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ㅡ¿Podría explicarme qué hacía afuera a media noche? ㅡinquirió el molesto Alfa, mirando intensamente al Gamma con sus ojos azules.

ㅡMe temo que quien necesita una explicación soy yo ㅡresongó el muchacho, completamente a la defensiva y probablemente mucho más cabreado que el Alfa ㅡ ¿Qué le hizo creer que tenía el derecho de enviar a sus guardias a buscarme y traerme a la fuerza? ¡No le incumbe en dónde esté ni a qué hora esté! ㅡvociferó con coraje, logrando sorprender a los dos guardias que estaban en el despacho.

TaeHyung lo miró por un momento, esforzándose por no gritarle de vuelta y sacudirlo por los hombros hasta hacerlo entender. Respiró profundo, tragando el ácido tinte que había manchado la deliciosa esencia del muchacho, y se acercó a éste con innecesaria lentitud, así tal vez lograba inquietarlo un poco y hacer flaquear su admirable pero insolente coraje.

Se inclinó hasta dejar su rostro cerca del ajeno y no sonrió aunque quiso hacerlo.

ㅡRespóndame una pregunta, joven Jeon ㅡdijo con calma, como si su lobo no estuviera retorciéndose, iracundo ㅡ¿Por qué vino usted conmigo a Daegu en primer lugar? 

El Gamma le sostuvo la mirada con sus ojos oscuros llenos de odio.

ㅡEso no le da el derecho de...

ㅡResponda. ㅡinterrumpió tajante. Ambos estaban tan furiosos que sus alientos chocaban y humedecían sus narices.

ㅡOgawa-san le pidió que me trajera aquí para alejarme de Uehara Haruhiko. Yo no. Yo no se lo pedí. ㅡenunció con frialdad.

ㅡExacto. Mi trato fue con Ogawa-san. A ella le prometí cuidar de usted y protegerlo, y no puedo hacerlo si usted sale de casa y no regresa hasta altas horas de la noche. Yo soy un hombre de palabra y odio romper mis promesas, JeongGuk-ssi. ㅡsentenció con el rostro endurecido y las fosas nasales bien abiertas.

El Gamma no respondió. Pero no era que no tuviese nada que decir, todo lo contrario. Tenía tantas cosas que quería gritarle a Kim TaeHyung que simplemente su lengua se había quedado congelada y los insultos volaban en su cabeza, calentándola y haciéndola doler.

ㅡRegrese a sus aposentos. Y tenga claro que a partir de hoy, sólo podrá estar afuera hasta las nueve de la noche.

ㅡ¡Usted no puede decidir eso!

ㅡSí puedo. Además, deberá llevar a dos guardias consigo si requiere salir. 

ㅡ¡Eso es ridículo! ㅡchilló enfurecido, pero el Alfa ni siquiera hizo un solo gesto.

ㅡLlévenlo a sus aposentos, por favor. ㅡordenó tranquilamente, volviendo a su escritorio.

El Gamma se lo quedó viendo por dos segundos que bastaron para declararle la guerra en su mente y decirle lo mucho que soñaba con arrancarle la garganta y hacerlo pedazos, luego de eso se retiró, gruñéndoles a los guardias que habían hecho el mejor intento por seguir las órdenes del Alfa, sin éxito al ver la furia del pequeño Gamma que logró impedir que lo siguieran hasta su cuarto, al que llegó hecho una fiera. 

La pobre y asustada Yuna se había quedado fuera del despacho, sintiéndose culpable y miserable por el regaño que había estado recibiendo su amigo, y cuando éste salió, corrió tras él como un cachorro con la cola entre las patas.

ㅡOppa, lo siento mucho, es mi culpa. ㅡlloriqueó una vez que estuvieron dentro de la habitación.

ㅡ¿Por qué sería tu culpa? ㅡinquirió enfadado, pero no con ella.

ㅡDebí haberte traído a casa antes... no debí haberte dejado charlar tanto tiempo. ㅡdijo tristemente.

ㅡEsta no es nuestra casa y lo que dices no tiene sentido. Yo tengo la facultad para decidir en dónde estar, con quién y cuándo. Ese Alfa metiche sólo está fastidiándome y no se lo voy a tolerar ni un poco más. ㅡsentenció.

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⏰ Última actualización: Oct 04 ⏰

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𝐃𝐢𝐭𝐜𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐭𝐫𝐞𝐚𝐬𝐮𝐫𝐞 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora