probablemente los gritos de JeongGuk despertaron a más de un huésped, pero en un momento tan humillante, ¿a quién le iba a importar?

El Alfa subió al elevador aún con JeongGuk pateando y retorciéndose, quejándose y exigiendo ser puesto en el suelo, y así bajaron seis pisos. Cuando el Alfa salió de la cabina, ya en la planta baja, siguió su camino directo a la salida del gran hotel y dio las gracias a los recepcionistas, se disculpó con los huéspedes en el lobby por el alboroto y al fin llegó a su coche, metiendo al Gamma, quien no tardó en intentar escapar, sin embargo el Alfa pudo impedírselo agarrándolo por la cintura mientras que con la otra mano encendía y ponía en marcha el coche.

ㅡ¡Esto es secuestro! ㅡchilló el castaño, tratando de quitar el brazo de TaeHyung, pero sólo lograba que el agarre se afianzara.

El camino se mantuvo así, el Alfa callado sosteniendo al Gamma que se retorcía y se quejaba sin cansarse. 

Cuando estaban cerca de la casa, JeongGuk pudo ver que Tetsu y Jimin estaban afuera, las expresiones de ambos denotaban alivio de ver a JeongGuk a salvo.

Tetsu tenía las manos entrelazadas sobre el pecho y miraba con impaciencia el coche que se aproximaba, hasta que se detuvieron y JeongGuk fue soltado por el Alfa, quien recibió un gruñido por parte del chico antes de verlo bajar a toda prisa y azotar la puerta para dirigirse a la casa como alma que lleva el diablo, ignorando por completo a su maestra y a su amigo.

ㅡ¡¿En dónde estuviste toda la noche, JeongGuk?! ㅡdemandó la Omega, pero, fue ignorada ㅡ¿Cómo se te ocurría dormir afuera? ¡Responde! ㅡgritó ella, colmando la paciencia de su alumno.

ㅡ¡No te preocupes, Ogawa-san, sigo siendo virgen! ㅡvociferó con amargura y rabia pura ㅡTu preciado dinero sigue a salvo. ㅡescupió, entrando a la casa.

Los tres restantes se quedaron en silencio, incómodos, pero compartiendo un secreto que pronto cambiaría el rumbo de los hechos.

ㅡHablaré con él. ㅡavisó Jimin, yendo tras su amigo.

ㅡMuchas gracias por traerlo a casa, Alfa Kim. ㅡmurmuró Tetsu aguantando el llanto, haciendo una reverencia al moreno.

ㅡNo me agradezca ㅡdijo él con voz monótona ㅡ, después de todo, tenía que hacerlo ahora que JeongGuk es...

ㅡLe diré que se prepare ㅡinterrumpió la mujer, completamente indispuesta a escuchar lo que el Alfa estuvo a punto de decir, aunque fuera la verdad ㅡ. Vuelva al anochecer, él estará listo. ㅡy dicho eso, volvió a hacer una reverencia para entrar a la casa y cerrar la puerta.

Tetsu ni siquiera se permitió llorar, no era el momento adecuado, justo ahora había cosas muy importantes por hacer. De manera que tragó el nudo en su garganta y subió con prisa a buscar a JeongGuk.

Encontró la puerta cerrada, pero sintió alivio al escuchar a Jimin dentro del cuarto del Gamma, significaba que éste no estaba tan reacio a hablar. Tocó la puerta despacio y quien le dijo que pasara fue Jimin, y aunque ella esperaba una respuesta del menor, abrió la puerta.

Se detuvo a mirar al Gamma por unos instantes, como si quisiera mirar a través de su ropa para asegurarse de que no estaba herido en ninguna parte... al menos su rostro se veía bien.

El joven Gamma le devolvió la mirada con resentimiento, desviándola a los pocos segundos.

ㅡJeongGuk, necesito hablar contigo. ㅡdijo la Omega.

ㅡSi vas a regañarme y preguntarme en dónde estuve, prefiero aceptar todos los castigos que tengas para darme. ㅡcontestó cortante, sentándose en la cama.

ㅡNo voy a regañarte y tampoco te castigaré. Jimin, sal de aquí por favor. Necesito estar a solas con JeongGuk. ㅡel Omega abandonó la pieza sin rechistar, cerrando la puerta tras él.

JeongGuk estaba esperando que Tetsu le dijera que ya no podía vivir más en esa casa debido a que golpeó a Uehara Haruhiko, lo había anticipado desde el momento en que aquel asqueroso viejo comenzó a acosarlo.

ㅡDilo ya por favor, Ogawa-san. ㅡpidió, impaciente.

La Omega se sentó junto a él y suspiró con una cara de puro dolor. Su ceño fruncido, sus ojos apagados, las comisuras de sus labios hacia abajo y las manos tensas.

ㅡSeré breve, JeongGuk... ㅡdijo, mirándolo a los ojos antes de deslizar sus manos temblorosas para tomar las del Gamma, quien ahora la miraba con miedo ㅡ... a partir de hoy vivirás en Daegu con el Alfa de la manada.





𝐃𝐢𝐭𝐜𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐭𝐫𝐞𝐚𝐬𝐮𝐫𝐞 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora